Més que la meva
sang
No, no, no tinguis
por
Desitjar-me no és
dolent
No cal que diguis res
Que el què vulguis ja
ho faré, jo ho sé.
Canción de
Lax'n'Busto
¡Oh! Lo confieso, sí, deseo en demasía, renazco
diariamente sin dominio, por eso exijo un perdón para esta hija descarriada que
ha tomado el camino fácil, directa al pecado, a penar por aquello que no le
corresponde, a gozar entre pensamientos impuros invadidos por el descontrol, yo
que siempre fui pródiga en virtud, yendo de la mano de lo correcto, ahora siento
un comezón indigno e incontrolable. Ruego que se me dispense, que estas
acciones que desafían en apego no sean las únicas que validen en desesperanza.
Portal A
—Tina, por favor, deja de espiar al vecino.
—No puedo evitarlo, solo con verlo me dan unos calores que
para qué. Es guapísimo.
—Bueno, es algo lúgubre, pero…
—¡Retíralo!
—Qué más da, tú pareces la vieja del visillo. Como te
descubra y con la cara de mala leche que tiene, viene aquí y nos descuartiza.
—Qué exagerada. ¿No te parece adorable su ceño fruncido?
—Si tú lo dices.
—No seas condescendiente y deja de criticarme. No molesto a
nadie, solo lo admiro.
—A mí me incomodas, pero eso parece que no te importe. Por
lo menos podrías quitar esa canción.
—Es para invocarlo.
—¿Cómo dices?
—Estoy segura que si la canto muchas veces él percibirá mis
feromonas y ¡zas!
—Ese tiene cara de depredador no de abeja polinizadora.
—No lo entiendes.
—A ver, explícamelo princesa del inframundo.
—Que las personas heridas son las que tienen el corazón más
grande.
—Cada día eres más absurda.
Anclada en la incomprensión, en la necesidad de un lazo
invisible que ruega que razone, me estremezco entre la simulación y lo efímero,
a cualquier dios le reitero esta disculpa.
Portal B
—¿No te da mal rollo?
—Me enternece.
—¿En serio? Parece una psicópata planeando cómo aniquilarte.
—Te jode porque no se ha fijado en ti.
—No, lo que me da miedo es encontrármela un día sosteniendo
un cuchillo jamonero.
—Lárgate, envidioso.
Las excusas en las que me cierno empiezan a desajustarse
a un camino invariable y de no retorno, debo ser franca con aquellos que me
rodean, pero me es imposible, porque una parte de mí, hasta ahora silenciada, sostiene
que todo tiene un porqué.
Entresuelo
—Oye, ¿eres la que compañera de la neurótica?
—Y tú debes ser el que vive con el cara angustia. ¿Qué
quieres?
—Podríamos prepararles una cita a ciegas, para terminar con
este rollo perturbador que se traen entre manos.
—No es mala idea, ¿cómo te llamas?
—Pablo, preciosa, y, ¿tú?
—Almudena, y nada de apelativos cariñosos, no hay tanta
confianza; si hago esto es porque me está volviendo loca con esa cancioncilla.
—¿Cuál?
—Una que pone en bucle, dice que es como un conjuro. Yo qué
sé, estoy de los nervios.
—Ah, por eso las muecas. Menos mal, tampoco quiero tirarlo a
los brazos de una demente.
—¡Oye! No te pases. Él tampoco parece que tenga el puzle muy
coordinado.
—¡Olvídalo!
Los caminos son inescrutables, carecen de visionar
aquello que se percibe, que delimita y concede en deseo. A partir de ahora seré
la mano ejecutora, nada podrá impedirlo.
Ultramarinos del barrio
—Por fin se han visto, ¿te ha dicho algo tu primo?
—No, Tina, nada.
—Pues no sé qué más podemos hacer, a este paso se me va a ir
la cabeza, últimamente solo sueño con sangre y vísceras, y me vienen
pensamientos muy crípticos del bien y del mal. ¿Estaré poseída?
