jueves, 25 de febrero de 2021

Reflexión: Ceñudo deterioro

 




He dudado muchísimo, no os lo podéis imaginar, de si debía colgar o no esta entrada, demasiado tiempo sin que estas letras se evadan en abstracciones, y la realidad es que si no llega a ser por el empuje de estas dos maravillosas mujeres no me hubiera atrevido, así que no me queda otra que nombrar a las involucradas. La primera, mi hermana diciéndome: hazlo (tipo orden) es que a veces me cuesta arrancar, y luego nuestra gran amiga I.Harolina Payano T. que con un comentario en su blog animó y quedo a la espera de que compartiera estos delirios; así que me he dicho, y por qué no, quizás si me desahogo, si expreso esta mezcla de ofuscas emociones, me libere un poco de esta coraza que anda oprimiéndome. Ante todo, espero y deseo que mis abstracciones no molesten u ofendan a nadie, me sentiría realmente mal saber que he podido provocar tales sentimientos.

No voy a hablar de 2020 porque sería ahondar más en la miseria de un año terrible, solo diré que ese año a parte del desconcierto, de la incomprensión, supuso en mí, desasosiego. Miedo atroz por lo que parecía el fin del mundo, ansiedad por mi madre que es mayor y parecía que solo por eso todo iba a terminar. La familia y toda la soledad que nos acompañaba. Y caos, mucho caos, en el trabajo, en la normativa que continuamente se modificaba y al día siguiente debía tener la lección aprendida y el trabajo, pasé de una jornada más o menos normal, a una que iniciaba desde que me despertaba hasta que me acostaba, (hice de la ropa cómoda un auténtico lema), pero como digo, no voy a insistir mucho en ello, porque lo que yo viví, lo hizo todo el mundo por igual.

Lo que si voy a exponer es lo que nos ha dejado. Creo sinceramente que la vida a veces tiene una forma temible de enseñarte las cosas, a base de porrazos, de esos que una incauta puede no saber cómo reaccionar, de la que te deja totalmente desubicada y coartada en movimiento. El mayor fracaso de mi vida es la gestión, de tiempo, de emociones y de la concepción de estos, así que termino estancada. Y no es por decir, qué va, es una auténtica realidad. Necesito de un proceso largo que se proyecta en silencios que se rompen cuando al fin son comprendidos. Eso, y lo sé, me vuelve egoísta. Excesivamente egoísta. No hay perdón para ello, tampoco lo buscaría. Hay actos que han de ser sinceros para que no vuelvan a surgir en el futuro, y como nadie es conocedor del mañana, entonces no es ni merecido, ni tampoco reclamado.

Pero, y aquí viene mi duda, convertida en dedo que señala de forma indiscriminada, ¡vaya! pero si estoy auto-señalándome. Qué nos ha hecho o nos está haciendo toda esta nocividad dentro de nosotros. Trabajo cara el público, muchos ya lo sabéis, y la atención si antes te encontrabas a un 10% de individuos negativos, maleducados e irritables, ahora en este momento puedo asegurar que las cifras se han invertido y solo te encuentras ese pequeño porcentaje en el que el ser humano, sigue siéndolo. Ciegamente comprendo que las situaciones extremas nos llevan a comportarnos de la misma manera, sé y soy consciente de que este momento es durísimo, y no solo porque lo vea, es que lo vivo de igual forma, pero eso no excusa, y quitando todos los problemas en los que convivimos, tiene que seguir habitando en nosotros la parte humana. Y desde luego, si de algo estoy totalmente segura, y lo digo con una certeza que me doblega es que en el 2020, empezó a perderse.

Hace unas semanas sin ir más lejos, y siendo de esos en los que sientes que ya no puedes más, porque todo lo que recibes son inputs negativos, le dije a mi hermana que notaba que estaba contaminada, (en una de esas charlas resignadas que a uno le sirven para continuar) que empezaba a perder algo de mí, y eso me avergüenza como no os podéis imaginar. No es que sea la alegría personificada, tampoco un alma ingenua, ando más llena de faltas que de virtudes, pero ver que me despierto continuamente con migraña, estrés, tensión, desazón, y que en mí está enraizando el mal humor, me hace sentir impotencia. Vencida. Y mira tú, pero me niego. Me alzo en contra. 

