Un extraño mutismo se manifiesta en la vivienda de los Flores, un hogar cruel, desquiciado y sucio, pero para no convocar a los demonios se mantiene inerte, apático, callado…
∞
―José, un
momento, a ver, espera, que me estoy crispando. De verdad te crees que esa mísera
ambientación va a llamar la atención de nadie. Dios mío, es que ya ni te
esfuerzas. Solo has vendido un borrador en tu vida y desde entonces, ¿qué
ofreces? ¿Qué? ¿Un hogar desestructurado? ¡Basura! Basura repetitiva que seguro
que ni llantera produce.
―Pero
mujer, déjame continuar. Dame una oportunidad, esta vez vale la pena. Joder, es que nunca me apoyas.
―¿Qué no te
apoyo? Chaval, llevo cuatro años manteniéndote a ti y a tus supuestos delirios de
escritor, no vendes historias, no ofreces nada más que humo y hojas en blanco,
y de estas gastamos muchas. Miles de ellas, pero sin firma. Así que no me
vengas con tonterías, porque mira que te echo y ni pestañeo.
―Ey,
nenita, vamos, vamos, no te pongas así, es que estoy muy emocionado, por favor,
tú solo escucha.
―Vuelve a
llamarme nenita y no tienes piernas para correr. Adelante, sigue, sorpréndeme. Espero
que sea tan bueno como dices.
∞
Silencio que se rompe con una
pregunta.
∞
―¿Una
pregunta? Que mierda es eso. Preguntas
las que te voy a empezar a hacer yo, qué digo hacer, exigir. No puedo con esto,
no puedo, me frustras, me has estropeado, me has convertido en una amargada, en
tu benefactora. La que te llena ese buche seboso en el que te has postrado.
¿Por qué a mí? ¿Por qué? Acaso no soy buena persona, no me preocupo de ceder el
asiento en el autobús. Coño, si hasta
les doy la moneda que me sobra del carrito de la compra al indigente del
supermercado. Y qué he conseguido con eso, a ti, a tener un caradura que me
está chupando hasta las entrañas.
―Pero,
pero… caramelito, no te pongas así,
somos uno, ¿recuerdas?
―¿Caramelito?
¿Caramelito? Me llamo Natalia, vuelve a ponerme un mote y no respondo, te
prometo que hoy salimos en las noticias y no porque te hayas hecho famoso, no,
porque te mato. Y dice que somos uno, ¡ja! Uno, sí, será esa la razón de que te
zampes todo lo que hay en la nevera, sin pensar en que yo también debo subsistir
y no morirme de inanición. Que te crees, ¿qué me alimenta tu supuesto amor? ¡Parásito!
Eso es lo que eres, un parásito intestinal que va a terminar conmigo. Me mato a
trabajar, lo hago todo y qué espero al llegar a casa, pues simple, que te hayas
largado, sí, justo eso, ¡que te largues de una vez!
―Vamos,
vamos, cálmate nen…, quiero decir Natalia, estamos nerviosos, son momentos muy
duros, pero si prestas atención terminarás sintiéndote muy orgullosa de mí. Es
un gran proyecto el que tengo entre manos, por una vez seré la mente pensante. El
que traiga el dinero a casa, podrás comprarte lo que quieras, no sé, ¿unos
zapatos?
―Zapatazo
el que te vas a llevar, me rindo, ya no puedo más, sigue de una vez. ¡Venga!
∞
La mujer pregunta por los perros, no
los encuentra, hace horas que ni siquiera los escucha.
∞
―Eso digo
yo, ¿dónde carajos están nuestros
perros? ¡Kiwi!, ¡Perlita!
―Es que no
te callas mujer, no dejas que la historia se explique sola, no permites que las
ideas se alienen y salgan en plenitud, esa ofuscación, esa negatividad con la
que te alimentas es la culpable de que no pueda escribir, es tu oscuridad la
que me impide ser un espléndido escritor. Yo, un grande, viviendo en la desgracia,
compartiendo mis cabales ideas con una necia que no quiere ver lo que tiene
delante.
