jueves, 22 de junio de 2017

Puerto claridad


 
Aquella sala olía a moho. Habitación oscura, incomunicada, sucia y vacía en alma. No era la sala, no, era ella. Restó diez años a su tiempo y vio lo que en verdad había ganado, nada. Sumó sus pérdidas y fueron aquellos malditos diez años. Pertenencias cero, un coche que bien podría llevar ya al desguace, quizás en chatarra sacara beneficio, y una planta.  

La condenada planta, un regalo de su última pareja. Iba acompañada por un dardo envenenado. <<Natalia, no puedes tener nada a tu cargo, no sé como sobrevives a ti misma.>> Lo que él no sabía, ni nunca averiguaría es que la rabia que sintió hacía sus palabras obraron a favor de aquella maceta con hojas.  

No le dijo ninguna mentira, del último puesto de trabajo la echaron por faltar varios días, sin excusas, pero, ¿qué sabían ellos? Siempre tuvo problemas de sueño, no descansaba bien por las noches. Su familia, bueno, eso sí era un tema aparte, sus padres se avergonzaban de ella, cabe decir que era lo opuesto a su hermana, pero prefería ser una indigente que conformarse a casarse con un hombre como su cuñado.  

¿Y ahora qué? En su lista de contactos no tenía a nadie al que no hubiera pedido algún favor en el pasado. Sola. Esa palabra retumbó en su cabeza y le hizo ser consciente del caos que la alcanzaba. Pero, ¿y si? Podría intentar que su hermana, no, lo desechó al momento, la miraría por encima del hombro como si fuera una apestada, se olió, sí, una buena ducha le sentaría muy bien. Ideas, ideas. Siempre había sido una abnegada para las soluciones, en el colegio la escogían la última en todas las actividades, eso la marcó y borró de su mente el esfuerzo que representaba.  

Buscó en el bolso algunas monedas, un café, con una buena taza seguro que vería más luz en este parco camino. Pero la suerte hacia tiempo que la había abandonado. Mientras cavilaba qué hacer, se le cruzó un vecino, holandés o eso le dijo, la miraba con lascivia, una imagen cruzó por su cabeza, solo esperaba que la necesidad no la llevara a tan baja escala.  

—Me ha dicho un pajarito que Marcos, se ha marchado para no volver.
—Siempre tan gracioso François, solo a ti se te podría ocurrir ser desagradable con una cancioncita. ¿Quieres algo?
—Venga mon amour, no seas fierecilla, ese hombre era poco para ti, yo podría cuidarte mejor, eh Belle, ¿oui?
—No te lo tomes a mal pero antes me quito de en medio, así que desaparece de mi vista, ¡lárgate!
—Me gustan enfadadas —pasándose la lengua sobre los dientes, continuó— ya volverás y te domaré, sabes que tengo razón lionne.
—Sueña con ello, cucaracha.
—Venga, venga, petite, no te sulfures. —poniéndole varios billetes en el bolsillo de la tejana, le dijo— Un pequeño adelanto de lo que devendrá, no me gustan tan flaca.

Lo miró a él, luego al bolsillo, y volvió a mirarlo. Dudó, pero no tenía nada a lo acogerse, y por fin una idea surcó en su mente, no iba a venderse tan fácilmente.

—¿Ves aquella chatarra de allí? Es tuya por el dinero, no esperes más de mí.

El regusto vomitivo de aquella conversación le dio el estímulo necesario. Siempre le pasaba lo mismo, se mantenía dormida durante largos periodos de tiempo y una vez que la amenaza o limitación de otros sobrevolaba sobre ella, actuaba. <<Desastre, desastre>> Pensó para sus adentros. Un buen desayuno, eso terminaría por enseñarle el camino.

Al entrar en la cafetería, vio un cartel en el se precisaba personal.

—Hola, buenos días. ¿Todavía buscan a alguien?