Así que hago un llamamiento, un grito global de comunión, de manos que acogen a otras, de que una palabra amable hace que nazca otra. Ya no se trata de educación, es cordialidad y empatía. No permitamos que nos gane, no dejemos que se nos despoje también de esto. ¿No se ha perdido ya bastante? 

Y ahora voy a ver si rompo alguna pared a patadas, ;) No es broma. (Esa que habla es el humor rarito e insolente que gasto) Pero de verdad, suplico que seamos más compasivos, más humildes y piadosos. Todos sufrimos. En estos momentos hay tan poca diferencia entre unos y otros que eso debería hacer que nos diéramos cuenta de que en este preciso momento, es cuando más nos necesitamos.

No caigamos en la ingratitud y la hostilidad. Eso es demasiado sencillo, y el ser humano otra cosa no, pero complicado lo es bastante.

Vuelvo a reiterarme, si he causado ofensa, perdonad. 

La verdad es que me encantaría saber vuestras opiniones, si os sentís identificados o por el contrario peco de exceso. La palabra es enorme y válida en todos sus términos y comprensiones.  


Besos, y abrazos.

 


35 comentarios:

  1. Hola.
    Ufffff, es que este 2020 nos ha cambiado a todos. En mi caso prefiero borrarlo. Perdí a mi madre, joven, de repente. Entonces nos confinan, enfermamos todos, se nos muere el gato de mi madre, y cuando nos van a dejar salir una horita fallece mi suegro, solo y sin velatorio.
    Por no mencionar ERTES, trámites que aún colean y penas por todas partes. Pero a pesar de eso intento seguir. Tengo días(ayer y hoy muy muy malos), pero intento empatizar. Intento ser amable y alegrarme por los demás. Las personas estamos para ayudarnos. El día de nochebuena mihija llegó tarde a cenar porque se encontró un señor que había caído. Estaba en el suelo, sangrando y empapado porque llovía. Y nadie lo ayudaba. Mi hija lo levantó y lo llevó al centro de salud. El pobre se iba lamentando porque se le habían estropeado los calendarios que llevaba para regalar. Mi hija esperó(no permiten entrar en el centro de salud) y le acompañó luego a casa. ¡Cómo es posible que en una calle atestada de gente nadie le ayudase! O al menos que llamasen a una ambulancia o algo, no sé. Si a un familiar mío le pasa algo así y nadie le ayuda me dolería en el alma. De verdad que se está perdiendo todo.
    Me ha gustado tu reflexión, tu hermana hizo bien en darte esa orden. Y si, de una palabra amable, siempre nace otra.
    Muy feliz tarde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Gemma.
      Siento mucho todas las pérdidas que habéis sufrido, es muy duro, demasiado dolor. Entiendo perfectamente que puedas pasar días malos, no te sientas mal por no poder estar cada día bien. Discúlpame, que no sepa qué decir, o no te proporcione más aliento, hay veces, sobre todo en estas circunstancias que me bloqueo y no soy la mejor ayuda. Te mando todo mi cariño y lo que necesites, aquí estoy.
      Tu hija es excepcional, Gemma, todos deberíamos actuar como hizo ella, pero es cierto que se mira hacia otro lado, como si no fuera con nosotros, se está perdiendo la compasión. Y como tú, solo de pensar que pudiera ser algún familiar mío me partiría el corazón saber que ha estado solo y necesitado y nadie le ha proporcionado ayuda. Qué triste e inhumano.
      Un abrazo súper fuerte.