—Y mi ceño, ¿qué? Tanta presión me provoca migraña. Solo
quiero ir por la calle agarrado de la mano de mi chica, pero no, tenías que
meter en ecuación a esos dos, montarte la película de que harían buena pareja, un
mundo de arcoíris. Joder, ya te dije que Pablo repele las relaciones, y tu
amiga qué quieres que te diga, se la ve fría como un tempano.
—Cuidado con lo que dices, no me hagas elegir entre los dos.
—¿No lo dirás enserio?
—¡No te esfuerzas nada! Y no me pongo a criticar a diestro y
siniestro.
—¡Se acabó!
Entre lágrimas por fin comprendo mi cometido, soy un
ángel vengador, uno que se rige en fortaleza, mis decisiones serán impuestas,
todos me deberán obediencia.
Habitación de Tina
—¿Por qué lloras?
—Me ha dejado, ¿te lo puedes creer?
—¿Quién?
—Pues quién va a ser, el vecino.
—A ver… tranquilízate, llevas un tiempo que te comportas de
una forma muy extraña. No puede dejarte alguien que no está contigo. Mira, voy
a llamar al consultorio, con suerte te derivarán… —con un golpe seco Almudena
cae al suelo.
—No, si ya me imaginaba que tanta sangre me estaba
contagiando el alma. Y ahora qué hago.
Para que este plano físico no se me sea arrebatado, las
voces de este ente que me ha bendecido me susurra que busque entre lo corrupto
para restablecer lo perdido.
Tercer piso
—Psss, psss, ¡Pablo! Tienes que ayudarme.
—¿Yo? Lo dudo. Adiós.
—¡Espera! Es Almu, ha sufrido un accidente.
—¿Qué dices? ¿Dónde está?
—Bueno, a veces pasan cosillas de esas que uno no controla. Tú
eres abogado, ¿verdad? Como somos familia estás obligado a representarme. Utiliza
algún tecnicismo para exculparme porque juraría que estoy hechizada, ¡Bah! Soluciónalo,
pero te aviso que no pienso pagarte nada, que lo haga tu primo, todo es por su
culpa.
—Joder, estás fatal. Voy a llamar a la policía, no te muevas
y ni se te ocurra acercarte.
—¿Cómo te atreves? —un empujón y otro golpe seco. —No me lo
puedo creer, pero si son como muñecos de plastilina, se desintegran con un
soplido.
La gracia divina me ha abandonado, ha decidido que no
debe protegerme, que he de luchar en solitario contra mis propias acciones, es
una prueba, lo sé, yo que solo deseé, ahora por algunos errores me ha negado su
mano guardiana. Ya no hay indulto, solo esta canción que me acompaña.
Velatorio
—Tina, esto lo hemos provocado nosotros. —lloroso se agarra
a la mano de la que vuelve a ser su novia.
—Qué dices cariño, qué tontería. Pablo se agobiaría, siempre
decías que iba de flor en flor, Almudena era muy estricta y bueno, quién iba a
imaginar que él se la cargaría, y luego los remordimientos lo empujarían a
tirarse por las escaleras. Ambos han sido víctimas del desamor. <<Ufff…
que agobio, ¿Cuándo terminará este teatro? Ese tío me mira mucho, ¿verá mi
culpabilidad? No, Tina, cálmate, no puedes ir por ahí arrebatando vidas. ¡Claro!
Qué ciega he estado, ahora lo entiendo: soy la guadaña>>
—Amor, ahora vengo, voy un momento al baño.
—Vale, pero ¿por qué llevas una botella?
—¿Qué? Ah, sí, es muy importante reciclar, hay que tener
conciencia medioambiental. <<Casi me pilla. ¿Dónde se habrá metido ese
sujeto? Haré todo lo necesario para cumplir mi propósito. Poco o nada me
importa que el de arriba me haya abandonado, ahora sé cuál es mi función, una
que es más férrea que cualquiera de sus superfluos arbitrajes>>
Hola, a todos.
Hoy os traigo un relato entre ventanales y exceso de
delirio. Que esas divinas voces en las que algunos se amparan, nunca nos
corrompan al resto, ;) ¡Huid!