―¿Perdona? ¿Mi oscuridad? Y tienes el valor de llamarme necia. Vago que eres un vago zampabollos, maldito desagradecido, y ahora dime donde están los perros, ¿qué has hecho con ellos? ¿Te los has comido? ¿Dónde están? No te lo preguntaré de nuevo. Dímelo ya, que no respondo, ¡Kiwi! ¡Perlita! Perritos guapos, venid con mami. Venid bonitos…
∞
Última escena se ve a una joven,
feliz, con ojos brillantes y emocionados, pensando que han sido los mejores
veinte euros gastados desde que inició la cuarentena. Alquilar a esos dos chihuahuas
y poder salir a la calle para pasearlos, es de lo más destacado que le ha sucedido en
los últimos tiempos. Siente pena por tener que devolverlos, pero le embarga cierta
tranquilidad el saber que ha reservado al propietario todos los jueves de
cuatro a cinco de la tarde. Lo que no espera es encontrarse ese escenario, se
ha pasado de tiempo, pero solo por diez minutos, entiende la desesperación, ella
está igual, lo que no concibe es como esa loca puede alzarse contra el hombre
de esa manera, un bloque de folios que en otra época fue de color blanco,
aterriza una y otra vez contra su cabeza, al grito de: ¡dónde están los perros!
Relato presentado en el: EL TINTERO DE ORO, concurso literario mensual.
Ja, ja, ja... ay, los nervios y el confinamiento pone a prueba toda paciencia y la de las parejas más. Un relato impoluto y muy bien llevado, preciosa mía. Te felicito por tu ingenio y creatividad.
ResponderEliminarMil besitos con cariño para ti y muy feliz semana ♥
Hola, preciosa Auro.
EliminarMil gracias por tus palabras no sabes como me alegran, ay, el humor y yo no somos lo que se dice súper amigos en las letras, ha sido todo un reto.
Así que me quedo con tus risas muy feliz.
Un beso enorme.
Buenísimo. Menuda cara tiene el escritor en ciernes. Claro que cuando Natalia se entere de que alquila los perros creo que ya lo echa definitivamente.
ResponderEliminarMucha suerte con el concurso. me ha gustado mucho tu relato.
Un beso.
Hola, Rosa.
EliminarMorro total, desde luego hay mucho caradura en el mundo y este seguro que se lleva la medalla en el podio. Muchísimas gracias por tus palabras, me alegra de veras que te haya gustado.
Un beso.
¡Hola, Irene!
ResponderEliminarJajaja fiesta total con perros alquilados, un escritor zampabollos y una mamá perruna desquiciada ante el idílico panorama narrado ;)
Un gran relato caramelito 😂😂😂
Hola, Miguel.
EliminarMil gracias, pero eso de caramelito nada de nada, que Natalia brota en cólera, ja, ja, ja.
Ya ves que esta mamá perruna está desquiciada del todo, :)
Un beso enorme.
Buenísimo, Irene. Una parodia genial de las aspiraciones del escritor y una relación de pareja divertidísima. Fantásticos los diálogos y un ritmo muy medido. Me ha encantado.
ResponderEliminarHola, Marta.
EliminarComo me alegra que te haya gustado y divertido, eso para mí es todo un regalo.
Muchísimas gracias por decírmelo.
Un beso.
Gracias, Irene, por participar con este relato en la XXV Edición del concurso de relatos dedicada a Tom Sharpe y su novela Wilt. Un abrazo y suerte!!
ResponderEliminarGracias a ti, David, siempre.
EliminarEn cada reto que propones nos haces salir de nuestra zona de confort, esa que uno asedia con todas sus fuerzas. Y qué decirte, que en todo el proceso he disfrutado como una enana, :)
Un fuerte abrazo.
Irene un relato divertido con una bronca con ritmo que saca los nervios a la esposa. Él un huevón que no es capaz ni de sacar a pasear a los perros. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Mamen.
EliminarMuchísimas gracias por tu tiempo y el comentario. Me alegra saber que te ha divertido.