      Eliminar
  2. ¡Hola, Irene! De entre los muchos beneficios de la escritura uno es que exorciza los demonios que nos comen por dentro. Incluso en tu texto se aprecia. De inicio cierta angustia, para terminar con un tono esperanzador. Así que hiciste muy bien en seguir el consejo de esa gran compañera y sabia que es nuestra Harolina que tanta vida nos enseña en su blog.
    En mi caso, la verdad es que lo único que suele preocupar son aquellas situaciones en las que yo puedo hacer algo. En el resto, en aquello en lo que no puedo cambiar o reaccionar lo asumo sin más e intento adaptarme. Como dices y eso lo vemos quienes trabajamos de cara al público, la sociedad es cada vez más infantil e irresponsable. Como los niños pequeños cuando algo se les tuerce patalean, adoran sus derechos, pero ignoran sus obligaciones y siempre andan buscando excusas y justificaciones para no hacer lo que deben. Esto lo he notado y de qué manera desde que empecé con la abogacía hace más de veinte años.
    La pandemia no creo que cambie esta inercia, ya ves que no soy muy optimista, ja, ja, ja... Lo que si intento es apreciar en lo que vale ese 1% que comentas.
    Un fuerte abrazo y ánimo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, David.
      Así es, la escritura es terapéutica y he de decir que en mi caso en muchos momentos de la vida me ha ayudado como no te puedes imaginar, permite desgranar aquello que la voz muchas veces teme o no sabe expresar correctamente. Llevo 17 años trabajando en el mismo sector, empecé jovencita desde los 19 años (aquella época en la que estudias y trabajas) así todo compactadito, ja, ja, ja, pero una está súper motivada; y he de decir que nunca me había encontrado en una situación igual, (claro que hay mejores épocas que otras), pero no así. Recalco lo que dices de los derechos, porque es precisamente una de las cosas que últimamente escucho más, y debe ser que los que estamos en la otra barrera no debemos tener nada de eso, así que nos toca acarrear con las obligaciones del resto. Y no lo digo por exagerar, pero es que cada vez que escucho esa palabra me entra repelús. Este bache pasará lo sé, o por lo menos lo deseo con todas las fuerza. Es por un bien común, así no se puede continuar. Ánimo para ti también, :)
      Un beso.

      Eliminar
  3. ¡Hola Irene!

    Gracias primero por publicar tu entrada y segundo por la mención, aunque no era necesaria.
    Me alegra que hayas escuchado a tu hermana, y sobre todo saber que cuentas con una hermana, y además de confianza y consejera, es algo ya de agradecer mucho, pues son tantos lo que ni con eso cuentan…
    Precisamente lo que nos sucede a todos, o casi todos en tiempos difíciles y bajo mucha presión de toda índole, es sumarnos al círculo del enojo, por eso es que debemos mantenernos ecuánimes para romper la cadena de la ira y responder desde el autocontrol, la tolerancia y la paciencia, con amabilidad y respeto, y de ser posible con amor… ¿Cómo? Siendo empáticos, tratando de entender y asimilar las rabias ajenas y no permitiendo que estas nos amarguen, nos devoren y se apropien de nuestra forma de reaccionar y relacionarnos. Perdonando la falta de respeto y consideración y devolviendo con una amable sonrisa la ofensa, pero esto se debe hacer desde el corazón, con sinceridad, de lo contrario no funciona y nos amargamos en silencio mas y mas.
    Irene. el hecho de dejarlo salir, de expresarlo así, desde la profundidad del ser, es ya un logro, y es lo más recomendable. Pienso que en lugar de devolver el golpe, o de poner la otra mejilla, lo más sensato es decir de buena manera que no merecemos el comportamiento desagradable que hemos recibido y que aunque estamos en nuestro derecho de comportarnos igual, no lo haremos para no seguir engordando el enojo y dándole poder a esa ira que va de persona en persona, y que de no frenarla a tiempo, se desbordará y se saldrá de control…, que es precisamente lo que está sucediendo en la actualidad.
    Te dejare esta reflexión que leí hace tiempo y dice así:
    “Aferrarse a la ira, el miedo y el resentimiento, es como llevar un montón de ladrillos a todas partes. Cada uno agrega su propio peso, y si no estoy dispuesto a liberar algunos de ellos, la carga se vuelve insoportablemente pesada. Perdonar no solo me permite soltar el peso, me ayuda a usar los ladrillos para crear una base sólida de curación y crecimiento. Libero el poder que le he dado al pasado. Dejo ir el dominio que les permití a otros tener sobre mis sentimientos. Suelto el juicio sabiendo que solo sirve para desalentarme. Respiro profundamente, disipando mi dolor un ladrillo a la vez. Con mi creciente fortaleza, valor y seguridad, creo un terreno sólido y me deleito en la libertad del perdón.”

