Sentándose en la misma mesa se admiraron en silencio,
comprendiéndose de nuevo. Las palabras se apisonaban por el miedo de verse
envueltas en simpleza. Suspiros, movimientos de mano que rozaban la
incomodidad. ¿Qué estaban haciendo?
Alex fue el más valiente dando el primer paso. Le cogió las
temblorosas manos, necesitaba tranquilizarla, calculó fríamente sus actos no
quería dudas, errores, ni culpa. Había esperado demasiado para que todo terminara tan pronto,
la necesitaba. Nunca creyó que fuera posible que dependiera de alguien de esa
manera. Urgencias se agolpaban en su interior, y allí estaba ella contrariada
con ganas de huir de aquel encuentro furtivo. Pero esta vez no la dejaría
marchar, no iba a volver esperar una década, nada ni nadie iba a retirarlo de nuevo.
Ella lo era todo, su llave maestra.
- Tranquila Carla solo somos dos viejos conocidos tomando
un café, no temas.
- Sabes que no es así. –retiró sus manos.
- Esta bien, comprendo tus dudas pero me lo debes. Me
apartasteis, alejándome de lo que me correspondía y ahora te aseguro que no voy a
volver permitirlo.- se le veía nervioso con tics que en otro tiempo no tuvo.
- No es tan fácil Alex, si estuviera en mi mano te
aseguro que seguirías en el grupo. Pero es que ni siquiera existe, nos
segregamos al poco tiempo de tu marcha.
- ¡Estás mintiendo! –se alteró.
- No lo hago te digo la verdad si no fuera así nunca
hubiera aceptado verte.
- Llevo en la sombra muchos años no puedes decirme que no
hay nada. ¡Que ya no queda nada! –cada vez estaba más perturbado.
- Lo siento pero es así debes dejarlo ir es el momento.
¡Despierta!
El mundo una vez conocido y al que esperó regresar se
desvaneció, quedando en un simple soplo sin futuro sin recuerdos. Notó un
crujido algo en su interior roto y de repente nada, no había nada. Solo focos,
silencio y un blanco cejador que le impedía ver con claridad.
Mismo lugar otro escenario.
Una enfermera leía el informe que había realizado el Doctor
Moreno sobre el paciente número 24.
- Pobre hombre repite sin parar una conversación, pero lo peor de todo es que su lucidez solo dura unos segundos al finalizarla. ¿De qué grupo debía tratarse?
- Algo de Internet creo no estoy segura, el Doctor comentó
que su dependencia era tan fuerte que le era imposible asimilar otras
realidades y ahora está perdido dentro de ese bucle a la espera de hallar la
salida.
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También lo podéis leer en: https://elpoderdelasletras.wordpress.com/
Creo que esa será la nueva enfermedad que tendrá vigencia en este siglo.
ResponderEliminarLas adicciones a las nuevas tecnologías son preocupantes según las estadísticas. muchos jóvenes que interactuan con fluidez por las redes y los soportes móviles, son uno auténticos autistas en el mundo real y no saben relacionarse con el entorno.
Un buen relato que nos acerca a un futuro preocupante.
Un beso
Muchas gracias Francisco, :)
EliminarSí tienes toda la razón en lo que dices, la frialdad de las redes sociales hace mella en el contacto directo con las personas y ello provoca serios problemas de conducta. El miedo a salir de casa sin el teléfono móvil se llama nomofobia.
Es realmente preocupante.
Besos, :)
Un relato inquietante y perturbador, Irene. Hay algunas cosas en él que solo intuimos sin saberlas a ciencia cierta, pero sí reconocemos la angustia y la frustración del protagonista. Espero que las nuevas tecnologías que nos anuncian un futuro sorprendente no hagan referencia precisamente a "este" futuro :(
ResponderEliminarMuy bueno, me ha gustado mucho!!
Besitos y feliz tarde de jueves.
Muchísimas gracias Julia,:)
EliminarEsperemos que no sea este nuestro futuro, sino tendremos que deshacernos de toda la tecnologías, ¡la rebelión de las maquinas!!! :D
Muchos besitos!!!
El desarrollo de la trama me ha parecido fantástico, Irene, con mucho gusto escrito, ese furtivo encuentro tan lleno de nostalgia y ese final, inesperado y bien logrado para despertar la curiosidad sobre un tema muy importante como son las fuertes dependencias, en este caso de internet.