Mil gracias por vuestro tiempo.
Besos, y abrazos.
Un relato que te hace reír, te desconcierta por lo místico y te deja preguntándote si Tina necesita un exorcista, un psiquiatra o un contrato con Netflix para su propia serie. Es como si alguien hubiera metido en una licuadora a García Márquez, Almodóvar y un capítulo de Crímenes imperfectos y esa has sido tú querida, Irene jajajaja. Me gusta el personaje de Tina que es un huracán de contradicciones. Por un lado, se flagela como si estuviera en un confesionario medieval, pidiendo perdón por sus "pensamientos impuros". Por otro, espía al vecino como si fuera una detective de pacotilla y termina convertida en una especie de Dexter con falda, pero sin código moral. Bueno, escritora tu fase expansiva demuestra que lo mismo escribes una comedia que un drama bien acorazado je, je. Esa diversidad creativa es genial.
ResponderEliminarBesos de marciano a marciana :)))
Qué alegría que este delirio te haya hecho reír, Miguel, :) Tienes razón, Tina necesita un poquito de todas las fuerzas invisibles y terrenales para que la ayuden, ja, ja, ja. La verdad es que creando este personaje lo he disfrutado muchísimo, no puedo negarlo, y la he dejado volar sin pudor ni ningún sostén coherente. Y eso que la idea inicial era otra totalmente opuesta, pero nada, ella ha querido ir por libre.
EliminarMil gracias por tus piropos.
Besos marcianos, ;)
Inquietante, fascinante... Me ha atrapado de principio a fin con esa atmósfera densa, casi gótica, que mezcla lo cotidiano con un descenso vertiginoso hacia lo perturbador. La obsesión, la culpa y la locura se entrelazan con una naturalidad que pone los pelos de punta. Como lector, me siento como si hubiera espiado por una rendija una historia que no debería haber visto, y eso me encanta.
ResponderEliminarEl monólogo inicial de Tina, con esa confesión apasionada y autodestructiva, ya establece un tono de tormento interior que se siente visceral. Esa lucha entre la virtud que dice haber tenido y el “comezón indigno” que la arrastra al pecado es una apertura poderosa, casi como un lamento poético que anticipa el caos que vendrá. Luego, los portales narrativos (¡qué gran idea estructurarlo así!) van desgranando la historia desde perspectivas distintas, cada una añadiendo capas a la psique desmoronada de Tina y al desastre que se cuece. Las conversaciones entre los personajes son tan reales, con ese toque de sarcasmo y roces cotidianos, que contrastan brutalmente con la escalada de violencia y delirio. Ese contraste es lo que hace que la historia pegue tan fuerte: pasamos de chismes sobre el vecino guapo a una tragedia macabra en un abrir y cerrar de ojos.
Me encanta cómo has jugado con la ambigüedad moral. Tina no es solo una víctima de sus impulsos; hay algo en ella que se va transformando, como si realmente creyera que es un “ángel vengador” o “la guadaña”. Esa evolución (o involución) está tan bien llevada que, aunque sus acciones son horrendas, no puedes evitar sentir una mezcla de lástima y fascinación por su mente fracturada. Los detalles como la canción en bucle como un “conjuro” o sus sueños de sangre y vísceras son toques maestros que refuerzan esa sensación de estar dentro de una cabeza que ha perdido el rumbo. Y el final en el velatorio, con Tina justificando los asesinatos mientras planea el próximo, es escalofriante. Esa frase sobre ser “la guadaña” y su desprecio por la “gracia divina” que la abandonó me dejó con la boca abierta; es un cierre que te sacude y te deja pensando.
Pero lo que realmente me ha impresionado es cómo has logrado que cada “portal” tenga su propia voz y propósito, desde el humor inicial hasta la desesperación y el horror del final. La mención de la botella y el reciclaje como excusa en el velatorio es tan absurdamente genial que me reí, aunque con un nudo en el estómago.
Te felicito.
