No recuerdo a mi padre, se marchó de casa cuando apenas
tenía cuatro años, eso hace que a veces me pregunte cómo uno es capaz de resguardar
los primeros recuerdos y otros en cambio se almacenan en algún oscuro lugar del
que no existe acceso.
Es como si una parte de mi hubiera sido arrancada el mismo
día de su partida, ese día en que no evoco siquiera su sonrisa, olor, voz, un
simple abrazo, pero si vienen a mi flashes
como los sonidos de la vía del tren, el aviso del próximo destino, el llanto de
mi madre, de sus ruegos requiriendo que no nos abandonara. Como me empujaba
hacía ese hombre sin rostro. Nada sirvió. A partir de ahí, todo se volvió
negro, o quizás siempre fue así, una mujer miserable, amargada que buscaba
cualquier excusa para despreciar o culpar. La pequeñez de los momentos en los
que se abrigaba, en el falso amor y en el rencor de saber que ese hombre se
había marchado para no volver, con otra familia a la que entregar lo que ella demandaba,
y sobre todo que no sería nunca la elegida. Yo solo fui una ficha a la que manejar,
todo valía para retenerlo, aunque solo se tratara de unos escasos años de idas
y frías salidas. Nunca existió amor, tampoco necesidad. Supongo que por esa razón
fui una niña solitaria, sumisa, que intentaba no molestar, jugar en el silencio
de la contemplación, la anciana Greta, nuestra vecina, se asemejaba a ese
carácter, observador y reservado, hablaba poco, y cuando lo hacía era para
revelar detalles sobre el pasado, así que no me sorprendió el día que decidió
explicarme la historia de cómo se conocieron mis padres. Él era comercial, de
los que van de puerta en puerta ofreciendo cualquier producto que uno pueda
imaginar, no debió percibir el error que cometería al llamar a la puerta de mi
madre, tampoco sé si llegó a venderle algo, pero sí que iniciaron una mísera
relación, una aventura que hubiera tenido un rápido fin si no se hubiera hecho
público el embarazo. Por eso sé que
cuando ya no le serví a su propósito me detestó con más fuerza. Hizo que
creciera con una animadversión a los trenes, estaciones ferroviarias o
cualquier pase en el que existiría alguna vía, la razón, el odio al abandono, a
la culpa, a la necesidad de señalar a un objeto para no hacerlo sobre ella
misma, sobre él. Durante un tiempo quise anclarme en esas emociones, a esa
enfermedad, buscando un punto de conexión, necesitaba y pensaba, que era la única manera de conseguir
su cariño. Me amparaba en la desdicha de creer que si me parecía a ella,
llegaría el día que no necesitaría vivir en aquel recuerdo, en él, su marcha, y
seríamos felices.
Con el tiempo ese inexistente lazo se fue rompiendo, la
incomprensión y la escasa respuesta hizo que me descubriera sublevándome.
Empecé coleccionando recortes de trenes, los guardaba como un tesoro, y los
admiraba cada noche antes de dormir, esperando ansiosa el día que ella los encontrara,
quería, necesitaba, ver su reacción, me hacía sentir rebelde, mezquina, feliz y
un algo que todavía no era capaz de describir. Sabía lo que podía provocar ese
secreto, pero no me importaba, era mío.
Durante años logré pasar tan desapercibida que mi sola
presencia no formaba parte de aquel plano, nunca lo descubrió y sentí rechazo,
incomodidad y rabia. Greta la observadora, sí notó el cambio del que me estaba
despertando y así me lo hacía saber <<Niña,
tu mirada no es limpia. Algo tramas y no es bueno>> Yo sonreía y fingía
que no entendía lo que quería decirme. Pero lo sabía, dentro de mi habitaba una
necesidad mayor, el odio se alimentaba de más odio, ya no tenía que intentar
parecerme a ella, poco a poco, simplemente me convertí en una versión peor.
Jugaba a desestabilizarla, a incomodarla. Me gustaba ver que tenía ese tipo de
poder, no era como ella, no gritaba, ni exigía, no, yo cavilaba, cada paso, movimiento
y palabra era tan mesurada que la perturbaba sin darse cuenta desde donde le provenía
el golpe. Por las noches inducida por el primer sueño le ponía sonidos de locomotoras,
silbatos, al cabo de unas semanas empezó a estar más irritable de lo costumbre,
su agitación se hizo más presente, más visible, dejó de dormir. Allí debí detenerme,
pero verla empeorar, hacía que me sintiera bien, con una paz que me impedía
parar, disfrutaba viéndola caer, hundirse y me justificaba, sí, lo hacía, por
el dolor que me había infringido desde que nací. Así que seguí. Pero llegó el
momento en que ese juego empezó a aburrirme, trastornarla se convirtió en algo
demasiado sencillo, necesitaba de otros nuevos alicientes.
