Necesitaba hacer
esta entrada, no os sucede que de vez en cuando tenéis una vocecita interna que
no hay manera de acallarla, allí sigue la tía, dando la murga, y si a eso le
sumamos algún comentario, otras lecturas y ya para rematarlo leer a Toro, la
historia se transforma en orden, el hazlo: es prioritario. Una cosa esta clara,
y es que cada uno visiona lo que visiona en cada palabra, pero ya veréis mis
razones:
DOCTOR SALVAJE 6
En caso
de estornudos
muy repetitivos
resulta apropiado
tapar la boca
del paciente insoportable
con varias vueltas
de cinta americana reforzada
ya que eso eliminará
la molestísima
catarata de estornudos
y a la vez
despejará totalmente los oídos.
TORO SALVAJE
Como os voy a
utilizar de confesionario, debo exteriorizar que tengo algo de fobia a la hora
de leer mis escritos, una vez desairados, ahí subsisten, pero estos días me he
pegado un paseíto por el blog, imperando en el yoísmo extremo o
culparemos al insomnio. Años atrás dormía hasta de pie, cerraba los ojos y
clic, no sé si a vosotros en algún momento os pusieron un mote vuestros amigos,
pero el de mi niñez era marmotilla, qué añoranza, en fin, la vida. Así
que he vagabundeando por mis letras, las de este blog, el otro sigo en la
madriguera (supurando) para ver en lo que se han convertido en este ahora. Como
sabéis resido bastante en el pasado, creo fielmente que es la clave de la toma de decisiones que empleamos y cómo éstas van variando,
encauzándose y transformándonos. E intento (con múltiples recaídas) no repetir
patrones, coexisto en la incoherencia. La cuestión es que me he dado cuenta de
una cosa y es que rozo el ser una listilla de poca monta.
O, mejor dicho,
una sabidilla: Que presume de
entendida y docto sin serlo o venir a cuento. Y no lo digo yo, no, lo dice el
diccionario. Foto no hay, por alguna formalidad que me niego a aceptar.
Me fascina la crítica
humana, emocional, debatir y aprender, ver en otros ojos realidades que quizás mi
terquedad no admite o no quiere distinguir y no temo para nada la autocrítica.
Si me excedo, que es una posibilidad gigantesca, agradezco el alto, porque la
verdad no es universal y la mía menos. Y lo que más, reírme de mi misma, hasta
de lo que no se debe.
Si a eso le sumas
que en el caminito te encuentres a personas afines, que te comprenden, no juzgan
y ceden una mano, ay, esa mano. Es oxígeno. En este punto, somos lo que somos y
poder hablar desde lo más hondo libremente, aunque no se comparta visión, pero si
acompañamiento, es sin duda de lo más grandioso que existe.
Y eso hace que me
urja una intensidad todavía mayor, igualarlo; mil veces, hasta que más o menos
me quede tranquila. La realidad es que aún vistiéndome con cinismo soy una
romántica enclaustrada, mis primeras cartas de amor fueron en la niñez a mis
amigas, y como soy pesada aparte de sabelotodo, ahí va, porque ser, soy
timidísima, pero no por la vergüenza de mostrar los fallos, todo lo contrario. Y
aunque parezca que siempre rozo la antipatía, me siento feliz, liberada y mucha
de esta presión a la que se somete una capricornio de pura cepa os lo debo a
vosotros por eso mi eterna gratitud, por regalarme tantísimo. Por hacer que
esta vuelta la sienta como aprendida. Sin obligaciones, sin nada más que letras
y su valor, su estima.
Me encantaría, y
nunca se sabe; la vida rueda y el mundo no es tan grande, pero tengo la ilusión
secreta de en algún momento conoceros en persona, hasta entonces espero con
ansia cada viaje que me cedéis al poder entrar en vuestras casas.
Finalizaría
diciendo que estáis a mi derecha, pero no sé la razón por la que no me permite actualizar el listado de blogs, no me dejó mucho antes de la antepenúltima desaparición
y las posteriores veces que lo he intentado tampoco, ¿algún
entendido? Pago con tortilla de patatas (y sí, con cebolla).
Pero como no puedo hacerlo de esta manera, espero y deseo que sepáis quienes tenéis un cacho inmenso de mi corazón.
Miles de GRACIAS.
Besos, y abrazos.