ResponderEliminar¡Me ha gustado, y mucho!
¡Besos con cariño!
Me alegran muchísimo tus palabras Mila, ¡gracias!!!!
EliminarLas dependencia en este caso la obsesión del protagonista le llevó a una locura de la que no podía escapar, repitiendo una y otra vez la misma escena.
Muchos besitos!!! ;)
Ayyy es que este internet nos tiene el seso comido. Tenemos que saber dejarlo a un lado.
ResponderEliminarGenial relato.
Un besillo.
La verdad que sí María, dependemos de él para casi todo. Yo por mi parte estoy enganchadita.
EliminarMuchas gracias, besitos!!!
Buenos días Irene, te he dejado un premio en mi blog. Cuando puedas recógelo. Un abrazo
ResponderEliminarMe ha encantado el relato.
Muchísimas gracias Eva, :)
EliminarAhora mismo voy a tu blog a recogerlo.
Besitos!!!
Hay Irene das en el clavo , cuanta dependencia en Internet y gracias a ella podemos estar aquí tecleando en un grupo o no. Yo puedo decir que he hecho algún grupo que otro y de ese grupo surgieron amistades como de familia. Bendito ese grupo . Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Maria del Carmen, :)
EliminarSi yo también estoy muy feliz de formar parte de un grupo tan bonito como lo sois vosotros.
Pero el del relato dependía totalmente de ello y su obsesión era tan fuerte que le hizo perder el juicio.
Un abrazo.
Si, así es.. hay veces que las redes sociales nos "ciegan"...de vez en cuando hay que hacer una pausa y ver tu entorno real..
ResponderEliminarTu relato muy bueno
Un abrazo
Sí es verdad Suni, el entorno real es importante y necesario para que sepamos diferenciar contextos.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, :)
Un abrazo.
Una inteligente manera de comunicarnos, a través de tu versátil imaginación y buen dominio narrativo, los futuros peligros psicológicos y afectivos a los que estas aparentes maquinitas de "placer" inmediato, pero bastante fáciles de crear adicción, logren lo que el sistema que las ha creado, haga de la sociedad unos esclavos totalmente idiotizados.
ResponderEliminarMe ha encantado, Irene, tu relato para hacernos conscientes de esa alienación social.
Un besito y ¡feliz fin de semana!
Y a mí me ha encantado tu comentario Estrella qué palabras tan bonitas le dedicas a mis letras, se han puesto contentísimas, ;D
EliminarLa dependencia a la tecnología si que nos hace ser unos esclavos, después de leer vuestros comentarios voy a replantearme que hacer para no estar tanto tiempo en ellas.
Muchos besitos y feliz día!!! :)
Un relato estupendo, Irene. Me ha tenido atrapada desde el principio, y me ha encantado el final, es casi claustrofóbico. Muy real y con ritmo, me ha encantado. Un beso enorme
ResponderEliminarMuchísimas gracias Chari, :)
EliminarNada de claustrofóbico a pasear con Fibi y la brisa se encargará de todo.
Me alegro de tus palabras, besos.
Uy uy uy... Me has atrapado completamente, es buenísimo!!
ResponderEliminarUn beso grandote!!
Muchísimas gracias Flora, :)
EliminarMe alegro mucho de haberte atrapado.
Besitos!!!
Querida Irene, me fui tres semanas de vacaciones. Al volver vine rapído por acá y me deleité con los sutiles trazos que tu esencia deja en cada una de las cosas que escribís, y me dejé llevar por los caminos que proponés, y disfruté mucho, y me alegré de haber regresado. Sos brillante, amiga.Elijo esta entrada, que me ha encantado, para dejarte mi afecto en forma de comentario. Un beso grande.
ResponderEliminarMe alegro de tu vuelta José Ángel, siempre que te marchas dejas un gran vacío.
EliminarEspero que hayas disfrutado de las vacaciones, :)
Muchísimas gracias por los bonitos comentarios que siempre me dejas, besos!!!
No sabía que canción era, mientras la escucho aprovecho para darte las gracias Julio David, :)
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=fdppHCnB1Is
Un abrazo, ;)