La señora entrada en años y carnes, la observó, una mirada evaluativa, sintió la hondura especulativa y no dudó en que pudiera descubrir sus más oscuros secretos.

—Eso depende, ¿tienes experiencia?
—Bueno… la verdad, es que no mucha, pero me esforzaré sin con ello gano el puesto.
—Mira guapa, no te engañaré, no creo que des el perfil, siéntate, desayuna que buena falta te hace, y luego ya hablaremos.
 
Al terminar, se levantó y pagó la cuenta, dejando una generosa propina. Fue a despedirse.

—¿Ya te vas? ¿No habíamos quedado en charlar?— Eso descolocó a Natalia, pero volvió a su mesa.
—No te he visto nunca por aquí y eso es muy extraño, soy mayor pero nunca olvido una cara. Por cierto mi nombre es Candela.
—Yo soy Natalia.
—Encantada, mira niña este trabajo no creo que sea adecuado para ti, pero he visto que llevas una planta, muy bien cuidada, por cierto.
—Ah, bueno, sí, no se preocupe.— Haciendo el intento de levantarse.
—No he terminado. Mi hijo tiene un vivero, no muy lejos de aquí. Lo negará pero sé que necesita personal, y su carácter es…— quedó callada— bueno, podría decirse que no es agradable en trato, eso hace que el personal no dure mucho, exige que sus plantas sean tratadas con delicadeza. Por lo que puedo ver, tú tienes buena mano, te aferras a ella como si nada te quedara— poco sabía cuantas verdades había en aquella frase— Así que, si te interesa, el puesto es tuyo, ahora mismo lo llamo para avisarlo.
—¿Por qué cree que yo tengo posibilidades para conservar ese trabajo?
—Sé reconocer la necesidad de amor, y tú Natalia, tienes mucho que dar. No hay más que ver como brillan esas hojas. Y bueno, siendo egoísta mi hijo sé que también posee esa misma balanza, así que el tiempo ya os dirá.

 


¿Quién sabe? Pero si se quedaba con esta última sensación, podía creer que en su cuento, el puerto al fin clareaba.

 

47 comentarios:

  1. Bonito relato, Irene, reflejas bien la desesperación de su protagonista, que a pesar de todo no pierde la dignidad, es lo único que le queda en realidad, aparte de la planta salvadora... Final esperanzador, me gusta. Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Eva,
      Sí, tienes razón, aun en su desesperación, la dignidad nunca termina por perderla.
      Muchas gracias por tus palabras.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Ay qué relato tan bonito.
    El principo me ha encantado, supiste describir muy bien esa sensación de vencimiento y frustración.
    Besos y enhorabuena, es un gran relato, ojalá sea muy feliz en el vivero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro mucho que te haya gustado Marigem, ¡gracias! :)
      Yo también espero que sea feliz y que su puerto finalmente claree.

      Besos.

      Eliminar
  3. Has jugado con el ambiente, con los adjetivos para pasar del lúgubre y decadente inicio a un final que es un futuro que parece aventurarse feliz. Estupendo relato, Irene. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te agradezco mucho el comentario y lo que dices en él, David, :)
      Esperemos que ese final sea feliz, la oportunidad ya ha aparecido, ahora todo lo que devenga solo depende de ella.
      Un abrazo.

      Eliminar
  4. Un relato muy bonito donde das valor a la integridad de cada uno de nosotros... La esencia misma.

    Mil besitos preciosa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Podemos perderlo todo, pero no a nosotros. ¿Sino que nos queda? Muchas gracias Auroratris, :)

      Besitos.

      Eliminar
  5. ¡Pero que bonita historia Irene! El trasfondo de cada escena es digna de inspiración para mucha gente. Me has hecho ver con claridad que las personas con autoestima (aunque Natalia no parece que se tenga mucha) ha demostrado que no tiene precio por muy indigente que sea, y solo le falta un empujón aunque sea "bajo" para sobreponerse y coger confianza en sí misma.

