Albergo oscuridad, falsa disculpa,
me cobijo en el reverso de la mentira. En la perenne conjetura del futuro.
Camuflo los sentimientos, las emociones, cual muñeco contradictorio de la
dicha.
Ahí, ahí me encuentro,
rodeada y sola. Asediada de todo lo que corroe y daña, abandonada en la miseria
de la distopía.
Aliento que sucumbe del
desprecio, éste se envuelve en cada gesto, palabra, requiebro. Caricias que no
me fueron dadas, que corretearon ante la prohibición, pero no las anhelo, no. Renunciar
a la posibilidad fue el único acto honroso de mi existencia, eso si, sí, a
ellos les debo lo que hoy soy, en lo que me he convertido, un alma errante, depravada,
que se adueña de la belleza de otros.
Como un ave carroñero, cauteloso,
cruel; quito todo aquello que nunca obtuve. Lo que desde un inicio me
correspondía como propio. Las lágrimas me divierten, ¿qué sabrán ellos del dolor? ¿Qué sabrán ellos de la culpa? ¿De la desgracia y su soledad? ¡Nada! Con
sus perfectas familias, en sus pulcras casitas, todos esos sueños por cumplir, esa
voluntad convertida en probabilidad. ¡Lo detesto! Ese es mi cometido, desquebrajarlos,
romper cada milimétrico esbozo, bello, fantasioso. Hipocresía, una farsa. Solo
hago que recordarles el poco valor que tienen, al fin y al cabo esta rueda es el
trono en el que me alzo. Aunque a veces me siento dichosa, estable, serena y
les dejo que se sientan seguros, que se relajen en aquel duermevela llamado
estabilidad, qué sería de este juego si no se les permitiría vivir en la
ignorancia, pero que no se equivoquen, no, siempre hallaré la manera
de agrietar cada espejismo.
Intenso y desesperanzado. Me ha encantado el tono y la cadencia del relato, Irene. Muy buena historia.
ResponderEliminarHola, Marta.
EliminarMil gracias por tus palabras, no sabes cómo me alegra que te haya encantado.
Un beso.
Miedo me da ese ser, ente, ángel caído, la muerte quizá, lo que sea, que sin saberlo ni esperarlo nos puede arrebatar en un abrir y cerrar de ojos todo aquello que poseemos y anhelamos. ¿Nos lo merecemos? Quién sabe.
ResponderEliminarUn relato realmente perturbador. Y a pesar de ello, me ha gustado, je,je.
Un beso.
Debo añadir que el título me confunde. La influencia de Tique. ¿Qué es o quién es Tique? Supongo que ahí está el quid de la cuestión.
ResponderEliminarOtro beso de propina.
Hola, Josep Maria.
EliminarSí que da miedo, ¿verdad? Ya vivimos en un conflicto continúo para encima pensar que puede haber otros seres que sean capaces de mover cada hilo a su antojo. Me deja muy feliz saber que te ha gustado, :) Si justo, el título es la respuesta. Y Javier lo ha explicado maravillosamente, je, je.
Un beso, y feliz semana.
Pues Tique Josep, es la personificación de la diosa fortuna; la que pestañea coqueta y te da lo deseado e inesperado. La que sin dolerle prendas te quita lo dado y un poco más, dejándote con cara de incredulidad. Tener buena o mala fortuna es celebrar lo que se tenga aunque sea poco.
ResponderEliminarIrene, mi abrazo. Siempre tan profunda con categóricas letras.
Muchas gracias por la aclaración, Javier. Ahora lo tengo mucho más claro. Si por lo menos me hubiera fijado en la ilustarción, donde puede leerse FORTVNA, je,je.
EliminarHola, Javier.
EliminarGracias por la aclaración a Josep Maria. Es verdad, cualquier puntito positivo ya es una celebración es si misma, :) Como todo este cariño que recibo, que por cierto, es enorme.
Muchísimas gracias por tus palabras.
Un beso.
¡Hola, Irene!
ResponderEliminarMe haces ver al destino, fiel reflejo de la duda y que parece jugar con quienes se afanan por construir un futuro, incierto. Viviendo en una ilusión, un mundo ficticio en donde lo que se tiene, se puede perder en un instante. ¿Qué sabemos realmente de, nada?
El juego de la fortuna, imagen de la ignorancia y ese mismo destino, es amo de nuestra elección dejándonos hacer.
Profundo y enigmático relato, querida, pero de una gran exquisitez, pese a esa desdicha que refleja, contiene una gran reflexión sobre el destino y lo ficticio de la vida.
Te dejo mi parecer, junto a un fortísimo abrazo.
Hola, Mila.
EliminarYo apenas sé nada de nada, ja, ja Y con el tiempo me doy cuenta que cada vez sé un poquito menos, pero aprenderemos a cada paso, sin parar, (bueno, de vez en cuando) que el reposo del tipo que sea bueno y necesario también es, :)
Muchísimas gracias por tus palabras, y la pregunta que dejas en él, que abre sin ninguna duda mucho debate para reflexionar.
Un beso enorme.
Hola.
ResponderEliminarQué bueno. Me ha dado miedo, casi hasta respeto.
Siempre me ha dado un poco de miedo que alguien(me refiero a personas pero sirve para dioses, ángeles caídos o seres de otros mundos)desee resquebrajar nestra felicidad. Cuando describes la vida perfecta en esas casitas me has recordado la frase de Hannibal Lecter: codiciamos lo que vemos cada día. Eso es peligroso.
Enhorabuena, no se te darán muy allá las manualidades, pero desde luego las letras son lo tuyo.