Fue entonces cuando recibió la nota: Cande, cometí un error
al marcharme. Nunca debí subir a ese tren. Llegaré a las once de la noche. Estaré
esperándote en la vía número cuatro. Te necesito.
No miró el remitente, tampoco se fijó en la letra, solo vio
lo que anhelaba, ese día anduvo como loca haciendo planes, repitiendo sin parar
que ella sabía que llegaría el día que regresaría. Así que no me esperó, ni vio
venir el empujón que le di justo antes de que pasara el tren, el último. Ahora
sé cuál es mi cometido, y esto solo acaba de empezar.
Me ha gustado como has sabido manejar todo este entramado psicológico en torno a esta joven protagonista y narradora en primera persona, que después de ese distanciamiento de su padre, sufre toda una tortura, al verse inmersa en una tóxica relación con su madre, que le conduce a rebosar la copa de rencor y odio, de la cual va bebiendo para alimentar su sed de venganza materna.
ResponderEliminarTe mueves como pez en el agua en este tipo de relatos intimistas donde el drama psicológico está muy presente, por lo que me parece genial que hayas decantado por concursar con este tipo de historia tan impactante como demoledora en ese giro final, muy bien urdido.
Te deseo mucha suerte, mi querida amiga Irene, porque además de original se aprecia tu buen hacer narrativo.
Un besazo enorme.
Hola, Estrella.
EliminarQué generosa eres siempre conmigo y mis escritos. Te lo agradezco muchísimo.
He intentado que la historia tuviera una progresión como en un viaje en que varios puntos se unían para más tarde darle comprensión a ese final. Desgranando como bien dices las emociones de la protagonista. Eso sí, tuve que modificar un poco el argumento, ya que al leer las bases la primera vez, no sabría decir cómo lo hice, pero no bien, así que después de leerte me quedo muy feliz, muchísimas gracias.
Un beso enorme, querida amiga.
Muy impactante, Irene. Las estaciones de tren guardan miles de historias detrás de las personas que transitan por ellas. Has establecido, con ello, el marco narrativo adecuado para el concurso al que presentas tu perturbador texto. Después y durante el relato nos enfrentas al miedo, a la incomprensión, a las relaciones tóxicas, a la locura...
ResponderEliminarUn texto, además, muy visual y digno de ser llevado al cortometraje cinematográfico. Enhorabuena.
Un beso, artista.
Hola, Miguel.
EliminarAsí es, esa ha sido mi intención, así que me alegra de verdad que lo hayas podido visualizar de esa manera. No sabes lo feliz que me haces cuando me dices que mis textos tienen un aire cinematográfico de verdad que es uno de los mejores piropos que podrían recibir y más viniendo del experto Sor Marciano. Súper agradecida. Mil gracias, :)
Besos.
Hola Irene. A mí personalmente lo que más me ha llamado la atención es ese lenguaje tan electrizante y obsesivo que usa la protagonista. Se me antoja como un registro muy adecuado para la auténtica confesión que nos regala, un poco al estilo de el corazón delator de Poe. Muchas felicidades y mucha suerte en el Tintero.
ResponderEliminarHola, Beri.
EliminarPrimero de todo bienvenido, tengo que agradecer a David que poco a poco vayamos conociendo a compañeros y sus letras, en las que uno se inspira e le incitan a escribir, seguir aprendiendo y mejorar.
Me alegra que hayas sentido de esta manera el relato, y agradezco muchísimo tu amable comentario.
Un fuerte abrazo.
Qué disfrute al leerte, mi niña!! Me has recordado al gran Poe... Ese manejo de lo psíquico, como has ido subiendo la atención... Me ha encantado, he leído conteniendo el aliento hasta el final.
ResponderEliminarSublime!!
Mil besitos con cariño y feliz noche ❤️
El disfrute que me lo digas es todo mío, querida Auro. Y me alegra que así lo hayas sentido, porque a veces me pierdo en la escritura, en la historia que intento plasmar y me da miedo que no tenga el mismo sentido que he intentado mostrar. Mil gracias por tu apoyo y sobre todo por tu cariño.
