miércoles, 11 de noviembre de 2015

Los munera

Año 264 a. C
 
El olor a tierra movida salpicaba las motas, que unidas a los sudores fríos se embadurnaban en nuestras pieles, la tensión del momento hacía que nuestros músculos se anticiparan al desenlace, las protecciones mínimas e incómodas rozaban la piel que mostrábamos al público, éramos el espectáculo. Nos vitoreaban a la par que repudiaban, nos prodigaban a la par que escupían. Un amor lleno de oscuridad maldita.
 
Pero era nuestro destino, nacimos y vivimos en el pecado y por ello caímos en la subsistencia del castigo y la muerte. 
 
Ahora al fin mi cuerpo yace en la arena. Pero antes de que mi alma descanse en paz, os contaré mi historia. 
 
Año 64 a. C.
 
Mi nombre es Marco, cumplí órdenes de la gran casa Pompeyo en las diferentes campañas de invasión, no me casé ni tuve descendencia, ya que el ser soldado era mi vida, mi honor.
Quizás si hubiera decido otro destino, no habría caído sobre mí esta maldición.
 
Habíamos cumplido el propósito haciendo de Atenas del este - Siria territorio romano.
Una vez finalizada nuestra misión y habiendo ganado el suficiente dinero, decidí que tomaría un periodo de descanso. Mis huesos ya no eran tan fuertes como antes, con 36 años había visto morir a muchos otros, sabía que si no paraba el siguiente sería yo.
Pedí permiso al general para instalarme en la nueva zona, aceptó.
 
Buscaría una buena mujer, y puede que al fin tuviera una familia.
Me instalé a las afueras del poblado, nunca me gustó convivir con el gentío, después de las vivencias pasadas prefería la soledad. Pasaron unos meses tranquilos, iba al pueblo a por víveres y consumar mis propias necesidades. En todo ese tiempo no encontré mujer que fuera de mi agrado. Hasta que al fin, apareció. 
 
Antes de seguir con mi historia os diré que aunque estuve llevando algunos meses de vida retirada, nunca he sido un buen hombre. Os puedo asegurar que en mis manos aún está la sangre salpicada de las víctimas que maté sin ninguna clase de compasión, los fantasmas siguen rondando mi alma pidiendo la clemencia que nos le di en vida, cumplí órdenes y ante todo soy un soldado.
 
Cazaba en el bosque cercano donde tenía la casucha, escuché un movimiento de hojas, creyendo que sería mi sustento fui en su busca, y la vi. Era un ser celestial una hermosa mujer que andaba correteando cual ninfa, su túnica se mecía provocadoramente dejando a la vista la voluptuosidad de su cuerpo.
 
La seguí ciego y lleno de lascivia, no se percató de mi presencia y yo preso hasta el momento de una locura insana no hice nada por contenerme. Hasta que llegamos a un riachuelo, y me lancé.
 
Ágil se apartó y me observó como evaluándome, desde el suelo vi que su mirada parecía de otro mundo. 

-     Pobre el que crea que pueda poseerme, ¿acaso no sabes quién soy?
-     Mujer ríete todo lo que gustes, pero hoy dormirás en mi alcoba. ¡Serás mía!
-     Yo soy Diana, diosa de la caza y un emblema a la castidad. Tus sucias manos no pueden ni acercarse a mí sin que por ello recaiga el castigo de los dioses. Si vuelves a cometer el error de acecharme obtendrás una dura condena.  

Atormentado por el deseo no hice caso a sus palabras y cuando volví abalanzarme sobre ella, se esfumó. Solo logré escuchar su voz maldiciéndome. 

- Desde hoy pasarás 200 años hasta que al fin tus huesos yazcan y no revivan, sufrirás la desdicha de la muerte sin muerte, aprenderás en el dolor. 


 
CONCURSO DE RELATOS "GLADIADORES", en EL CÍRCULO DE ESCRITORES.
 

44 comentarios:

  1. Genial Irene, me ha gustado el enfoque mitológico que le has dado. Se me ha hecho bastante cortito. Un saludo!!

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    1. Gracias Sonia, me alegro mucho que te haya gustado y hecho cortito, :)
      Un abrazo.