    Hasta aquí la cita. Querida Irene, espero que esta publicación te ayude a sentirte mejor, y te de las fuerzas para seguir llevando una vida alegre y llena de sueños por alcanzar. Y si el trabajo te exige tanto, suéltalo, no permitas que te aprisione tanto, ya vendrá otro, a veces hay que arriesgarse, y lo único que se necesita es un cambio de actitud y soltarlo todo, desapego para salir adelante, y no dejarnos consumir de amargura sin haber disfrutado la vida, que si que es hermosa...

    Gracias jovencita de alma maravillosa, mantente vibrando en amor, no permitas que nadie estropee tu nobleza y belleza almica.
    Te dejo un fuerte abrazo y mis vibraciones de amor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Harolina.
      Claro que hacía falta mencionarte, era lo menos, mira cuando abrí el blog fue porque una buena amiga me empujó literalmente a ello, (no hubo patada, porque es demasiado buena para ello) :) A veces dudo de más, y la verdad es que soy muy afortunada porque estoy rodeada de personas que siempre me apoyan e incitan a saltar vallas. Después de colgarla me sentí un poquito mejor, más liberada, y eso últimamente es de lo mejor que puede pasar. Sobre mi hermana, ay, es mi mitad, con ella tengo un vínculo súper unido, somos muy opuestas, ella extrovertida, yo tímida, (mucho) je, je, je Pero la base es la misma y eso es gracias a nuestros padres, hemos tenido mucha suerte de tenerlos y enseñarnos el verdadero valor y amor a la familia. Y es que como digo soy realmente afortunada, nunca podré negar esa parte, todo lo contrario, lo menos que puedo es engrandecerla, porque tengo o he tenido cerca a personas muy valiosas, que siempre me dan o han dado afecto y cariño, como vosotros. Y eso me hace sentir cobijada.
      Como te dije en tu blog, no tengo carácter para la disputa, y fíjate que quizás sea ese uno de los errores, que debería corregir, no por ponerme a reñir con nadie, (solo faltaría eso) sino por no permitir ciertos actos de otras personas que son realmente perjudiciales, y de los que en la última época se suman en multitud.
      No sabes como te agradezco todo este cariño, tus consejos y escritos reflexivos, Harolina, hacen que mire hacia otro lado, cuando ando demasiado encarrilada en un punto fijo. Espero que por mi parte te sientas correspondida de igual forma.
      Un beso enorme.

      Eliminar
  4. Me siento totalmente identificada contigo, mi querida Irene. Yo tragajo en educación, ahí es nada, nos abandonaron a nuestra suerte con esta pandemia, nos echan a los leones y tenemos que responder de todos nuestros actos porque entonces se nos acusa de vagos.
    Hacemmos encajes de bolillo para poder llevar una actividad medio normal con los pocos medios que disponemos.
    Ahora nos dicen que en cuanto nos pongan la famosa vacuna, que medio mundo ha desechado, tendremos total presencialidad de alumnado porque la gran mayoría de profesionales estaremos inmunizados, eso sí... hay que seguir guardando las medidas de distancia y demás, ya me lo dirá el listo que lo ha dicho cuando hay clases con 35 alumnos.
    Estoy cansada de tanta falacia y pantomima, la mala educación nos rebasa, desde un principio supe que esto no nos iba a cambiar para mejor porque cada día tengo más claro que es un sálvese quien pueda, me duele porque me encanta mi trabajo, pero, siento que cada día cuesta más llevar una sonrisa al cruzar el umbral.
    Me sumo a tu reivindicación, preciosa.