EliminarMuchos besitos.
Saludos Irene, es un duro relato, muy cruda la situación de la protagonista. Me dio cosita que se llenara de odio. El relato está muy bien desarrollado. Es muy fuerte lo que ocurre y se visualiza más por lo bien creado que está el relato. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarQué mensaje más amable le dejas al relato, Mery. Muy agradecida después de leerlo, me alegra que hayas podido visualizarlo.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo.
Un relato que nos mete en la mente de un psicokiller en ciernes, pues después de toda esa reflexión narrativa interior en primera persona, nos sorprende el final con esa frase contundente de la protagonista, que nos avisa no solo que su venganza se ha consumado sino que todo acaba de empezar. Da mucho miedo esta mujer, ni da pena ni enamora. y todo con el telón de fondo de una estación de tren.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Javier.
EliminarHe intentado ir mostrando las emociones de la protagonista de una manera un tanto pausada, y que estás fueran aclimatándose, vislumbrarse, para que así se comprendiera ese final del que como bien dices, ni da pena, ni enamora. Deja otras sensaciones que nada tienen que ver. Así que me alegra que lo hayas sentido de esta manera.
Muchísimas gracias.
Un beso.
Caramba, Irene, qué relato más morboso, ja,ja,ja. Aun así, o quizá por eso, me ha encantado. Dos dramas unidos por un marido-padre que abandona el hogar. Un amor-odio heredado de una madre despechada y que, como un boomerang, la hija devuelve todavía con más saña a quien le ha provocado toda esa angustia, rabia y aislamiento. Podría acabar siendo un crimen perfecto, pues solo las vías de ese tren nocturno han sido testigos involuntarios.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Josep Maria.
EliminarSi te ha encantado, me alegra y satisface muchísimo, :) Quizás si lo sea un crimen perfecto, quién sabe, esperemos eso sí que a la larga la descubran, algo se le ha despertado a la protagonista que le va a impedir parar. Y bueno, no es. Mil gracias por tus palabras.
Un beso.
Tremendamente impactante, Irene. Me ha gustado muchísimo como desde ese tono intimista que recorre la historia giras hacia un final tan duro e inesperado. Un relato muy bien construido. Felicidades.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Marta. Como me alegra tu comentario y más si he conseguido impactarte, :) Eso sin duda es lo mejor que podías decirme.
EliminarUn beso enorme.
Tremenda historia donde el odio intimista de esa niña , solo le queda llevar ese odio que ha generado contra su padre a su madre.Un abrazo.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Mamen. Muy agradecida por tu comentario.
EliminarUn fuerte abrazo.
Interesante y triste tu relato. Y muy revelador de lo que se desarrolla cuando uno crece sin cariño y sintiendo que es el depositario de todas las culpas.
ResponderEliminarEse propósito acerca de lo que solo acaba de empezar deja el relato abierto a un abismo que una puede imaginar.
Un beso y suerte.
Hola, Rosa.
EliminarEs cierto lo que comentas, por el tema de las palabras tuve que acortar una parte en la que hacía hincapié justo en lo que dices de cuando un niño crece sin cariño y su desarrollo. Muchísimas gracias por tus palabras.
Un beso.
Hola, Irene, qué malas son las relaciones tóxicas, sobre todo si te toca padecerlas. Me llamó mucho la antención ese punto de vista desde una tercera persona a la relación, y cómo trabajas el odio que el narrador va acumulando para, de alguna manera, justificar lo que iba y termina haciendo. Felicidades, me gustó mucho la intriga que desprende el texto.
ResponderEliminarY menuda pieza tuvieron como hija; ya lo dicen, hija da gata...
Enhorabuena y mucha suerte en el concurso.
Un abrazo!
Muchísimas gracias, Pepe. Me alegra que así lo hayas sentido, he intentado crear una historia donde se entremezclan pausadamente las emociones, en este caso negativas, con algunos puntos en común que se iban desarrollando en cada etapa, para así más tarde terminar con ese final de no regreso. De verdad, muy agradecida.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, Irene. Muy bien narrada tu historia. El personaje resulta creíble y nos dejas con esa sensación de que su tremenda tortura interna explotó y no se va a contentar con su madre.
