sábado, 18 de enero de 2020

Cielo oscuro


Me desboco en el desconsuelo, en la necesidad y plenitud de verme arrastrada hacia tus sombras, grietas que cosechan incertidumbre, desconsuelo, hambre. Alimentándonos, devorando, codiciando. Sujeto entre mis dedos la ilusión de una prosperidad que no albergamos, que no nos reconoce, que se desvanece cuando creemos contemplarla. Y yo, yo simplemente recurro a ti, a la inestabilidad que me proporciona este nosotros. Araño con la firmeza del desconocimiento al saber que no aguarda más que miseria, que el culpable de esta desdicha que oprime y expira sus últimos alientos no son otros, sino una necia que espera misericordia. Tu risa, el calor de esas manos que acarician con tibieza y aun así embaucan con placer. Uno se vuelve egoísta ansiado sin medida ese apetito, recurriendo a él como una parte del todo, como un algo que embravece a esta corrosiva e impenetrable atmósfera. Y es allí entre los susurros de palabras vacías, arrebatos e inestabilidad, amanecemos en este, el nuestro, cielo oscuro.

No te quiero, no, tampoco anhelo que tú lo hagas, la vergüenza de este ahora que hemos creado es tan precario que el ansia de otros juegos se desvanece, oprime y exige realidad. Y quizás en este no nuestro hubiera permitido lo poco que nos otorgábamos, la nada pretendida. La necesidad se pagaba con más necesidad. El deseo nos engrandecía lo suficiente para hacer de ello una posibilidad, pero ahora que sujeto entre mis brazos a esta pequeña vida me precipito en el vacío de saber que si puedo hacerlo, amar. Una emoción que desvanece el egoísmo que tan presente y eficaz he arrastrado en el tiempo. Empiezo a no reconocerme, a mirarte y no ver a otro igual, a sentir que por un momento, un solo momento, puedo ser algo mejor. No para ti, ni para mí, pero sé, siento; que lo seré para él.
 



19 comentarios:

  1. Un cielo oscuro que al final se ilumina de ternura. Muy bonito, Irene.

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  2. Fascinante entrada No te conocía me ha gustado leerte y hoy es uno de esos día que vago en el internet buscando palabras diferentes a las que veo a diario Gracias

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    1. Muy agradecida por tus amables palabras, Recomenzar.
      Gracias, :)
      Un fortísimo abrazo.

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  3. Es muy emotivo, ese desnudo del ser que se reconoce sin egoísmos ante otra vida nueva que viene enseñándonos a amar.
    Me ha encantado, mi niña. Me ha enternecido y puesto melancólica a partes iguales.
    Te felicito, Preciosa.

    Mil besitos con cariño y feliz día ❤️

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    1. Qué bonito lo que me dices, Auro.
      Es como lo dices, esta nueva vida va a enseñar a la protagonista el significado de la palabra amar.
      Muchísimas gracias, preciosa.
      Un montón de besos.

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  4. Qué preciosidad de entrada. Un gran relato sobre la llegada del amor incondicional.
    Un besito, guapa!

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  5. Irene, que bien has narrado como ese estado de conformidad y falta de motivación para amar la vida y sentirla gota a gota, se deja arrastrar hacia las sombras de lo que pudo haber sido un gran amor, y a pesar de no serlo, se sigue a su sombra bajo un cielo oscuro, tal vez inconscientemente esperando un milagro que le libere de esa sensación de vacío.

    Aunque no hay muchas esperanzas, sorpresivamente el milagro llega, para sembrar una nueva ilusión. Quizás lo esperado era el final de una vida, no el inicio de una nueva vida, que en un vientre despoblado y bajo un estado de desconsuelo, empieza a abrir esa brecha del amor.

    Me ha gustado leerte Irene, aunque reconozco que se percibe el desgano en la protagonista y narradora hasta el final, aún así deja entrever ese pequeño rayo de luz que ha empezado a brillar en su oscuro cielo.

    Si que sabes plasmar las emociones y sentimientos en tus relatos jovencita, además de ese sello personal pausado, y firme en su propósito de llegar pulcro y virgen al lector.

    Que estés pasando bien el fin de semana. Te dejo un abrazo.

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  6. Precioso relato, Irene. El amor que se tiene por los hijos es distinto a cualquier otro sentimiento, aunque en él, como en cualquier otro, haya una parte de egoísmo inevitable.
    hermoso relato.
    Un beso.