Un fortísimo abrazo.
jajajajajaja ¡Parásito! Eso es lo que eres, un parásito intestinal que va a terminar conmigo. Irene lo he pasado muy bien leyendo tu relato, cumple con todo lo que se necesita para disfrutar imaginando la situación que describes, los folios estampados en la cabeza del escritor, y ese morro implacable del tipo por fin bien remunerados, Un gran relato de humor, en el marco de la convivencia conyugal, muy bueno, un placer leerte. suerte, un abrazo Saludos¡¡¡
ResponderEliminarHola, Mik.
EliminarMe alegra saber que lo has pasado muy bien, excluiremos a los parásitos, ;) Fuera, fuera. Que eso tiene pinta de ser realmente espeluznante, ja, ja, ja. Y que hayas visualizado cada imagen, para mí, es lo mejor que podía escuchar.
Muchísimas gracias.
El placer es todo mío, te lo aseguro.
Un fuerte abrazo.
Hola Irene, esta pareja no tiene solución, él es un parásito y gorrón, y ella boba por meter a semejante ejemplar en casa. La verdad, este tío con ese morro parece de lo más real 😂
ResponderEliminarSaludos y suerte 🖐
Hola, JM.
EliminarEstoy contigo, lo de estos dos no hay por donde cogerlo. Él un listo y ella con exceso de rabia. Ambos totalmente dañinos.
Mil gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Hola, Irene. Me ha gustado el relato. Ha sido divertida su lectura de principio a fin. La imagen final de los folios peinado el cabello de su marido muy gráfica del desquiciamiento de su mujer.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo.
Hola, Carles.
EliminarMe quedo contentísima al saber que te has divertido en cada momento.
Muchísimas gracias.
Un abrazo.
Hola Irene, que bien que te animaras a escribir y participar.
ResponderEliminarEste relato si que es todo un desahogo, con solo leerlo implica ya un alivio para cualquiera que no se atreva a soltar la lengua frente a la pareja, solo tiene que leerlo en voz alta frente a el o ella, ja, ja.
Me ha gustado la desfachatez del escritor y la típica mujer amenazante que nunca cumple sus amenazas y se pasa la vida en lo mismo, sin dudas un episodio muy realista Irene, aunque muy lamentable también. Y el final te quedó muy bien enlazado...
Ya ves como una hoja en blanco puede dar muchos frutos y permanecer en blanco. Felicidades jovencita. Feliz semana.
Hola, Harolina.
EliminarDudé en participar, el humor es de lo más complicado que existe, por lo menos a mí así me lo parece, pero David no solo te propone los retos, te da la mano y el consejo para que no te quedes parada, y lo intentes, así que mira, finalmente terminó por fraguarse esta desequilibrada historia, :) Esperemos que esto no pase en muchos hogar, porque de verdad que tiene que dar un poquito de miedo y ansiedad pensar lo que le espera a uno al llegar a casa, ja, ja, ja.
Muchísimas gracias por tus cariñosas palabras.
Un beso, y feliz día.
¡Hola!
ResponderEliminarQué bueno, él tiene un poco de caradura, ¿no?
Me ha encantado, mucha suerte en el concurso y feliz semana.
Hola, Gemma.
EliminarUna cara enorme es lo que tiene, ;)
Muchísimas gracias por tus palabras.
Un beso.
Hola, Irene:
ResponderEliminarMe gusta mucho cómo has dado forma al contraste entre ambos protagonistas, él un pasota descarado y ella una inquieta dominante, para crear la contienda en medio de una situación desesperante, como lo es el confinamiento domiciliario. La ironía con la que vas desarrollando la trama es otro gran acierto.
El «negocio» del alquiler de los perros ocultándoselo a la pareja, es otro riesgo a sumar para que la relación se vaya a pique, aunque está visto que José tiene mucha sorna y seguro que también sabrá salir airoso si Natalia se entera.
¡Buen relato!
Un beso.
Hola, Estrella.