ResponderEliminarEscalofriante
Un abrazo
Muchísimas gracias por tus amables palabras y tu lectura, Mirna.
EliminarMuy agradecida.
Un fuerte abrazo.
Hola, Irene. Un relato estremecedor. Excelente escritura.
ResponderEliminarHola, Beba.
EliminarTe agradezco muchísimo tus palabras.
Un fuerte abrazo.
Hola Irene, caray jovencita si que te estás luciendo con esos personajes algo diabólicos diría yo, pues creo que aunque las circunstancias le han ayudado un poco, son almas que en realidad se gozan haciendo el mal, y lo justifican autocastigándose a drede para engordar más su maldad interior. Es como repetirte 25 veces "tengo hambre", pero no haces nada por comer, porque en realidad tu hambre no se sacia con comida y lo sabes.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el hilo narrativo, lo visual de las escenas y a pesar del dolor que conlleva la historia, se percibe más la personalidad fuerte y malévola de la hija, que supera con creces el desamparo de la madre. El personaje de Greta está muy bien logrado, con escasas, pero importantes intervenciones.
Has narrado muy elocuentemente esta historia, no faltaron ni sobraron detalles, incluso la veo muy buena para hacer una prueba sicológica, si nos identificamos con el personaje, hasta el punto de aplaudir el final, entonces somos personas muy peligrosas.
Si que te has lucido en grande querida. !Felicidades!
Hola, Harolina.
EliminarEstoy indagando y documentándome bastante para crear estos personajes, así que me alegra muchísimo que lo estés notando y así me lo hagas saber, :) Lo que he intentado es crear una ambientación pausada donde se va mostrando lentamente el desarrollo de este personaje, para más tarde visualizar y entender el impulso, y la razón de que este sea diferente al resto, abandono, madre abusiva, crecimiento sin amor, el odio en el que se va cimentando por la falta de cariño, incomprensión y un despertar a un algo que no al inicio no comprende, pero más tarde la hace sentir bien, feliz. El sentimiento de maldad anida en el interior de este personaje, y el hecho de que su vida no haya sido como debería solo le ha provocado un despertar temprano. Te agradezco cada palabra, todas. Sigo aprendiendo y espero a la larga hacerlo cada vez un poquito mejor. Muchísimas gracias.
Un beso enorme.
¡Menuda historia, Irene! Para nada me esperaba ese final. El hilo conductor de los trenes y vías podía haber llevado a presagiarlo pero te confieso que no ha sido así.
ResponderEliminar¿Puede ser alguien tan malévolo como para que llegue un momento en que le aburran ya las "fechorías" cometidas? Tú has encontrado el personaje perfecto en esa niña.
¡Un beso,linda!
Mil gracias, Chelo. Como me alegra saber que te he sorprendido, y que en ningún momento esperabas ese final. Muy agradecida por tu afectuoso comentario.
EliminarUn beso enorme.
Un texto completo, primero esa parte evocadora y nostálgica de un padre que se fue. Luego el rencor de una madre amargada para después pasar a la acción y llegar a la venganza. Además, siempre con el tren como hilo conductor y para hilvanar cada fase.
ResponderEliminarGenial, Irene.
Un besote.
Muchas gracias, Paloma. Qué bien, no sabes lo feliz que me deja tu comentario al ver como lo has resumido y has comprendido cada etapa, a veces temo divagar en exceso. Así que me quedo muy, pero muy agradecida.
EliminarMuchos besos.
La madre no ha sido buena con la hija, pero ella, a medida que crecía, perfeccionó un sistema de venganza cada vez más perverso y que llevó a cabo hasta las últimas consecuencias.
ResponderEliminarUna psiquis enferma en un entorno poco favorable que supiste describir con minuciosidad y pericia.
Toda la suerte en el concurso, Irene.
Un gran abrazo.
Muchísimas gracias, Mirella. Como dices la madre no fue buena, pero el personaje de la niña llega un momento en el que se convierte en una versión peor. Gracias de nuevo, muy agradecida por tu comprensión y por cada palabra.
EliminarUn fuerte abrazo.
En la inocente mente de esa niña, no se le debía haber inoculado el gran veneno y enemigo como es la culpa. Al crecer con ella, más el abandono la soledad y otros variantes dañinos, el querer y no poder unirse con su enemigo; la madre, vuelca en ella los efectos que nos supo ni entender ni controlar. En el final, es como si hubiese encontrado la vía de escape a todo lo no digerido. No fue educada en el verdadero amor y al no conocerlo, encuentra como aliado al mal y tal parece que empieza a saborearlo.
