viernes, 18 de marzo de 2022

Grandes corazones

 



Adormecida en el suspiro del ayer. De un tiempo que no aporta caridad, perpetua corteza que nos deja la certeza de la pérdida, recubierta de preguntas sin respuesta, que solo albergan sentimientos confusos, incoherentes y llenos de temor. Anhelo.

Sumergida en la fluctuación de lo difuminado, entumecida y zambulléndose en la incoherencia de la propia soledad.

Pérdida que se recubre en nostalgia, castigo y clamor, por una estación que ya no acompañará, el cariño que se dejó perder. Por un adiós que no pretendimos recibir. Un solo día, solo ése, el que marcó el fin.

Añoranza del abrazo, comprensión, y la unión que este proporcionaba. La sencillez en la que se adornaba todo a su alrededor, tiempo efímero que evoca continuamente la presencia del pasado de esa época que continuamente quedará incompleta. Vacío, pero con el regalo de una sonrisa que siempre nacerá del corazón.


Eso es lo que habéis dejado, amor. 


Para mis dos tuyupas, siempre seréis eternas. 


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