EliminarY a mí me encanta que así lo hayas visto. Muchísimas gracias por tus palabras. No, no, Estrella, lo de los perros ha sido el desencadenante de esta tragicomedia lo que ha hecho que todo terminara y por cierto, mal, fatal, ja, ja, ja
Un beso enorme.
Lo tiene crudo el pobre escritor, no está inspirado y su mujer parece que no se lo pone fácil. Debe de ser complicado concentrarse con semejante energúmena pegando gritos. Y lo de los perros ya es la gota que colma el vaso. Puede que el escritor sea un parásito, o no, pero me da una penita...
ResponderEliminarBuen relato, Irene, me he sentido algo agobiada con las reprimendas de Natalia, ¡qué genio se gasta! Suerte en el Tintero (me gustaría participar pero no sé si llegaré a tiempo).
Un besote.
Hola, Paloma.
EliminarCrudo del todo, aunque no sé si le pone muchas ganas. Pero tienes razón, tener a alguien así revoloteando constantemente a tu alrededor debe desmotivar a cualquiera.
Espero que al final logres un poquito de tiempo y puedas participar, :)
Muchísimas gracias.
Un beso enorme.
Al principio me daba pena el pobre escritor en ciernes y sin mucho futuro, debiendo soportar estoicamente la agresividad y las reprimendas de su mujer, pero, poco a poco, me ha ido resultando muy comprensible esa actitud tan beligerante dada la situación, je,je.
ResponderEliminarLo de alquilar mi perro durante el cnfinamiento domiciliario se me pasó por la cabeza, pero sería incapaz de dejarlo en manos ajenas, ja,ja,ja.
Me lo he pasado en grande leyendo tu contribución para El Tintero de Oro. Has gastado humor (y mala leche) a raudales. Te deseo mucha suerte.
Un abrazo.
Hola, Josep Maria.
EliminarPues no me enteré hasta hace poco de que se alquilaban los perros, lo descubrí gracias a Miguel. Así que imagínate, vivía en la completa ignorancia, ja, ja, ja Yo tampoco sería capaz, pobrecillos, entraría en pánico por si les pasara algo.
Qué bien que lo hayas disfrutado, con la mala leche (mucha de esta) incluida, ;)
Muchísimas gracias.
Un beso.
Parece que has descrito lo que se dice una persona tóxica en toda regla disfrazada de escritor. Manteniendo la compostura y aguantando el chaparrón de la parienta para seguir disfrutando de sus prebendas. El inciso de los perros ha resultado original; rompe la línea argumental y da mucha frescura además de resolver satisfactoriamente el reto del humor. Mucha suerte en el concurso
ResponderEliminarHola, Matilde.
EliminarMuchísimas gracias por tu alentador comentario.
Me alegra de verdad saber que al leer el relato has visualizado la personalidad y carácter de este personaje.
Un abrazo.
¡Bueno! me ha encantado, me has hecho sonreír y encima super original tu relato. Meter lo de los perros es una genialidad.
ResponderEliminarHola, Ana.
EliminarQué alegría haberte hecho sonreír, no sabes cuanto.
Muchísimas gracias por decírmelo.
Un abrazo.
Hola, Irene. Menudo duelo entre el escritor zampabollos y frustrado, de un lado, y Natalia "laquevaasuputabola", del otro. La hoja en blanco da miedo, pero esta pareja da bastante más (jaja). Buen trabajo. Un abrazo!
ResponderEliminarHola, Beri.
EliminarEso mismo, menudo par. Ninguno se salva, ;)
Muchísimas gracias por tus palabras.
Un fortísimo abrazo.
Hola, Irene. Desde luego se le nota cabreada a este pobre mujer y creo que con bastante razón porque "silencio que se rompe con una pregunta", no sé, pero me temo que no engancha mucho para empezar un libro. Lo que sí engancha ha sido el relato que ha sido divertido y bien escrito. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Isan.