    Y aquella planta regalada "con un dardo envenenado" en realidad fue su mejor bendición. Lo que me da por pensar, que todo tiene escondido un motivo importante para que la persona actúe con consciencia. En definitiva, todo aquel que se cruzó en su vida le estaba enviando un mensaje que ella supo descifrar.

    ¡Me ha encantado!
    Muy bien narrado, reflexivo y para verlo desde otra perspectiva.

    Un besazo-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Natalia se mantenía en ese duermevela en el qué muchas veces andamos mecidos y dejaba que su vida pasara. La planta era un símbolo no solo por las palabras que la ligaron a ella, sino también para demostrarse a si misma que podía florecer y sobrevivir. Como un toque de atención, y de inicio.
      Qué comentario más bonito me brindas querida amiga, :)
      Te estoy súper agradecida.

      Muchos besos.

      Eliminar
  6. Solemos aferrarnos a los restos de un naufragio
    tu prota a su planta
    espero la salve :-9

    Un besito

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también María, espero que se salven mutuamente.
      Muchas gracias por estar.

      Besitos.

      Eliminar
  7. Ese regalo envenenado y dado con tan mala uva resultó ser la tabla de salvamento de la protagonista.
    Buen relato, con unas descripciones muy buenas y diálogos con buen ritmo.
    Enhorabuena.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El regalo tenía muy mala intención, pero a ella la hizo despertar, así que aunque la intención no era buena, fue su salvadora.
      Gracias por tu valoración Paloma, te lo agradezco muchísimo.

      Besos.

      Eliminar
  8. Quiero pensar que es cierto lo que se dice que cuando una puerta se cierra, otra de abre. Al menos así ha sido en tu historia. Hasta el más inútil de los mortales tiene mano para algo y la mano de Natalia por las plantas puede ser su tabla de salvación.
    Muy buen relato.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también quiero pensar eso Josep Maria, la esperanza es lo último que debemos perder, junto al valor para salir adelante. Si caes, es obligatorio levantarse y no importa las veces que se repita, siempre.

      Muchas gracias por tus palabras.
      Un abrazo.

      Eliminar
  9. Como dice Josep, a mí también me gusta creer que cuando se cierra una puerta, otra se abre.
    Este relato nos transmite esa idea de que la esperanza siempre nos ayuda a seguir adelante.
    Un beso, Irene.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Mrs. Sofia,

      Justo eso, sí, ahora se lo termino de contestar a Josep Maria, me alegra que opines lo mismo.

      Muchas gracias por tu comentario.
      Besos.

      Eliminar
  10. Precioso relato Irene. Fuerza y pureza es lo que me transmite la protagonista. Una persona que es incapaz de deshacerse de un ser vivo (aunque una planta nos pueda parecer algo superfluo en principio) es que tiene mucho que ofrecer como ser humano, así que me ha encantado el final.
    Estupendo Irene.
    Un besazo y que pases un feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sabes como me alegra haberte transmitido estos sentimientos Ziortza, me siento muy feliz por ello.
      Quien cuide a otro y se aferre a él sin importar la situación en la que se encuentre sin duda tiene mucho amor por entregar y sobre todo recibir.

      ¡Muchas gracias!!!
      Besos y feliz fin de semana.

      Eliminar
  11. Me ha encantado Irene! Me parece un relato genial, como vas plasmando la personalidad y las inquietudes de la protagonista que, sin querer, acaba dando con la claridad que buscaba, y de la manera más insospechada. Me gusta que el texto haya comenzado con una situación tan tensa y haya terminado con un rayo de esperanza. Un fuerte abrazo y que tengas un genial fin de semana San Juanero! ; )

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegras Ramón, muchas gracias.
      Todo empieza con la planta, (y la mala intención de la ex pareja), al conservarla y cuidar de ella finalmente despierta de su letargo, así que su final no podía ser otro, si no en conjunto y comprender que siempre existen opciones y de ellas brotan nuevas oportunidad.