ResponderEliminarEs increíble, lo bien que sabes meterte en las partes más oscuras que puede albergar una dañada mente. Te quedó magnífico, Irene. Y la narrativa, como siempre, pulcra.
Felicidades, y suerte en el concurso, preciosa.
Besos.
Mil gracias, preciosa Mila. Estoy intentando documentarme para crear personajes creíbles, a veces peco de exceso, y en otras todavía me queda mucho por aprender, así que me alegra de verdad cada palabra positiva que le cedes al relato, y tu visión siempre humana en la que busca una razón, una excusa para alcanzar el perdón para este personaje. Eres muy buena, amiga, mucho. Muchísimas gracias por cada palabra y ánimo, súper agradecida sería decirte poco.
EliminarUn beso enorme.
Buenos días Irene. Has relatado la sublimación de un padre frente a una madre insensible focalizado desde el sentir de la hija con carencias afectivas, autoalimentándose del odio cada vez más acuciante hacia su madre, hasta convertirse en una patología (el final así lo avala)
ResponderEliminarLa primera persona hace que el relato sea intimista y cercano… casi como si la voz de la hija hablara a cada lector.
Cumple las expectativas de asesinato y tren.
Buen trabajo Irene. Un cariñoso abrazo.
Hola, Isabel.
EliminarSiento responderos tan tarde, llevo unas semanas en los que solo he podido conectarme días sueltos y debía escoger entre leeros o contestaros, y aun escogiendo la primera todavía tengo muchas visitas pendientes a las que ir. Dejadme entrar, ¿sí? ;) Muchas gracias por tu valoración y que así lo hayas visto y sentido. Te lo agradezco enormemente.
Un abrazo enorme.
Hola Irene, espero que tengas una segunda parte para este relato ya que el final ha quedado en suspenso. Gracias por compartir, me ha encantado.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Conchi.
EliminarNo sé si tendrá una segunda parte, lo he presentado en el Concurso del Tintero. Si todavía no lo conoces deberías visitarlo, te dejo el enlace:
https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/search/label/CONCURSO
Gracias a ti por tus palabras, :)
Besos.
Un personaje fuerte que te transmite su estado y sus sentimientos en estado puro! Su principal foco es la venganza que está destilando rencor, odio y resentimiento hasta el final. El final es impactante!
ResponderEliminarMe encanto, Mirella!
Abrazo!
Hola, Yessykan.
EliminarComo me alegra que te haya gustado, :)
Muy agradecida por dejarme en el comentario las sensaciones que te ha despertado el relato al leerlo.
P.D. Soy Irene, ;)
Un beso.
Hola, Julio David.
ResponderEliminarBueno, qué te digo, que espero que no, je, je Sería como poco, preocupante, ;)
Muchísimas gracias por tu comentario.
Un fuerte abrazo.
Gracias, Irene, por participar con este relato en El Tintero de Oro. Un abrazo y suerte!!
ResponderEliminarGracias a ti, David, siempre.
EliminarUn fuerte abrazo, :)
¡Hola!
ResponderEliminarQué buen relato, atrapa de una forma...ya no puedes parar de leer. Me encantan las historias ambientadas en trenes(Extraños en un tren es de mis preferidos, tanto libro como peli) y las estaciones siempre me han inspirado.
Has trasmitido los sentomientos, en especial el odio, de manera impecable.
Enhorabuena y suerte en el concurso.
Como me alegra haberte podido transmitir todas estas emociones, Gemma. Me hace muy feliz que así sea, :)
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras.
Un beso.
Exploras en este relato la personalidad de la protagonista y las circunstancias que la han convertido en lo que es, sus miedos, sus obsesiones, en definitiva lo más oscuro de su mente. la forma en que está escrito nos hace visualizar una personalidad obsesiva, torturada por ese rencor que cada vez más la va corroyendo. Buena apuesta para el Tintero, Irene. Un abrazo.
ResponderEliminarMe alegra de verdad que así lo hayas visto, Jorge. Muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarMuy agradecida, :)
Un fuerte abrazo.
Uff, Irene, desde luego, sabes cómo se forja el mal. Espero que solo en el papel, je, je, je.