EliminarNatalia está completamente colérica e incontrolable. Y a él ya le va bien, aunque sea insostenible mantener este tipo de relación. Como me alegra saber que te ha divertido. Mil gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Muy bueno, Irene, has escenificado unas escenas de lo más divertido, nada más imaginar la furia de Natalia que, la verdad, se la entiende, ja,ja,ja. Ese hombre acabó con su paciencia y ella se explaya a gusto. Todo tiene un límite y esa hoja en blanco, como que no, ja,ja. Pero a ti te ha servido para realizar toda una excelente obra. Tu relato tiene ritmo, y se lee con todos los ingredientes del buen humor. Felicidades, y suerte en el concurso.
ResponderEliminarComo siempre, un placer leerte, preciosa. Escribe de lo que quieras, que todo te sale genial.
Muchos besos, y feliz semana.
Hola, querida Mila.
EliminarQué bien que te hayas divertido, :) Natalia es un bicho, pero su pareja tiene un morrazo increíble, ja, ja, ja. La verdad que me lo he pasado muy bien en el reto que nos ha propuesto, David, qué pena que no te hayas animado a participar.
Mil gracias por tu cariño.
Muchos besitos, y el placer de tenerte aquí, te lo aseguro, es mío. Feliz semana.
Si es que esta cuarentena ha hecho brotar la imaginación de mucha gente, aunque no sea para los usos que uno quiere. Muy graciosa la escena, ella trabajadora, él un trovador frustrado sin siquiera el apoyo de su mujer, jajaj, pero aun así sigue con lo suyo, algo es algo.
ResponderEliminarMuy divertido, Irene, me ha gustado mucho.
Un abrazo!
Hola, Pepe.
EliminarEs verdad el ingenio suele sobresalir en las peores circunstancias, eso sí, a veces para bien, y como en este caso, pues… como que no, je, je, je.
Muchísimas gracias por tus palabras y esas risas.
Un abrazo.
¡Madre mía! ¿ Cuántas situaciones tan tensas como esta no se fraguarán en los hogares confinados, cada día?
ResponderEliminarHas creado una situación de traca, una humorada que podría ser cierta, y es que nos estamos hastiando de tanta pandemia y el aburrimiento puede llegar a hacer la convivencia entre ciertas personas algo insoportable.
El caso es que comprendo los argumentos de ambos personajes; razones no les falta ni al uno ni al otro.
Que gusto volver a leerte.
Un abrazo.
Hola, Javier.
EliminarEsperemos que no sean muchas, sino las noticias en vez de hablar de lo importante, empezaran a comentar la locura colectiva que se ha adueñado en todos los hogares, :O
Quizás a su manera ambos tengan algo de razón, o puede que no, ja, ja, ja.
El gusto es mío, :) Gracias por decírmelo, y por tus palabras.
Un beso.
Me pongo totalmente de parte del escritor, Irene, (será porque todos los de Tintero, en parte lo somos), y además ella es una dominanta de cuidao, coartando toda posible inspiración y amor propio al pobre José, justificándose por todo. Y Qué generosa la mujer (ironía), que hasta da la moneda del carro de la compra, (me recordó a una viñeta del gran Quino, cuando Susanita, que iba con un globo por la calle, ve y le da a un niño pobre que se queda mirando con desconsuelo el globo, un trozo del cordel del globo ¡generosidad máxima!, como la chica de tu cuento.
ResponderEliminarLo de los perros un puntazo, Irene.
Hola, Isabel.
EliminarNo sabes cómo me alegra que te hayas dado cuenta de ese punto, la intención era esa. Me sucedió lo mismo cuando leí el relato que presenta JM, hay una parte que dice la buena cristiana, ese punto me mató, pero para bien, por todo el cinismo que destila. Y es que es así, esa clase de generosidad que se muestra es egoísta, y cruel en su acto y contexto.
Mil gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Los leo en silencio y sonrio Son un lindo grupo de gente que ama la escritura
ResponderEliminarMuchas gracias por la visita y tus palabras, Recomenzar.
EliminarUn fuerte abrazo.