El lazo común siempre ha sido la canción, a partir de ahí, aunque la idea de la historia era otra, he intentado que se integrara ese aire cotidiano con el místico, que se comunicaran entre ellos, como dos escenarios separados que se dan la mano, la música en este caso, es la que hace el clic a la protagonista, los vincula, provocando que ambos se validen. Que te haya atrapado la historia, y aun sin pretenderlo por la realidad en la que se ampara te hayas reído, solo puedo decir que me hace muy feliz y estoy más que agradecida por ello, Marcos. Mucho.
EliminarMil gracias por el comentario, por el tiempo y sobre todo por explicarme todas las sensaciones de una forma tan extensa, no sé cómo responderte, me quedo corta en gratitud.
Un fuerte abrazo.
¡Wao! Irene, como dice mi hermana mayor, me has dejado de una pieza, ja, ja, qué nivel de relato, al inicio inocente, enseguida se torna inquietante, luego desafiante, más tarde agobiante, y finalmente espeluznante... La forma en que lo expones es genial.
ResponderEliminarPrimero la canción que suena a obsesión .
Después esa voz de la conciencia que aparece en varios actos, dando señales de descontrol mental, por momentos excusándose, pidiendo perdón, reconociendo sus fallos y debilidades, su Ser corrompido, razonando con algo de coherencia al aceptarlo, y luego reapareciendo esa personalidad que se autonombra como fuerza de lo oscuro y como la propia muerte.
Más tarde ese degustar la sensación de poder y aniquilar vidas, con desparpajo y sin ningún remordimiento..., como si fuera una especie de alimento.
Dicen que cuando se experimenta la adrenalina que produce arrebatarle la vida a alguien, la sensación de efervescencia es tan poderosa que si no somos lo suficientemente cuerdos y sensatos, la mente cual si fuera un mantra, te pide que lo repitas, hay un deseo interior de sangre que se vuelve necesidad imperiosa.
Menuda asesina resultó Tina, y como va el mundo, cuántas semejantes a ella no habrán... Has creado un personaje muy poderoso para una novela, o como dice Miguel, una serie de Netflix.
El título muy acorde con lo que en ella resuena y se va metiendo en sus venas. La imagen de esa nebulosa, representa la evolución por la que ella atraviesa que va más allá de todo entendimiento.
Eso sí querida Irene, mantente alejada no vaya a ser que se apodere de ti esa joyita de personaje, ja, ja.
Te felicito por esta magistral obra literaria y teatral, te ha quedado de diez. Que tu fuerza escritora te acompañe y que al buscar entre lo corrupto, restablezcas lo perdido
Muchos besos querida Irene, que pases unos días muy placenteros.
Ja, ja, ja, Ay, preciosa Idalia. Si te he dejado sin palabras, bienvenida sea esa mudez, ;)
EliminarHacía tiempo que no enlazaba ningún escrito con una canción, el otro día (hará 2 semanas, creo), mientras iba para el trabajo la pusieron en la radio, es un grupo que escuchaba sobre todo en la adolescencia, rock catalán, y empecé a imaginarme un escenario en un bloque, primero visualicé un amor imposible que va estableciéndose en obsesión, pero luego, ya no pude parar. Mis escritos todos tienen ese tinte de novela negra o psicológica, nada, que por más que lo intento el romanticismo y yo no nos complementemos, ja, ja, ja. Y mira que desde entonces he intentado seguir con la idea y posteriores borradores de inicio, pero lo único que he podido mantener es que el núcleo común sea la canción.
Todos mantendremos una distancia prudencial con Tina, o cualquiera que se le asemeje, que ahora que sabe su cometido debemos ir con cuidado, nadie está libre de pecado, ja, ja, ja.
Mil gracias por tu cariño.
Más besos, y feliz fin de semana.
Nos has pillado en bolas, un relato esperpéntico genial. ;)))
ResponderEliminarBesos.
Ja, ja, ja, ¿Está mal decir que me alegro, Alfred? :)
EliminarMil gracias.
Besos.
Eres muy ingeniosa.
ResponderEliminarY tienes gran sentido del humor.
Un relato muy divertido.