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  2. Una interesante explicación para esos 200 años de vida (bueno, 200 más los 36 que tenía el hombre). Menos mal que antes de dar el último suspiro le dio tiempo a rememorar su pasado jeje :)

    ¡Un beso Irene!

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    1. Muchísimas gracias José Carlos, :)
      Tenía que explicarlo para que así su alma al fin encontrara la paz y nosotros comprendiéramos los 200 años.
      Besos.

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  3. 200 años luchando en la arena de un circo.¡dura maldición la de la diosa!
    Curioso que en el Olimpo de los dioses romanos nuestro personaje eligiera a la casta Diana. Es que la lascivia y el desenfreno pasional conducen a lo que conducen...
    Mítico relato Irene. Lucharemos con honor en las arenas del círculo de escritores. ¡Salud!

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    1. Muchas gracias Francisco, :)
      Dura maldición, pero Diana era un emblema a la castidad y él solo un soldado con unas manos manchadas por la sangre de miles de víctimas.
      Me encanta tu comentario sobretodo la última parte: Lucharemos con honor, ;)
      Besos!!!

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  4. Genialisimo relato Irenita!!! De verdad me encantó. Eso de mezclar dioses y soldados me gustó mucho. Buen castigo para quien no aguantó sus instintos bestiales, ser una bestia asesina por 200 años.
    Felicitaciones, un besote!

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    1. Mendiel gracias!!!! Me encanta que te encante, :)
      Un duro castigo el que tuvo que soportar Marco aprendiendo en el dolor, muriendo sin morir cada día.
      Besos.

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  5. Genialisimo relato Irenita!!! De verdad me encantó. Eso de mezclar dioses y soldados me gustó mucho. Buen castigo para quien no aguantó sus instintos bestiales, ser una bestia asesina por 200 años.
    Felicitaciones, un besote!

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  6. Vaya venganza la de esa Diana. Aunque creo que el tipo se lo mereció.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias Sue, :)
      Una maldición por unos malos actos.
      Un abrazo.

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  7. Esta genial tu relato Irene!! Me gustan las historias de época, acabo de iniciar unos cuantos relatos del mismo estilo.

    Las maldiciones, el perdón y la vida, todo se une de alguna manera. Has mezclado buenos ingredientes en tu historia.
    Tu soldado lo tiene crudo si ha de vivir 200 años de castigo.

    Un fuerte abrazo y suerte en el concurso. Me gustó mucho.

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    1. Muchísimas gracias Mila, :)
      Me alegra que te haya gustado, una condena de 200 viviendo y aprendiendo en dolor para así al fin lograr descansar en paz.

      Muchos besos!

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  8. Qué buen relato, Irene! Le has dado al tema un enfoque totalmente diferente al esperado, convirtiendo la desdichada vida del gladiador Marco en el fruto de una maldición.
    Has introducido hábilmente la mitología en la historia, me ha encantado!!
    Besitos y feliz noche de miércoles :)

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    1. Si te digo la verdad ha sido todo un reto, porque no es algo que tenga por la mano, así que me siento muy feliz por vuestra acogida y comentarios positivos.
      Muchas gracias Julia, ;)
      Besitos y feliz día!!!

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  9. Una mezcla que te ha quedado genial. ;) Buen trabajo, guapa. :)
    Un besote. :)

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    1. Soledad muchas gracias, :)
      Ahora iré a leerte a ti.
      Besitos!

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  10. Las diosas... los hombres deberían prender a mantenerse alejados de ellas.
    Genial.
    Un besillo.

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    1. Yo creo que aprendió la lección, sufriendo por ello la condena de 200 años.
      Muchas gracias María, besos.

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  11. Que caro le salió el pecado de la lujuria a Marco!!xD
    Me ha gustado el relato Irene, no te conocía pero ha sido un placer leerte!!
    Un saludo ;)

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    1. Muchísimas gracias Agustin, :)
      Pagó muy caro sus pecados.
      Agradezco tus palabras.
      Un saludo!

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  12. Ves? Eso pasa por no hacer caso a lo que te dicen! Jijiji
    Muy bueno, me ha gustado mucho. Besitos!!!