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  7. Tus descripciones del mundo interior y emocional de tus personajes es impresionante, Irene.
    Se puede permanecer indefinidamente aferrado a alguien, creyendo que eso es amor, pero la presencia de una nueva vida da fuerzas y claridad de pensamiento, ubica en la realidad del vínculo. Hay alguien a quien amar de verdad.
    Un gran abrazo.

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  8. Los hijos te transforman, te hacen percibir las cosas desde otros punto de vista menos egoísta. eres capaz de acometer sacrificios que de otra manera hubieran sido inimaginables.
    ¿Quién dice que no merece la pena?
    Un beso Irene.

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  9. El vacío existencial es quizás lo más grave que le puede ocurrir a una persona y lo has descrito de manera precisa y muy melancólica. Por otro lado qué cierto es como el nacimiento de una vida puede ser un revulsivo y una gracia incomparable a cualquier otra.
    Precioso Irene. Besos y buena semana.

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  10. La llegada de un hijo nos hace cambiar la percepción de todo lo que nos rodea.

    Abrazos.

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  11. Te felicito por el hábil manejo del lenguaje para transmitir al lector ese abanico de tonos, que modulan las notas de las emociones, como las de un violín...
    Un texto bien argumentado y de estilo intimista de principio a fin, algo de lo que ya creo haberte comentado en otras ocasiones y que dominas a la perfección.
    Tal es así y por las opiniones ya vertidas de otros compañeros/as, nos has tocado el alma con tal facilidad, que es algo digno de aplausos.
    En cuanto a su mensaje, soy también de la opinión que atravesar esas etapas de angustia existencial son durísimas por la desmotivación total por la vida, que yo también conozco. De manera que cuando se produce una circunstancia tan especial, como la llegada de un hijo/a, remueve la conciencia de arriba a abajo y los egoísmos desaparecen, digamos que también se produce otro renacer interior en los auténticos creadores de tal milagro. Algo que deja demasiada huella interna como para mirar hacia otro lado, aunque excepciones también y por desgracia, suele haber.
    Un beso grande mi querida Irene.

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  12. ¡Hola, Irene! Todo un rotundo estudio de personaje, leyéndote este y recordando anteriores creo que tendrías que tenerlos muy a mano como posibles personajes de una futura trama. Cada uno tiene su personalidad, su motivación... Haz la prueba, coge los últimos tres relatos que has publicado en intenta unir a los personajes. Creo que te puedes llevar una muy grata sorpresa.
    En esta ocasión, el personaje inicia con uno de lo que en su día fue un pecado capital: la acidia. Después se fusionó con la pereza, pero creo que no es lo mismo. La acidia es el cansancio vital, un estado de falta de ilusión y disfrute de lo que la vida nos ofrece. Aunque un niño, sin duda es un excelente propósito de enmienda. Un abrazo!!

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  13. Qué duda hay que la llegada de una nueva vida hace que la propia adquiera un sentido que antes no conocíamos. Incluso un ambiente inhóspito se volverá menos duro y más soportable. Un nacimiento deseado puede ser el renacimiento de quien o quienes han dado esa nueva vida.
    Un abrazo, Irene.

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  14. Hola Irene.
    Qué delicia de relato, tan llenoo de matices y de cosas bonitas. Un nacimiento es algo indescriptible que has sabido captar.
    Muy feliz día.

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  15. Qué bonito Irene, se podía sentir la desgana de la protagonista, ese no saber ni qué se quiere y al final ese convencimiento ante una nueva vida, a ese amor único y completamente distinto que es el de los hijos.
    Besos

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  16. Nada mejor que sostener en las manos a una vida que viene de ti, para que el amor resurja y se empiece a comprender como se pudo vivir sin él, solo con auto engaños que se hace a uno mismo, tal vez compartidos con ese "nosotros" La vida comienza cuando acaba otra, y la verdad ocupa su lugar.

    Maravilloso, Irene. Me ha encantado meterme en tus letras y hacer esta interpretación. Tu estilo narrativo en cuanto a emociones es tan pulcro, que a veces siento que me pierdo y encantada vuelvo a leerte.
    Todo un placer, mi niña.

    Vine a dejarte un gran abrazo, y deseando estés bien en estos momentos de la historia, ¡únicos! por los que estamos pasando todos.
    Cuídate, amiga.

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