jueves, 12 de diciembre de 2024

Tarjetas musicales, y sí: Feliz Navidad

 


Hace años que no hago ninguna entrada de Navidad, diremos que he tenido varios parones técnicos en el blog, o buscaré otras tantas excusas que serían hasta válidas, pero la principal es que no soy especialmente festiva, si en algún momento habéis leído alguna de esas entradas sabréis que el Grinch me cae estupendamente, eso de la felicidad estática, el comer como una ceporra o ya puestos el consumismo extremo, no es lo mío. Hace demasiados años que faltan patas que quedaron huérfanas y nunca más se repusieron. Pero como creo que esta será la última entrada del año, os debo algo muy importante y es daros las gracias, (sí, lo sé, me repito, compulsiva presente) y de verdad, no podéis imaginaros lo que habéis cedido en estos meses, porque el respaldo, el sentirse acogida, comprendida, es algo que mi parte retraída codicia con una intensidad que sobrecoge.

 

Y de algún modo estoy volviendo a ser aquella niña, la que montaba el belén (el mío era súper chulo) de pin y pon, y otras figuritas más acordes a las fechas, un revoltijo que daba placer contemplarlo o el árbol, aunque un poco pelado y sintético, tenía una gracia inaudita, y lo que más recuerdo son las tarjetas navideñas, las guardábamos y acumulábamos para los años siguientes, así que esta es para vosotros:

 

Aquella mano rozaba con delicadeza cada pieza rota de un corazón descompuesto, profesando una ternura que erradicaba las sombras de otros tiempos, como errantes andábamos escudriñando, compartiendo, aprendiendo con ansia y anhelo de que aquel mañana no se sellara, que germinara en el todo. Vivíamos esperando el desenlace, intuíamos su revelación, el ser humano no puede ser eternamente feliz, sobrevive de pequeños instantes, segundos que claudican en la añoranza, en su perpetuo llanto, y el miedo a la pérdida. Y aún así, todavía así, nos lanzamos sin remordimiento. Recogiendo lo que era permitido, desvalijando a contrarreloj, escuchando la réplica del tic, tac, tic, tac; encarándolo, agudizando cada terror, culpa, remordimiento y propagando en cada quejido: este año vencimos, no pudiste arrebatárnoslo.

 

Y me he preguntado, qué puedo ofrecer, porqué en algo deberé corresponder. En casa de mis padres se le daba un valor extremo a la comida, era casi venerada, eso se debe a muchos factores, pero os pondré un ejemplo que en muchas otras casas habrá sucedido y sucede: Si un día había lentejas, y te ponías tiquismiquis, tranquilo, merienda, cena o desayuno, en algún momento claudicabas, la hambruna está sobrevalorada.

Por eso siempre que pienso en un regalo me viene a la cabeza: comida, no en plan Homer, eh, :) Pero como la tortilla virtual de la última vez quedó algo insípida, he pensado, que es lo que siempre me acompaña: la música, y como me gustan todos los géneros, menos los que son estilo morsa, esos no, por favor; voy a dedicaros una canción, de las que forman parte de mi lista inherente, eso sí, si fallo no seáis muy duros o renegad que también es válido.


Kiffi y su blog: Desaparecer!


Kirke y su blog: Leer, el remedio del alma


Toro y su blog: TORO SALVAJE


Alfred y su blog: Unas palabrejas más


Idalia y su blog: Acércate, comparte y fluye


Ethan y su blog: El blog de Ethan


Miguel y su blog: Cine y críticas marcianas (siempre me recuerda a mis padres, y con tu última entrada, no podía faltar) :)


María y su blog: EL SACO DE MIS PENSAMIENTOS



Julio David y su blog: Literatura Bonsái


Rosa y su blog: Cuéntame una historia


Cabrónidas y su blog: La Madre Que Parió Al Pato Negro


Mila y su blog: Encuentros


David y su blog: BALAS Y ESTRELLAS | Blog de novela negra y criminal


Josep Maria y su blog: Retales de una vida...


José A. y su blog: Proyecto Azúcar


Al final he seguido el patrón egoísta en el que ando sometida en los últimos tiempos y parece que me he hecho un auto regalo. Sobre el orden, solo diré que he tirado de papelitos y como soy blancuzca pues he aprovechado mi mano como un ente externo, (chiste malo) perdón, perdón, ;) Gracias de nuevo por estos meses. Pasad estos días lo mejor posible, y sed felices dentro del súmmum convulso en el que cohabitamos.

Ah, sigo teniendo presente a muchos compañeros que ya no están en los blogs, justo hoy he comentado una entrada de Cabrónidas y le he expresado que no soy rencorosa, pero lo recuerdo TODO, quizás sí que lo sea un poco, :) Bueno, lo dejo, que al final en vez de alegría voy a provocar agobio.

Esperad, una última anotación, no os recomiendo que copies enlaces, he aprendido una grandiosa lección de esas que deben ser compartidas. 


Abrazos, y miles de besos.