Feliz finde.
Hola, Gemma.
EliminarNo soy nada manitas, eso es un hecho, y con tu entrada de la manualidad, ay, si me pongo yo a recortar una botella, a peligro de perder un dedo y dejarlo pegado en la tortuga, ja, ja, ja
Muchas gracias por tus palabras, me alientan muchísimo, de verdad, me hacen feliz de corazón.
Un beso.
Da miedo pensar que pueda existir un personaje que, como Tique sea capaz de decidir acerca de nuestro destino, pensar que habría que estar siempre pendiente de no molestarla, de tenerla de nuestro lado. Prefiero pensar que mi suerte (o desgracia) no depende de seres mitológicos.
ResponderEliminarMe ha encantado el relato.
Un beso.
Hola, Rosa.
EliminarDa mucho miedo solo de pensarlo, es cierto. Como me alegra que te haya encantado. Sobre todo porque sé que a veces mis letras son difíciles, duras y confusas, y temo por ello.
Muchísimas gracias.
Un beso.
Un relato con mucha fuerza donde las emociones se conjugan para definir o radiografiar este ser mitológico.
ResponderEliminarMil besitos con cariño, Irene, querida, y muy felices sueños ♥
Hola, querida Auro.
EliminarAy, Tique ¿será cierto que juega con nosotros? Que cuando uno se relaja aparece para desbaratarlo todo. Esperemos que no, y si es que sí, que nos deje un poquito de cancha, ja, ja.
Mil gracias por tu cariño.
Besos, y feliz semana.
Estoy con lo de agrietar el espejismo. Más que nada porque te traen a engaño. Recuerdo una vez, en el desierto...
ResponderEliminarHola, Cabrónidas.
EliminarMuchas gracias por pasar y comentar, pero no me dejes así, cuenta, cuenta ese recuerdo…, ja, ja, ja
Un saludo.
Intenso y profundo como siempre Irene,... solo espero que Tique nos eche una mano...
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, Norte.
EliminarMuchas gracias por tus palabras. Eso digo yo, que se nos dé un poquito de tregua.
Un abrazo.
Hola, Irene.
ResponderEliminarCreo que la fortuna y la desdicha son como dos polos opuestos que se atraen en un tira y afloja. Y también creo en las rachas del destino que nos llevan hacia un lado u otro en una especie de serendipia reforzada.
Profundo y complejo texto el que nos regalas hoy.
Besos artista.
Hola, Miguel.
EliminarAy, sí. Complejo del todo, es lo que le he comentaba a Rosa, a veces temo que estas letras que nacen sean demasiado enmarañadas, pero con vuestro inmenso cariño no es que me quede tranquila, es que soy feliz, muy, muy feliz.
Un beso, y me encanta lo de artista, :)
Irene, un relato inhumano con tintes de humanidad, cifrado en la ambición, la envidia y el egoísmo, y hasta en la maldad de la sufrida alegría.
ResponderEliminarQuien no quisiera probar suerte y que la fortuna tocara a su puerta, pero eso si, que se prepare a pagar un precio, para que aprenda cual es la verdadera fortuna, su significado en todo el sentido de la palabra y en lo que no se dice, pero se siente en cada fibra del Ser.
La fortuna, buena o mala, o el famoso destino que nos puede bañar en oro, pero también bañar en lagrimas...
Irene, me encanta el compás de tu narrativa, la cadencia rítmica de tus letras, a pesar de la fuerte carga emocional que soportan y de estar selladas a puro puño de dolor, tienen aires de libertad futura.
Escribes genial, calan hondo tus letras y nos llevas a un mundo interior rico en matices y poderoso en sentimientos, sencillamente me encanta leerte.
Te dejo un fuerte abrazo y besos.
Hola, Harolina.
EliminarSupongo que todos en algún momento querríamos que la suerte nos señalara, pero en esta vida nada es gratis, así que mejor conseguir los logros por uno mismo, que luego quién sabe lo que puede suceder, ser un muñeco en manos de cualquier.
Lo fácil se pierde rápido, o por lo menos no gratifica de la misma manera. Y no es que ahora me vaya a poner a picar piedra, (qué barbaridad), pero si que nos proporciona una sensación de haber hecho algo bien, :) Algo propio. ¿Piensas igual?
Mil gracias por tus cariñosas y alentadoras palabras, de veras que haces que no coarte nada de nada, y eso me hace feliz, muy, muy feliz.
Un beso enorme.
Hola, Julio David.
ResponderEliminarMuchas gracias por la idea, y pensar en mí. Pues mira que no lo haga en un futuro, primero tendré que informarme un poquito sobre las cartas del tarot, pero es una idea genial. Mil gracias, :)
Un fuerte abrazo.
¡Hola, Irene! Un texto rotundo en el que nos muestras las emociones que puede sentir la diosa Fortuna al mover los hilos de nuestra existencia. Y es que conocer el futuro nunca fue una buena idea. Es curioso pero conforme leía tu texto, pensaba en que los que escribimos también pasamos por ese carrusel de emociones. Como ella, sabemos cómo están y sabemos lo que les va a pasar. Un abrazo!!
ResponderEliminarHola, David.
EliminarPues ahora que lo dices, es verdad, nosotros también movemos los hilos de nuestros protagonistas, hacemos y deshacemos, fíjate que hasta que no lo has dicho no me había dado cuenta del gran poder que tenemos, ja, ja, ja. Pobres incautos, ;)
Muchísimas gracias por tus palabras.
Un abrazo.