    Mil besitos con cariño y muy feliz noche ♥

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, querida Auro.
      Yo creí que sí, y me da mucha pena reconocerlo, pero de verdad que pensé que esto nos haría más solidarios, más humanos, pero después de los primeros meses de encierro lo único que nos ha reportado es incomprensión y mucha ferocidad. A parte de un abandono por parte de los que deberían protegernos que es hasta cruel. Hace meses o quizás años, (el tiempo para mí es un caso digno de Expediente X) ;) recuerdo que escribí una entrada en tono de humor sobre los clientes más comunes que uno se encontraba, te aseguro que esta vez se ampliaría, y casi todas las anécdotas que podría poner serían de insensatez sumada a más insensatez, y nada de risas, porque es todo irracional. Estamos en primera línea, la cara visible y recibimos el guantazo con la palabra escrita en la frente de derechos, como bien ha dicho David, pero nada de obligaciones, y donde deberían ir a decir, señores: esto no está bien, no se hace. Ánimo, preciosa Auro, en algún momento terminará pasando. Todo mi cariño para ti.
      Muchos besos.

      Eliminar
  5. ¡Hola, Irene!

    A mí me gusta lo romper alguna pared a patadas ja, ja, ja.

    Hubo un momento en 2020 que de alguna manera fracturó a la sociedad. Se pasó de aplaudir a los servidores públicos desde los balcones al salvase quien pueda y lo que es peor a acostumbramos a contar fallecidos como cifras y no como personas. También fue un año de solidaridad y de unión entre las personas de buen corazón. Un año en definitiva que nos cambió como sociedad, como trabajadores y como humanos.

    Creo más que acertado romperse con la escritura y exorcizar de alguna manera nuestros demonios interiores. Estoy, en definitiva, contigo en que todos debemos y poder ser más compasivos con los demás.

    Un cariñoso abrazo y que tus deseos se hagan realidad.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Miguel.
      Verdad que sí, mira que no busque ahora una pared y la haga trizas, ja, ja, ja Es terrible como la mente humana es capaz de habituarse a algo tan brutal y no sigamos poniéndonos las manos en la cabeza. Aunque también necesario, ya que sino los traumas nunca podrían ser superados o aceptados, pero sigo sin comprender como se desecha tan rápido. Esperemos que sí, creo que lo primordial es no perder la sensibilidad que habita en nosotros, sino qué nos queda.
      Un besote.

      Eliminar
  6. No sé por qué debes disculparte. Creo que has sido muy comedida. Si yo dejara rienda suelta a mis opiniones en torno a nuestra sociedad, quizá sí que debería tener miedo a ofender a alguien. Está muy claro que en los momentos difliciles es cuando se conoce de verdad a las personas. Cuando todo va bien, sobre ruedas, todo el mundo es happy. Pero cuando las cosas se tuercen, cada uno campa a su anchas sin pensar en los demás. En cuanto al tema de la solidaridad, lamento decir que soy de los que ve el vaso medio vacío. Solo hay que mirar a nuestro alrededor y comprobar los comportamientos hostiles, egoístas y negacionistas de muchos algunos. Y con "muchos algunos" quiero decir que, aunque parezcan pocos, en términos relativos, son demasiados, pues con su conducta contaminan a muchos más y acaban pagando justos por pecadores. Y no solo estoy refiriéndome al tema pandemia sino a todo comportamiento insolidario e incívico que está atentando contra el medio ambiente, la concordia social, y un largo etcétera.
    Así pues, entiendo su "rabieta" y tu necesidad de explayarte. Estoy totalmente contigo, Irene.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Josep Maria.
      Ay, no lo puedo evitar es algo genético, herencia de mi madre. Por más que lo intento no puedo corregirlo, así que si ves que cuando termine el comentario vuelvo a pedir perdón, discúlpame, ¿lo ves? Incorregible. Mil gracias, por tu apoyo, me siento muy reconfortada al saber que no he pecado en exceso, (algo habitual) y que te sientas identificado con estos desvaríos. Me encantaría leer una entrada tuya sobre esto, con tu sinceridad y opinión segura; para verlo desde tu mirada.
      Un beso.