      Un abrazo, compañero! :)

      Eliminar
  12. ¡Redondo!, usaré la idea... potenciar lo que se tiene.
    Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias literatonovato, ¡buena frase!
      Vuelve siempre que quieras, :)
      Un abrazo.

      Eliminar
  13. Con demasiada frecuencia, a lo largo de nuestra vida, casi sin darnos cuenta, construimos un escenario a medida. Ocurre que muchas veces no distinguimos un escenario de la vida real. Estupenda entrada!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estoy contigo Norte, es demasiado fácil acomodarse y una vez le hemos puesto todos los adornos que disponíamos nos damos cuenta que falta algo y es allí cuando necesariamente despertamos, para salir adelante y dejar malas costumbres apartadas.

      ¡Muchas gracias! ;)
      Un abrazo.

      Eliminar
  14. ¡Genial relato! Todo el mundo tiene algo, poco o mucho, que ofrecer, yo estoy segura de ello. En este caso Natalia tenía ese "poder" para el que otras personas (entre las que me incluyo) somos negadas.
    Me ha gustado como has engarzado la conversación, el talante que demuestra Natalia y el buen ojo de Candela.
    Un gusto leerte, amiga.
    Un besazo muy fuerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, yo también lo creo Chelo, todos tenemos alguna cosa que nos hace únicos y valerosos.
      Como también creo que hay personas que se nos cruzan por el camino y nos dan esa mano mágica, que sabe a soplo de esperanza.
      Si nos damos cuenta de que trata y nos sentimos realizados con ello, el camino sin duda ya está a medias alcanzado, pero no siempre es fácil verlo.

      Muchas gracias por tus palabras, preciosa.
      Besos.

      Eliminar
  15. Hola Irene. Lo primero que he de decirte es que me encantó tu relato. Has ido trabajando en la personalidad de la protagonista, en forma acertada, narrando y poniéndola a dialogar, de modo de mostrar su costado oscuro, indolente quizás, como alguien descuidada, que no está bien en ningún lado. Pero al llegar a la escena de la planta, te aseguro que he sentido que el texto se volvía encantador. Me parece, según mi humilde opinión, que se convierte en la parte central del relato, pasa a primer plano, uno ve a la protagonista en ese gesto de no soltar la planta, como algo vital, que agiganta y completa su figura.
    Excelente Irene. Realmente una joyita. ¡Enhorabuena!
    Ariel

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Ariel! Qué comentario más profundo, muchísimas gracias.
      El personaje dejó pasar el tiempo, sin importar que perdía o no lograba en todo ese proceso de años, desidia injustificada, pero si se mira de cerca se ve que no ha contado con mucho afecto a lo largo de su vida, ni de los compañeros de clase, su familia que no solo la rechaza sino que compara con su hermana, trabajos que no logra mantener, eso hace que caiga en una espiral de abatimiento que termina por limitarla del todo.
      La planta con el mensaje dañino obra en ella un despertar y consigue que florezca de nuevo.

      De nuevo, muchas gracias, :) (no sé si me he enrollado mucho con el comentario)
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  16. porque no todo en la vida es negro ,solo hay que saber mirar ,no desesperar y confiar y ante todo ser positivo...
    porque no todo es culpa del resto ,algo mal hacemos para decaer tanto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón Marcela, no todo en la vida es negro, siempre hay una poquita de esa luz que tanto anhelamos. Y no, claro que no, antes de culpar a otros primero debemos mirarnos a nosotros, seguro que encontraremos muchas respuestas.

      Gracias por comentar, te lo agradezco mucho.
      Un abrazo.

      Eliminar
  17. Me gusta como lo has descrito Julio David, venganza positiva, sí, justo es eso.
    El letargo de Natalia terminó en ese momento y a partir de allí no solo cuidó de la planta sino de ella misma.

