Como digo hace tiempo que no observo y lo sé, porque mis
letras están gritándome míranos, fíjate en nosotras y este corre, corre,
llamado vida lo aparta y continua con la esperanza de que llegue el día que se ocultará.
Pero lo fácil aunque sea lastimoso no existe. El principal problema es que soy
un animal crítico y esa manera tan mía de ser es la que se encarga de ponerme los
topes, una zancadilla invisible que grita ¡para!
Aire, respira,
siente.
Hasta que llega ese día y lo notas, bulles por dentro sin
sentido, sin lógica, ni razón, solo con una necesidad, abrirte el pecho y que
salga todo, libertad. Que no quede nada de lo que te asfixia y empezar solo eso,
empezar.
¿Pero empezar el qué?
¿Qué es lo que no está bien?
¿Qué priva de aliento?
Para ver necesitamos escuchar. Sentir que nuestras emociones
se complementan, que logramos resolver la ecuación. Salir y aspirar con fuerza a
plenitud, a caricia de vida. Pero ver también es saber decir hasta aquí, y no
será nunca un error el hecho de suspendernos si el camino se vuelve
insostenible. La cobardía de ser ciegos, de permitirnos adormecer, es nuestra
lacra nuestro peor castigo.
Que tus pasos tengan la capacidad de comprender.
Que tus miedos no sean los que te gobiernen.
Que tu fortaleza sea la que maneje tu alma.
Hola mi querida Irene, solo te escucho, te leo, pero no hablo, solo te escucho. En tu silencio solo te escucho. Buscando tu libertad solo te comprendo. Crítica, también lo soy conmigo misma, también lo comparto, pero solo que ya lo se y la dejo ir de vez en cuando. Mi realidad sabes, yo la llevo en el bolso de viaje y la dejo en el lugar donde voy para volver más libre. El viaje puede ser cerca, pocos kilómetros, la distancia no importa solo la intención de ir,....Un abrazo
ResponderEliminarQuerida Irene, hoy, mi mejor homenaje a tus letras, es quedarme en silencio frente a la belleza de este grito.
ResponderEliminarBesos!
Simplente precioso, Irene. Todos hemos/tendremos que pasar por eso varias veces en nuestra vida. Escucha a tu yo interior y deja que el equipaje sobrante ascienda al cielo. Luego regresa nueva ; )
ResponderEliminarHe eliminado el mensaje de abajo porque era repetido, jeje ; )
EliminarCuanta necesidad de parada ante tanta prisa. Cuanta necesidad de silencio entre tanto ruido. Cuanta serenidad ante las incertidumbres cotidianas.
ResponderEliminarEsa introversión se hace necesaria para recuperar el equilibrio perdido, la recapacitación y reconstrucción de las zonas dañadas de nuestra alma eterna se hacen perentorias si queremos continuar la marcha con nuevos bríos.
Me ha gustado tu entrada, muy oportuna.
Besos
precioso, a veces solo necesitamos dejar volar aquello que nos frena en estas letras encuentro esas cadenas que te impedían volar , pero como siempre en unas frases se puede plasmar aquello que nos oscurece el alma liberándonos y creando tan bella entrada!
ResponderEliminarun saludo
Aire, respira, siente... Y yo añadiría... Vuela, vive, grita, canta... Porque si hay que dejar que el Tiempo fluya, dejemoslo hacer... Que fluya, pero sin dejar de sentir, sin dejar de sentirnos a nosotros mismos...
ResponderEliminar¡¡Es maravilloso volver a leerte después de mi propio Respiro!! ;)
¡¡Muchos Besicus!!
Te entiendo muy bien, Irene, y no puedo más que aplaudir tu decisión. Hay necesidades del alma que hay que cubrir, que no se pueden postponer por siempre, y parece que tu momento ha llegado.
ResponderEliminarTe deseo suerte y buen provecho en este proceso que quieres y necesitas iniciar. Quizás te veamos menos por aquí durante un periodo, es lo que lamento, pero cuando vuevas estarás más feliz, renovada y tu sonrisa será más amplia. Por eso vale la pena y por eso te esperaré lo que haga falta.
Por cierto, una hermosa forma de expresarlo...
Un abrazo enorme, querida!!
Es bueno escucharse a si mismo y recapacitar para volver con mas brío. Una buena manera de poder decir lo que se siente. Renovarse o morir. Un abrazo
ResponderEliminarMi querida y linda amiga, ese "corre" de vida hay que frenarlo y hacer pausa para volver a escuchar lo que se desea oír.
ResponderEliminarEntiendo tu postura y por lo cual me alegro de que hagas un retiro, es lo menos si con ello vuelves como estoy segura, más acorde a tus propósitos.
Sentiré entretanto no leer tus Grandes letras que tanto me gustan, pero el tiempo pasa rápido y pronto volveremos a encontrarnos.
Recibe mis bendiciones y toda clase de suerte.
¡Un fuerte y gran abrazo!!
Te observo, te escucho y te leo como en un espejo, Inés, porque francamente algo de lo que aquí explicas llevo tiempo sintiéndolo también, de ahí que me detenga de vez en cuando, que pierda el hilo de estas estupendas reflexiones que como tú ahora, también surgen en otros compañeros/as que suelo visitar. No puedo decir cuando exactamente, pero que mi vuelo anda ya bastante bajo de motor por estas latitudes virtuales, lo tengo clarísimo y de hecho más de una vez se me ha pasado por la cabeza --> respirar hondo y decir hasta aquí, no puedo más !!!! Si aún me queda algo de cuerda es porque amo escribir y siento que puedo aportar luz todavía en esta oscura caverna platónica que habitamos.
ResponderEliminarMe quedo meditando tus últimas frases que no tienen desperdicio alguno:
Que tus pasos tengan la capacidad de comprender.
Que tus miedos no sean los que te gobiernen.
Que tu fortaleza sea la que maneje tu alma.
Y en esta esquina te seguiré saludando cada vez que decidas asomarte, si antes no me dio por ausentarme.
Muchos besitos
Muy bonito Irene, una entrada realmente preciosa. Espero que tu retiro no sea definitivo y que sigas publicando escritos tan bonitos. Un saludo!!
ResponderEliminarEscribir nos sirve para volver los ojos a nuestro interior, para conocer nuestras debilidades y enfrentarnos a nuestros miedos. Es un revulsivo, una catarsis... como este texto que nos ofreces. Me ha encantado, sobre todo el final.
ResponderEliminarUn beso enorme
Precioso. Coge aliento para respirar más fuerte.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, guapísima. =)
Una reflexión profunda, un libro abierto, mostrando tu alma, tus inquietudes, dudas y objetivos.
ResponderEliminarMe he sentido así y me ha ayudado algo tan sencillo como contemplar la vida desde un punto de vista vibratorio, sintiendo las ondas, las sensaciones, guiándome por el hecho de no salir del tono que me mantiene vivo, sincero, amado, alegre... Potenciando lo positivo en lugar de batallar contra lo negativo, cosa que cada vez creo que le da mayor poder a aquello contra lo que vamos.
Espero que sea de gran provecho esta etapa en la que te has embarcado.
¡Un abrazo enorme, Irene! ¡Hasta siempre, compañera de letras! ;)
Muchísimas gracias a todos por vuestros comentarios, pero sobretodo por estar. Me siento abrazada y completamente emocionada.
ResponderEliminarNo puedo más que sentir y MUCHÍSIMO que mi respuesta llegué tan tarde y espero de corazón que me disculpéis por este gran silencio.
¡Gracias!!! ^^
Un fuerte abrazo, ;)