      Eliminar
  7. Valiente y muy acertada tu reflexión, Irene. Estamos en un momento que saca lo mejor y lo peor de las personas pero, en general, como sociedad, la impresión que yo tengo es de inmadurez absoluta y de mucha irresponsabilidad, en el sentido de negarnos a afrontar las consecuencias de lo sucedido y lo irreversible de la situación. Besos y mucho ánimo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Marta.
      Valiente, no, qué va, más bien indecisa. Estoy contigo en que esto ha hecho brotar un egoísmo inaudito, que no se comprende, estamos perdiendo demasiado en todos los ámbitos de nuestros día a día, y eso tendría que hacer que se produjera un cambio, pero para bien. Gracias por tu cariño, y mucho ánimo para ti también.
      Besos.

      Eliminar
  8. No sé qué decirte, Irene. Me pilló la pandemia recién jubilada como profesora de Secundaria por lo que me he sentido una privilegiada al no tener que salir de casa y exponerme a un contagio o al trato con gente no muy agradable (por decir algo suave). Como mucha otra gente, nunca pensé que esto nos hiciera más solidarios o mejores. La verdad es que la gente que lo pensaba me parecía una ingenua. Ojalá me hubiera equivocado (acertar no siempre es satisfactorio), pero ya se puede ver que no. No nos engañemos, hay mucha gente mala o ignorante, o mala por ignorante. es esa gente de la que Machado decía "mala gente que camina y va apestando la Tierra". Debemos procurar estar lo más lejos posible de ella porque lo emponzoñan todo y esas sí que contagian una toxicidad incurable.
    Por lo demás, creo que debemos mantenernos fuertes en nuestras convicciones y en nuestro empeño por tratar de hacer las cosas fáciles para nosotros y para los que nos rodean. Yo hace ya tiempo que he hecho de ello mi motivo vital y me siento mejor. Me enfado menos con los demás y conmigo misma. Aunque si me topo con uno de esos egoístas insolidarios negacionistas conspiranóicos no sé lo que le haría.
    Un beso y paciencia. Esto pasará.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Rosa.
      Yo agradezco muchísimo que a mi madre también esté jubilada, y no sabes cuanto. Si que pensé que esto provocaría un cambio radical, debo ser de ese porcentaje ingenuo, pero realmente creí que esto induciría a que saliera lo mejor de cada uno, y quizás durante unos momentos fue así, pero luego, todo se ha vuelto más insostenible. Lo que más me preocupa es como nos está afectando interiormente, de verdad que empiezo a necesitar un respiro, y por lo que veo todos de una manera u otra nos sentimos de igual forma. Voy a tomar tu gran consejo como un mantra, porque es realmente valioso, mil gracias por tu estima es muy importante para mi.
      Un beso.

      Eliminar
  9. ¡Buenos días, a todos! ;)
    Perdonad que no os esté contestando estos francos y maravillosos comentarios, esta semana se me ha complicado muchísimo, espero que la siguiente ande más ligerita de contratiempos y así también poder visitar vuestras casas.
    Muy agradecida por tanto cariño, sois de lo mejor, :) Si de nuevo me surgen dudas (que es algo muy, pero que muy, probable), tened por seguro que solo con releeros, vosotros los eliminareis de raíz. Mil gracias de corazón.
    Un beso enorme, y feliz domingo.

    ResponderEliminar
  10. Hola!
    El lado bueno de la pandemia, que ha permitido enfocarnos en asuntos que estábamos pasando por alto: La familia, ahora pasamos más tiempo de calidad con ellos. Además por la cuarentena se están registrando caídas significativas en los niveles de contaminación. Muy buena reflexión, un placer leerte esta entrada.
    Saluditos


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Yessykan,
      Es cierto lo que dices, los valores y uniones familiares se han acrecentado, el tiempo que se ha pasado y se pasa con los nuestros, los vínculos del día a día que antes por trabajo, obligaciones u otras situaciones se iban desperdiciando. Así que me quedo con lo que dices que es muy bonito.
      Un fortísimo abrazo.

      Eliminar
  11. Muy buena reflexión que comparto totalmente contigo Irene, esta pandemia a muchas personas la tienen desquiciada. Un placer pasar a leerte.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Conchi,
      Agradecida por tus palabras, el placer de tenerte aquí es mío. Gracias por tu afecto.
      Un beso.