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    1. jajaja pues sí!
      Muchas gracias Flora, aunque tampoco es justo que tengamos que pagar los pecados durante tanto tiempo... ;)
      Besos.

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  13. Una maldición tipo Barrabás. Los dioses son crueles. Me ha gustado mogollón, Irene.

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    1. Muchísimas gracias Ragnar, :)
      Me alegra que te haya gustado.
      Un abrazo.

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  14. ¡¡Buah!! ¡¡Buah!! ¡¡Buah!!

    Verás, Irene... Si no te lo digo... ¡¡Revientoooooo!! #SeSabe Poooorque... ¡¡ME HE ENAMORADO de tu RELATO!! *-* Peeeerooooo... ¡¡MUY MUCHOOOOO!!

    Y es por todo. Por la forma que tienes de llevarnos a través de la Vida de Marco, dejando pequeñas pinceladas por aquí, por allá... Despertando la Curiosidad, saciando la Intriga poco a poco... Y luego... Ese Final... Ese Final que te eriza la Piel... Esa Advertencia... ¡¡Diana!! ¡¡Qué grande!! Siempre he sido más de Artemisa, pero... ¡¡Tu Diana me encantiza!! *-*

    Con total Sinceridad te digo que te mereces el Premio *-* *-* *-*

    ¡¡Mil Besoteeeees!! ^w^

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    1. Aixxx.. Campanilla leyéndote ya he ganado y puedo asegurarte que no necesito nada más, ;) MUCHAS, pero MUCHÍSIMAS gracias!!! Voy a enmarcarme el comentario, :) Si lo haré público, jeje!
      No sabes lo que me has alegrado, estoy enormemente agradecida.
      Besitos!!! ;)

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    2. A mí también me ha alegrado. ;) Recuerda nuestro trato, jijiji :P
      Besotes =)

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    3. Claro que me acuerdo Soledad, ;)
      Un trato es un trato, besitos!!!

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  15. ¡Excelente relato! Y me ha gustado el toque de mitología que le has añadido, creo que se complementa a la perfección.
    Un abrazo.

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    1. Muchísimas gracias Felipe, :)
      Me alegro que te haya gustado.
      Un abrazo.

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  16. Marco el insensato, mira que hacer caso omiso de la advertencia de Diana, diosa de la caza y un emblema a la castidad... En fin, 200 años de sufrimiento hasta su muerte, una maldición que pondrá del revés incluso el tiempo transcurrido y elevará el relato a un posible pódium bien merecido.
    Genial, Irene.
    ¡Abrazo, Compañera! ;)

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    1. Insensato, insensato si te avisan ya sabes que habrán consecuencias.
      Muchísimas gracias Edgar!!!
      Un abrazo compi, :)

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  17. Qué horrible maldición querida Irene. Eso ocurre por desafiar a los Dioses. Genial relato, me ha gustado mucho como has mezclado mitología con la historia de gladiadores. Fantástico! Muchos besos

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    1. Muchísimas gracias Mercedes, :)
      La verdad que sí, un castigo muy duro.
      Besitos!!!

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  18. Saludos Irene, muy creativo relato, doblemente condenado, qué duro. Éxitos y bendiciones!

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    1. Muchas gracias Mery, por tus buenas palabras.
      Un abrazo!!! :)

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  19. Fantástico Irene, pese a estar ya retirado como soldado, quería continuar imponiendo su voluntad por la fuerza. Sin duda eso le condenó, era la esencia de su ser. Me ha recordado a la fábula del escorpión y la tortuga.
    Un abrazo.

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    1. Muchísimas gracias Oscar, :)
      La esencia de Mario era la que era, y su maldición un castigo para que aprendiera, 200 años llenos de dolor y sufrimiento.
      Un abrazo.

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  20. Qué pena que hayas retirado el relato del certamen porque es muy bueno.

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    1. Muchas gracias Maite, :)
      Agradezco mucho tus palabras.
      Un abrazo.

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  21. Un cuento con sabor a leyenda. Se ve que el protagonista no iba a cambiar sus hábitas jamás. Tal vez luego de 200 años aprenda.
    Muy bueno.
    Un saludo.

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    1. Muchísimas gracias Federico, :)
      Esperemos que si por su bien haya aprendido la lección.
      Un abrazo.

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