ResponderEliminarHas descrito perfectamente la espiral que llevará a nuestra protagonista al asesinato de su madre. ¡Y por lo visto ahí no acaba la cosa! Algún día tendrás que continuar su historia.
Un abrazo y mucha suerte.
Espero que este personaje se quede ahí, en el papel, je, je
EliminarMuchísimas gracias, Bruno, por tus palabras y por el ánimo que me das para que continúe con la historia, muy agradecida.
Un fuerte abrazo.
Personajes formidables que hablan de la crueldad humana. Me gusta que ninguno de tus personajes sea del todo bueno o inocente. Todos tienen un halo perverso, salvo la intuitiva Greta. Me has conseguido enganchar desde el principio. Creo que ni he pestañeado mientras leía. ¡Mucha suerte en El Tintero y felices fiestas!
ResponderEliminarNo sabes como me alegra haber conseguido engancharte a la historia, Rebeca. Te lo agradezco muchísimo, :)
EliminarUn beso enorme, y Felices Fiestas.
Hola Irene
ResponderEliminarQué mal rato! jeje
demuestras hasta donde puede llegar el odio entre una hija y una madre.
Duro.
Buena la trama y la forma en que la presentas.
Suerte y saludos
Muchísimas gracias por tus palabras, Paola. Espero que el mal rato pasará rápido, ;)
EliminarUn fuerte abrazo.
Me ha gustado mucho tu relato, Irene. Te confieso que al recibir la carta ya me había dado cuenta de que era falsa, je, je. He leído bastantes historias de amor que dan más miedo a veces que una de terror, por la falta de cariño o por estar sobradas de desprecio. Me ha gustado como has hecho que la niña vaya cambiando su personalidad de bondadosa a siniestra.
ResponderEliminarUn saludo afectuoso.
Hola, Carla.
EliminarMe alegran de verdad tus palabras, y que te haya gustado el desarrollo y cambio progresivo que ha ido sufriendo la niña a través de la historia.
Muchísimas gracias.
Un fuerte abrazo.
¡Mama mía, qué historia tan tremenda! Es tan visual que parece que haya estado viéndola en una pantalla más que leyéndola. Has plasmado tan bien la psicología de la personalidad de la madre y la evolución de la de la hija que al final, me has dejado sin palabras.
ResponderEliminarTe felicito, Irene.
¡Suerte en El tintero!
Mil gracias, María Pilar. No sabes lo feliz que me hace y como agradezco que hayas podido visualizar la historia, para mí ese es el mejor premio que podría llevarme.
EliminarMuy agradecida, mucho, :)
Un fortísimo abrazo.
Una historia para el análisis de las familias disfuncionales, muy bien trabajadas, donde los valores son personajes ausentes. Es tan importante el papel que juega la escuela y otros adultos significativos en la educación del niño(a) aunque hay estudios que dicen que tiene un componente genético, quizás los padres tampoco recibieron amor. Si estás trabajando ese tipo de narrativa puedes documentarte con trabajos científicos que desarrollan el tema de la Disfuncionalidad Familiar es un tema complejo, y son muchos elementos que intervienen en el comportamiento humano. Gracias por compartirlo. Saludos desde Venezuela
ResponderEliminarHola, Perlas.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras. Y sí, la verdad es que es un tema que me interesa bastante, sobre todo por los textos que estoy escribiendo últimamente, y no solo para comprender, sino para intentar crear personajes más creíbles. Así que lo correcto es documentarme sobre ello, en estos momentos estoy a la espera de recibir: Violencia y Psicopatía de Jose Sanmartin, Adrian Raine, pero está tardando un poquito en llegar, supongo que será por las fiestas. Igualmente si puedes recomendarme alguna lectura, visual o documental, te lo agradecería enormemente.
Un fuerte abrazo, y gracias de nuevo.
Sí que sabes en lo que puede convertirnos una obsesión! Tremendo, espléndido relato. Da gusto enfrentarse con algo tan terrible cuando está tan bien escrito y descripto. Me encantó.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchísimas gracias por esta valoración tan positiva que le cedes al relato, Juana.
EliminarMuy agradecida, no sé si también te has presentado al concurso, tengo que ponerme al día, si es así, te leo en breve, en nada, :)
Un fuerte abrazo.
La historia de una venganza explicando con todo detalle su causa, la meticulosa preparación y el brutal desenlace final. Es un relato muy bien escrito que consigue identificarnos con la protagonista, seguir sus planes y entender en parte sus motivos. Suerte en el Concurso. Saludos Cordiales, Irene.