ResponderEliminarHola, Irene
¡Divertidísima y muy ingeniosa parodia! Un escritor fracasado, perros alquilados y una esposa harta de la situación, ¡Me he reído muchísimo con los diálogos!
Me encanto, abrazo y suerte!
Hola, Yessykan.
EliminarComo me alegra que me digas que te has reído mucho, es el mejor premio que podía escuchar, me dejas más que feliz y agradecida. Mil gracias, :)
Un besote enorme.
Irene nos has descrito una familia de lo más original , el un parásito en busca ideas para llenar esas hojas en blanco y ella una ametralladora que está cansada de la situación. Lo de los perros de alquiler es un puntazo j ja ja ja .
ResponderEliminarMuy trepidante tu relato.
Un abrazo
Puri
Hola, Puri.
EliminarSí, sí, yo creo que ambos en cierta manera son tal para cual, sino a ver quién es capaz de aguantar eso diariamente, ja, ja, ja. Cualquier persona con dos dedos de frente huye como de la peste, ;) Muchísimas gracias por tus palabras.
Un fortísimo abrazo.
¿Vaya tela con la señora! Perdón, con Natalia, no vaya a ser que se enfade porque la llamo "señora". Je, je, je.
ResponderEliminarUn relato muy conseguido, Irene, Divertido y con unos diálogos de lo más reales. Al pobre desgraciado no le fue bien ninguno de sus trabajos, ni como escritor ni como alquilador de perros durante la cuarentena.
Mucha suerte en el concurso. Un saludo.
Hola, Bruno.
EliminarCuidado que por lo que se ve a este personaje solo se la puede llamar por su nombre, que se crispa que no veas, ja, ja, ja
Me alegra saber que te has divertido, Bruno.
Muchísimas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Has derrapado, hecho piruetas y terminando con los pies en el suelo después de varios mortales. Cómo guinda del pastel, una reverencía al terminar. Muy ha encantado.
ResponderEliminarAy, RR. Qué comentario más alentador.
EliminarNo sabes cómo me alegra, :)
Mil gracias.
Un abrazo.
Menudas jugarretas nos pasa el confinamiento jajaja,.... pero me posiciono claramente al dado de la pobre señora y es que esa vuelta final del relato es fantástica.
ResponderEliminarMe ha encantado!
Hola, Norte.
EliminarCreo que debería poner un marcador de juego, a ver quién se alza vencedor, ja, ja, ja
Como me alegra que ese final te haya gustado, :)
Muchísimas gracias.
Un abrazo.
Hola Irene vaya relato más divertido has escrito y es que el confinamiento seguro que ha dado para escenas de lo más surrealistas. Desde luego tu Natalia es de armas tomar jajaja
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Un beso enorme
Hola, Conxita.
EliminarEl confinamiento sin duda ha dado para mucho, si yo contara algunas de mis actuaciones (a causa del miedo y desconocimiento) segurísimo que terminábamos todos riéndonos, :)
Qué locura, todo, todo.
Muchísimas gracias por tu cariño.
Un beso.
Que buen relato. Pobre escritor con una mujer que no lo comprende y resulta que sus perros están de alquiler jajaja. Saludos cordiales desde Puerto La Cruz Anzoátegui Venezuela.
ResponderEliminarHola, Perlas.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, y las risas que me cedes, :)
Un fortísimo abrazo.
Hola Irene
ResponderEliminarDiálogos vivos que van incresciendo hasta el tema de los perros.
divertido e ingenioso. Me ha gustado.
Suerte y un abrazo
Hola, Paola.
EliminarMe alegra mucho saber que te ha gustado.
Los perros desde luego siempre nos dan alegría, :)
Un abrazo.
Hola, Irene. Me gusta como narras el relato, intercalando en la conversación de los protagonistas, líneas del texto de lo que el "esforzado escritor" logra. Y lo bordas con ese final tan visual de un paquete de folios como arma en la cabeza del cuentista.
ResponderEliminarMe he divertido con esta lectura.
Saludos.
Hola, Carmen.
EliminarMe alegra que así te lo haya parecido, muy agradecida por tus palabras. Y sobre todo por decirme que te has divertido.