    Muchísimas gracias, :)
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  18. Dame basura y te regalaré flores.
    Siempre hay valores ocultos tras una personalidad complicada. siempre habrá tesoros enterrados tras bloques e dura piedra, una sonrisa que medra por mostrarse a algún receptor sensible capaz de apreciarla.
    Esta mujer abandonada en la dejadez empieza a ver un resquicio por donde entra la luz que la libere de tanta oscuridad. Y presiento amor no solo por las plantas del vivero.
    Un relato con parte de ti.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué comentario más bonito, Francisco, :)
      Me quedo con este amor que presientes, porque es así, eso es lo que nos mueve, y yo también lo veo… el tiempo dirá pero la luz alumbra.
      Gracias por decirme que este relato es parte de mí, te lo agradezco de corazón.

      Besos.

      Eliminar
  19. ¡WoW! ¡Irene! No te puedo explicar los motivos, peeeero... ¡El Final me ha sorprendido un puñado! No sé... Casi, por un instante, he pensado que Natalia tenía algún problemilla de Memoria y que, por ello, la Suerte se había olvidado de ella... Ha sido por "—¿Ya te vas? ¿No habíamos quedado en charlar?— Eso descolocó a Natalia, pero volvió a su mesa." ¡¡Ha sido como un Fogonazo de Amnesia!! ;)
    ¿Por qué me ha sorprendido el Final? Puuues... Porque me ha parecido de lo más inesperado y, al mismo tiempo, de lo más extrañamente cotidiano...
    Aiiins... ¡Nunca sabremos por dónde anda nuestro Destino!
    ¡Besitines! ;)))

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sabes como me alegro de que hayas vuelto, ¡preciosa!
      Y de tus comentarios, más.
      A este destino le faltaba un poquito de incitaba, andaba disperso y bastante dormido, pero nada como una buena oportunidad para volver a transitar.
      Muchas gracias por tus palabras, Campanilla, :)

      Besitos.

      Eliminar
  20. Bonita historia, bien llevada con reflexivos y precisos detalles que nos dejan ver que cada cosa que recibimos trae consigo una enseñanza y una bendición, por muy desagradable que parezca.

    A cada cual le llega su hora de despertar a la vida, mientras sucede vamos dando pasos hacia esa libertad, aunque no lo parezca.

    Me gusto el tema y la forma como lo abordaste.

    Abrazos!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mí me encanta la forma en la que ves mi relato I. Harolina, :)
      Te agradezco muchísimo que hayas dejado esta opinión sobre él.

      Feliz fin de semana, un abrazo bien fuerte.

      Eliminar
  21. Desesperación, pobreza, y una negatividad y pasividad que impregnan cada parte de la protagonista. Menos mal que a través de su único acierto, el cuidado de la planta, y su carácter posesivo con ella (por lo de llevarla a todas partes), le ayudó a vislumbrar un poco de sol entre el nubarrón.

    ¡Un beso!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí JC, finalmente la planta le da esa luz que todos necesitamos para caminar, permitiéndole al fin abandonar la pasividad en la que se alojaba.

      Muchísimas gracias, compañero!
      Besos.

      Eliminar
  22. Toda esa energía que Natalia ha dedicado a dar vida a su planta parece haberse convertido en más energía favorable para ella. Muy bueno, Irene.
    Abrazo!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es muy bonito lo que dices, muchas gracias Mª Jesús, :)
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  23. Hola Irene, genialmente hilvanada la historia de esa chica, para que al final la esperanza le coja la vida con la puntada que necesita. La vida nos sorprende cuando la cojamos con la dosis de seguridad que necesitamos. Me ha gustado, bueno esto sobra decírtelo jeje. Un abrazote

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Eme,
      Si, la vida sigue. La realidad es que somos nosotros los que por unas cosas u otras nos da por parar. Una oportunidad y valor para llevarla acabo y el caminito ya se irá viendo.
      Muchas gracias por tus palabras, :)
      Un besazo.

      Eliminar