ResponderEliminarGracias, Paco. La verdad que he intentado que la historia tuviera una progresión hasta ese fatídico final, así que te agradezco muchísimo cada palabra y que así lo hayas visto.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Irene, fíjate el año pasado te leí y ahora vuelvo a leerte porque veo que ni comentario te dejé. Tal vez salí despavorida. Ese personaje de la hija con ese pensamiento intimista, desvalijando las vidas cercanas, emocionalmente herida; un pensamiento que ocupa bastante del relato para terminar preparando el camino de un asesinato. Diría que es macabro, pero hay tanto de la vida real, tanta gente dañada y desde jóvenes con odio y cultivando rencores. Las emociones las describes muy bien, como siempre. Creo que no recuerdo haberte leído algo más distante, frío, descriptivo solamente. Lo mismo sí. Un abrazo compañera.
ResponderEliminarHola, Eme.
EliminarNo te preocupes porque me leyeras y no dejaras comentario, agradecida estoy de que ahora si lo hayas hecho, como ves yo estas fiestas he estado totalmente desligada del blog, y ahora tengo que ponerme al día y leer todos los relatos que me quedan pendientes del concurso. Gracias por decirme que describo muy bien las emociones, y aunque las sensaciones que te haya podido transmitir este relato no sean sanas, la intención de adentrarse en ellas era esa, así que todavía más agradecida me quedo.
Un beso enorme.
Ostia!! Pocas cosas me dan más miedo que niños psicópatas. Por mucho que haya tenido una infancia dura y falta de cariño, cosas como esas son maldad en estado puro. Se me erizó el bello al final porque aunque imaginé que la nota era falsa, no pensé que la intención fuera esa.
ResponderEliminarAbrazo enorme y feliz 2020
Hola, David.
EliminarEs verdad, los niños siempre producen más miedo en este tipo de relatos, uno solo puede vislumbrarlos con inocencia y bondad y no con esta maldad.
Muy agradecida por tus palabras.
Un abrazo enorme, y espero que hayas pasado unas felices fiestas.
Me ha gustado mucho la trama y el final fue inesperado aunque algo se veía venir. Me ha costado un poco leer párrafos tan largos, pero la historia mantiene el interés. Suerte en el reto 🐾
ResponderEliminarHola, Rosa.
EliminarSiento que te haya costado un poco leer los párrafos largos, pero me alegra que la historia te haya gustado.
Muchísimas gracias, :)
Un fuerte abrazo.
Impactante final, a pesar de que durante el relato se puede intuir que la relación con la madre es mejorable. Creo que es acertado la narración en primera persona, a mi personalmente me gusta escribir en primera persona aunque el protagonista, como en este caso sea una asesina. Un gran relato. Saludos y suerte en el Tintero
ResponderEliminarHola, Jose.
EliminarMe pasa lo mismo, me gusta mucho escribir en primera persona, :) Gracias por tus palabras, te las agradezco enormemente.
Un fortísimo abrazo.
Un relato intimista, con ese final impactante. Muy bien trabajado el lenguaje y la descripción de los sentimientos de la protagonista.
ResponderEliminarMientras leía tu historia sentí tristeza por esa hija abandonada, pero cuando llegué al final uff que sorpresa, no me imaginé que fuera tan vengativa.
Interesante historia.
Un abrazo Irene
Puri
Muchísimas gracias por tus palabras, Puri. Y por mostrarme las emociones que te ha ido provocando el relato, muy agradecida, :)
EliminarUn fuerte abrazo.
Un drama psicológico con trenes resonando en la memoria. Muy bien hilado, desde la desdicha a la locura (o maldad). Mucha suerte en el Tintero, Irene. Un saludo.
ResponderEliminarMil gracias por tus palabras, Beatriz. Creo que el paréntesis los define perfectamente.
EliminarUn fortísimo abrazo.
Muchas felicidades amiga Irene por la Mención de Honor a tu gran relato.
ResponderEliminarUn abrazo y hasta la próxima!
¡Hola, Irene! Te informo por si no has podido ver la entrada en El Tintero de Oro, este relato está seleccionado para ser incluido en la tercera antología de El Tintero de Oro.
ResponderEliminarMás info en el blog de El Tintero.
Un abrazo!!