martes, 22 de abril de 2025

Luz al final del túnel. ¿La habéis visto?

 



—¿Cómo estás?

—¿La verdad?

—Sí.

—No sabría decir, espesa, encriptada, agotada. Rozando una exageración consumada por la desesperanza.

—A parte de quejarte, ¿tienes algo más qué decir?

—Mmmm…

—¿Y bien?

—La única neurona que me queda después de estos días anda rabiosa y alelada. Y con una mala leche…

—Quizás deberías estar otra quincena en el olimpo de los desertores, solo para regenerarte y redimirte.

—Paso, me siento muy niñata y las salidas de tono pueden ser mi todo.

—¿Entonces?

—Puede que regrese a aquel último personaje, no sé, me da que con lo enrarecida que me encuentro le daré alguna que otra escena.

—¿Serás valiente?

—Que poco se me conoce.

 

 

Ya estoy de vuelta, creo, no sé, terminé justo ayer de una jungla llamada horas extras de las horas extras, quien diga que el trabajo dignifica es que tiene la vida más que solucionada. Porque irse de casa cuando el sol sale tímido y volver cuando este renuncia a la existencia y en ese proceso no dispones ni del tiempo suficiente para comer en condiciones, sin ser un pavo que lo están rellenando, desconoce del todo su significado, y fíjate, que, llegado el punto, no estoy enfadada con este hecho en sí, solo conmigo por continuar en esta situación infructuosa e inestable. Hay cuatro meses negros en mi calendario, y cada uno de ellos desgasta y exprime, dejando a su paso, la nada.

Mañana, quizás, mañana; se me olvide, la rueda nunca cesa de girar, y yo como buena, qué digo; buenísima esclava, seguiré anclada justo aquí. Ahora se me ceden unas horitas a mi aire, para que se me olvide, pero no sé, veo cercano julio, maldito éste y todos los otros.

No debería colgar esta entrada, pero, y, ¿por qué no? Lo dicho, estoy muy repelente, ;)

En estos días os leo, no sé si todo lo que hayáis publicado, pero intentaré ponerme al día.

Besos, abrazos no, que repelo y estoy algo arisca.

 

 

Ah, este comunicado confuso termina con un pequeño fragmento de la historia, lo que digo, ando imprecisa. 

 

 

─¿Sabe cómo ha llegado aquí?

─¿Qué?

─Señora, le insisto, ¿sabe cómo ha llegado aquí?

 

¿Cómo pudiste hacernos esto? Desechar la belleza con la que residíamos, yo te cuidaba, adoraba cada parte, hasta las que estaban corroídas por la culpa. La vergüenza de demostrar al mundo, a ti mismo, que también me deseabas. Desdeñaste lo que con tanto mimo construí para ti. Y ahora, ahora me veo en esta celda de barrotes acolchados. En la indigencia de un amor perdido. Pero hay algo que desconoces, la fortaleza con la que resido será la que impida que este sea nuestro final.

 

 

¡Vete pesada! Me marcho, pero como buena gremlin a entorpecer otros lares, :)

 


sábado, 5 de abril de 2025

Abril. Tiempo de cese

 

Si vinculo una canción a la primavera me vendría la de los Delinqüentes: La primavera trompetera ya llegó, ya me despido del abrigo… Como sabéis soy de pueblo, y la fiesta mayor o la llevas en la sangre o eres un ser desnaturalizado. El mal en persona. Hasta el más díscolo cae ante la desolación social, :)

La cuestión es que en mi caso esto va de la mano a los plazos, ¡malditos! A trabajar como un ser encadenado y sin aspiraciones, un renegado de una sociedad apocalíptica y corrupta, cómo me gusta exagerar o quizás no tanto. Lo que sí es verdad es que no podré estar tan presente y depende como vaya, simplemente no estaré, esta última semana ha empezado la bajada asistencial, ;) Y no es que no quiera: es imposible.

He aprendido, tarde, la terquedad es una de mis faltas, que debo tolerar, aunque no apruebe, que las situaciones van como van.

Así que si durante ese trance, llamado: gran parte de abril, estoy incomunicada, desterrada de ésta y vuestras casas, pensad que no es por goce, es por miseria, y que cuando llegue a la madriguera oficial, si os sirve de consuelo seré la de la pintura de Ramón Casas, una joven, no tan joven, decadente.



Ay, solo de pensar lo que me espera, me dan ganas de entonar: Protégeme señor con tu espíritu. ¡Bah! Lo dejo, mi humor es malísimo.

Si necesitáis cualquier cosilla podéis enviarme un correo o señales de humo, prometo tener el radar de infrarrojos activado, :)

Los que leéis mi Gaveta, he dejado una última entrada. 

Hasta entonces cuidaros, os añoraré muchísimo. 

Abrazos, y un montón de besos.