      Eliminar
  12. Hola!
    Una introspección muy válida. Estas personas están propensas a comportarse de manera violenta con los demás, y evocar hostilidad, afecto negativo. La solidaridad es un valor humano fundamental en todo momento y más ahora con la crisis, pero para algunos es algo difícil de procesar mentalmente.
    ¡Que Dios nos de paciencia!
    Saluditos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias, Yessykan por volver a releer esta abstracción. Es verdad hay que ser más generosos y responsables y ante todo no perder la educación y los valores. No todo vale. Mucho ánimo para ti.
      Un beso.

      Eliminar
  13. No solo te agradezco la entrada sino que la suscribo en todo su contenido.
    Soy consciente que a causa de la pandemia no solo nos hemos aislado en nuestras casas; también nos hemos hecho fuertes dentro de nosotros mismos, protegiéndonos con corazas frente a los demás.
    Estamos cansados y las decisiones desacertadas y oscilantes de nuestros dirigentes no han ayudado mucho. Tampoco el que otros congéneres caraduras y listillos se salten las normas que son para cumplimiento de todos y cada uno.
    Esas circunstancias nos han encabronado literalmente, haciendo rebosar nuestra dosis de paciencia, haciendo pagar a justos por pecadores, convirtiéndonos en unos exigentes, inconformistas e intolerantes de ceño fruncido.
    Creo que una sonrisa a tiempo, un gesto amable, una mirada de apoyo y comprensión sincera. Educación, respeto y cortesía, nos facilitaría la convivencia y nos convertiría en seres más sociables. De los que por aquí estamos creo que sabemos mantener las formas bastante bien. Personas conscientes de lo que nos toca vivir en estos tiempos; consecuentes y razonables.
    Creo sinceramente que por estos lares virtuales, no hemos perdido las formas ni los modos.
    Ánimo. yo junto mis manos con las de todos para crear una barrera contra los gruñones busca pleitos continuamente enfadados con el mundo. Esos que son conocidos en la actualidad como los indignados.
    Un abrazo de esos envolventes y acogedores, Irene.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Javier.
      Me alegra saber que la suscribes y que no he pecado de más con esta entrada. A veces uno puede quedarse ligero de carga y con ello lo único que consigue es que otro asuma su malestar, y eso, ante todo, me habría hecho sentir fatal.
      Es verdad lo que dices, el blog y todos vosotros sois un verdadero aliento para esta época tan nociva que estamos viviendo, y eso no tendré palabras ni gestos para agradecéroslo, porque no solo reconfortáis sino que hacéis que una se sienta realmente abrazada. Mis manos quedan totalmente unidas, :) Gracias de corazón.
      Un fortísimo abrazo.

      Eliminar
  14. Albert Camus dijo en "La Peste" que en las grandes calamidades se veía en el ser humano que había más cosas de admiración que de desprecio. Con esta pandemia yo creo que Camus estaba equivocado. Esta situación ha sacado lo peor de nosotros mismos, y puede que, precisamente, en quienes no han sido más vapuleados por la situación.
    Gente protestando porque se tiene que quedar encerrada en casa, rodeados de comodidades y sin echar en falta nada (tan solo salir a tomar cañas). Yo lo flipo. Pero cuando se nos quita algo, y como no estamos acostumbrados a un "no" por respuesta, reaccionamos así.
    En el otro lado de la balanza, y para compensar, los sanitarios y todo el personal que ha estado, a las duras y a las maduras, al pie del cañón, esforzándose por darnos un servicio público, con contratos basura y con unas condiciones laborales infames.
    En fin, que hay de todo, como en botica. En situaciones extremas, el ser humano se muestra como es: egoísta el que es así, y generoso el que lo es en esencia. No hay máscaras; en esta pandemia yo he conocido a muchas personas cómo son de verdad.
    Ánimo, guapa. Que reflexiones y te hagas esas preguntas ante lo que está pasando, dice mucho, y bueno, de ti.
    Un besote.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Paloma.
      Opino como tu, respecto a lo que Camus en esta situación andaría totalmente errado. No deja de ser triste que en situaciones extremas en vez de ver lo mejor, a la larga se vea todo lo contrario. Como lo es ver que hay personas que han arriesgado y dado más de sí, de lo que les correspondía, y no se les dé el valor que merecen. Ánimo para ti también, :)
      Hay que ser más agradecidos, sin ellos, qué hubiera sido de todos nosotros.
      Un beso enorme, y mil gracias por tu cariño.