Al principio me ha recordado a 13 rue del Percebe, y también a Historia de una escalera... pero no... tu relato es una genialidad.
Aplauso y besos.
Bueno, mi humor es algo retorcido no lo voy a negar, pero que me encanta reír eso es cierto, Xavi, ;) Me alegra de verdad que te hayas divertido y más tus palabras.
EliminarMil gracias de corazón.
Besos.
Tina va a sembrar el infierno en la Tierra. Pero también se lo ponemos fácil. ;)
ResponderEliminarCuidemos de todas las Tina's terrenales que se creen su verdad como única, porque entonces sí que conviviremos en el caos, ;)
EliminarMil gracias, Cabrónidas.
Abrazos.
Me agradan la villanas, Tina es un buen nombre para una tipo sobrenatural, es muy buena eleccion. Puede ser cierto hay seres algo "inmoderados" o muy fuertes y pues eso terminan haciendo accidentes en nuestra fragilidad.
ResponderEliminarHola, Jose.
EliminarTu comentario me ha recordado El protegido, personajes extraordinarios como el de Bruce Willis, que desconoce ser un superhéroe, ;) Quizás sea cierto y todos tenemos un superpoder que nos hace inmune a algo.
Mil gracias por tus palabras.
Abrazos.
Jajaja, que bueno Irene. Si pudiéramos mencionar toda la charrada y chascarrillos entre pisos quedaría un texto tan genial como el que nos muestras.
ResponderEliminarMuy buena narrativa, Tina excepcional, jeje.
Un abrazo fuerte
Ay, Nuria, lo que se cuece en los bloques de pisos, ja, ja, ja. Como me alegra haberte divertido con esta historia, :)
EliminarMil gracias por las risas.
Un fuerte abrazo.
Qué movida. ¿Tu mente es un barrio chungo, verdad? Daban ganas de comer palomitas leyendo el chisme xd
ResponderEliminar¿Palomitas dulces o saladas? Algo transcendental, porque sí, mi mente va por libre, ;)
EliminarOye, Kiffi, no me deja entrar en tu blog. ¿Lo has deshabilitado?
Muchas gracias.
Abrazos.
Me encantan estas historias contadas a varias bandas e ir descubriendo las distintas visiones de los personajes. Vaya cuatro has diseñado para este relato. Lo que empieza como algo inocente se va convirtiendo en una historia inquietante; del humor se pasa a un estado de impaciencia por ver cómo se desarrolla la historia y el desenlace, que cierra como un broche de oro, es magnífico. Como lo son las introducciones que pones a cada escena.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. No entiendo la letra de la canción, pero da igual, no creo que me haya restado demasiado porque lo he disfrutado un montón.
Un beso.
Qué alegría, Rosa. La verdad como he comentado antes, la idea del relato era otra, quería crear algo amoroso con un lazo insistente, porque mis escritos siempre se arrastran hacia esa perspectiva, pero la idea final no era esa, nada, que no se puede forzar, y el lazo obsesivo se iba fraguando cada vez más hasta llegar a este punto. Me alegra muchísimo que te haya gustado.
EliminarPerdona, tienes razón, la canción voy y la pongo con letra en catalán, aquí dejo enlace traducido: https://www.letras.com/laxnbusto/779537/traduccion.html
Mil gracias de nuevo, :)
Besos.
Muchas gracias por la traducción. Así cobra mayor dimensión el relato.
EliminarMás besos.
Irene. ¿Estudiaste guion?
ResponderEliminarUn abrazo hasta allá.
No, Julio David, nada que ver, ;)
EliminarMuchas gracias.
Un fuerte abrazo.
Hola.
ResponderEliminarMenudo relato te has currado. Me gusta que sean personas con historias entrecruzadas, y que sea una mezcla de todo un poco. Me he reído, me ha dado mucho yuyu, la verdad, y me has enganchado desde la primera palabra.
Enhorabuena y feliz día.
Gemma, no sé si me hace más feliz las risas o el yuyu.
EliminarMe alegra muchísimo que te haya gustado la historia.
Mil gracias por tus palabras.
Un beso.