Muchas gracias.
Un abrazo.
Me he divertido mucho con los diálogos entre el gorrón zampabollos y mil cosas más. Suerte Irene.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola, Conchi.
EliminarQué bien que te hayas divertido, :)
Muchísimas gracias.
Un beso.
Un escritor con recursos, poco literarios, pero suficientes para llevar dinero a casa ¿Qué quiere ese caramelito?... Muy bueno
ResponderEliminarHola, Riol.
EliminarCuidadito con lo de caramelito, ;) ja, ja, ja
Muchísimas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Hola Irene, esta faceta tuya humorística, de mala leche no lo conocía yo, claro, es tu protagonista, pero no quién muerde más sus perros o ella, anda que alquilar los perros, pero mira, que han sido muchos los que se han prestado los canes, en los meses de encerrona forzosa. Qué bueno lo del pregunta y los perros que enlaza con el diálogo, a veces me estaba imaginando al marido escribiendo el guión de su propia historai con su esposa. Un beso grande. Feliz noche.
ResponderEliminarHola, Eme.
Eliminar¿Has visto que carácter se gasta la protagonista? Ja, ja, ja Es verdad, también creo que aquí la que puede provocar una buena mordedura es ella, ;)
Muchísimas gracias por tu comentario.
Un beso enorme.
Esta pareja que has creado da mucho de sí, más en épocas de confinamiento, donde todo puede suceder al tener a los humanos enjaulados. Me ha gustado la trama que has escrito entre el sueño de él y la disconformidad de ella.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Carla.
EliminarMe alegra mucho saber que te ha gustado la historia.
Vaya que sí, estos dos dan para más, son temibles, ;)
Muchísimas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Hola, Irene, no me extraña el cabreo de Natalia y no sabe lo de los perros. Nada, a ese escritor caradura y zampabollos lo tiene que poner de patitas en el calle, claro una vez que aclare qué hace con los 20 euros ya que no aporta nada en casa.
ResponderEliminarUna idea muy original y muy bien desarrollada para el reto.
Un abrazo.
Hola, María Pilar.
EliminarDiría, y que con todo su orgullo de trabajo bien hecho, pretendía comprarle con los 20 euros unos zapatos, ja, ja, ja Caradura total, :)
Muchísimas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
"Vuelve a llamarme nenita y no tienes piernas para correr", violenta la señora, jaja.
ResponderEliminarCuando avanza un poco el relato, entiendo el enojo de Natalia, el señor es bastante sinverguenza xD Pobres perros, ojalá que los devuelvan en algún momento.
Buen relato. Mucha suerte en el concurso.
Hola, Cyn.
EliminarViolenta del todo, ;) Disculpa la demora en mi respuesta llevo un par de días que el trabajo me tiene más liada de lo normal.
Esperemos que sí, pobres animales que siempre terminan por pagar las faltas de los humanos.
Muchísimas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Coincido con Cyn en que es una mujer de armas tomar. Y además está muy harta. Un cóctel explosivo y encima con los perros desaparecidos...
ResponderEliminarCosas de la pandemia. Yo un día vi desde la ventana a un tipo que llevaba al perro cojo.
Gran relato. ¡Un saludo y suerte!
Hola, MJ.
EliminarEstá desquiciada o quizás ya sea así, quién sabe, je, je, je Él tampoco la ayuda mucho a que pueda relajarse.
Madre mía, pobre animal. Eso es más que egoísmo, es crueldad.
Un abrazo, y mil gracias por tus palabras.
Muy buen relato, Irene. El confinamiento ha provocado que muchas relaciones se vengan abajo. Buenos diálogos que vertebran una historia cotidiana, con toques sutiles de humor. Saludos y suerte en el Tintero.
ResponderEliminarHola, Jose R.
EliminarEs verdad lo que dices, esta situación nos a terminando descolocando a todos, o se ha salido fortalecido o todo lo contrario.
Muchísimas gracias por el comentario.
Un abrazo.