      Eliminar
  15. Respuestas
    1. Hola, Mucha.
      Muchas gracias por tus palabras.
      Un abrazo.

      Eliminar
  16. En mi caso tengo la naturaleza como lugar para evadirme,... como de la simple contemplación de algo bello puede transformar la negativdad y el mal humor,... es la terapia que siempre recomiendo,...
    Ánimo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Norte.
      Tengo la suerte de vivir en algo así como el campo, y eso con los perrunos (son bastantes, estoy a poco de que me asignen núcleo zoológico) ;) me libera muchísimo, es necesario poder evadir la mente con la naturaleza, el silencio y bienestar que esta libremente nos proporciona. El problema es cada día ir al asfalto social, este no es tan sosegado. Gracias por tu consejo.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  17. Al igual que Norte, yo también tengo la naturaleza como zona evasiva al alcance del dedo meñique, y la verdad que por ello no me quejo. Pero también he vivido, al igual que tú, ese miedo, por nuestros padres, o familiares que ya están entrados en años. Y cada día pensaba, ¿y si...?.
    Que fastidioso se volvió cada día sentir el mismo miedo opresor.
    Pero también creo, que muchos hemos aprendido a valorar mucho más la vida y la forma en la que la vivimos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Aqqua.
      Bienvenida al blog, :) Siento que haya sido a raíz de esta entrada donde mis abstracciones andan a la deriva. Como le comento a Norte, donde vivo hay mucha naturaleza y eso tiene mucho valor. Muchas gracias por tus palabras, y dejar impresa tu opinión, me alegra de verdad que lo hayas hecho. Espero que nos volvamos a leer.
      Un abrazo.

      Eliminar
  18. Discúlpame el retraso, porque llevo un ritmo algo lento y cuando me he querido dar cuenta ya habías publicado no solo esta entrada reflexiva sino otra más, que luego comentaré también, estimada Irene.
    Ante todo, no me he olvidado de ti, ni mucho menos y lamento mucho que toda esta situación convulsa que ya llevamos más de un año sufriendo, te haya afectado hasta el extremo de compartirnos tus emociones y pensamientos más acuciantes.
    La naturaleza y la escritura a partes iguales son mi mejor remedio para estos males, aunque a mi favor tengo el disfrutar de mi jubilación y que vivo apartada del núcleo urbano.

    Estoy completamente de acuerdo con nuestra compañera y amiga Idalia Harolina y otros compañeros, de modo que espero sigas la trayectoria que ella te ha sugerido con mucha lucidez y seguro que superarás esta mala racha.
    Te dejo un abrazo inmenso y todo mi apoyo moral.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, querida Estrella.
      Primero de todo, no debes disculparte de nada, el tiempo es el que es, no podemos llegar a todo, te aseguro que siempre sabré lo cerquita que estás, así que si durante un tiempo no puedes leerme o comentar, no te preocupes, sé que no te has olvidado de mí. Como yo tampoco podría hacerlo nunca de ti, :) Me encuentro en la misma situación, llevo un retraso considerable de lectura, voy un poquito a traspiés. Y con la entrada del reto que nos propuso David, en estos momentos tampoco quiero leerlas para ver si nace alguna idea a desarrollar y puedo participar sin que esta se vea envuelta en imágenes de otros relatos ya creados, si finalmente no puedo hacerlo me pasaré por tu casa a la de ya.
      Agradecida por todo tu cariño, gracias a todo este apoyo la verdad es que me siento un tanto más liberada, a veces desahogarse es la mejor opción, el único miedo es que mis palabras puedan afectar a otro, por eso de que te quitas carga, pero eso hace que se le sume a otro.
      Un beso enorme.

      Eliminar