miércoles, 18 de mayo de 2022

Asociación: Las calcetas no olvidan


 

―Bienvenidos. Pasen, pasen, sin vergüenza, aquí todos somos amigos.

Pero había duda, duda y vergüenza por lo que los llevaba a estar ahí, soledad, congoja y abandono.

―Muy bien, muy, pero que muy bien, veo que se está alzando la voz y cada vez sois más. No os equivoquéis, no me alegra la razón que os ha llevado a estar aquí, todo lo contrario, me satisface saber que poco a poco estáis perdiendo el miedo y con ello intentando coexistir en esta nueva etapa. Así que si os parece, empecemos.

Pero el mutismo se volvió sonoro, ahí quitando al locutor, alias el Maestre, no hablaba ni cristo.

Carraspeos, suspiros y silencio.

―Está bien, veo que todavía no os sentís capacitados para hablar sin que sea yo quien os dirija, no importa. Naïve, la semana pasada no abriste puntera, ¿qué te parece si hoy empiezas tú?

Pero Naïve era tímida, le costaba expresar sus emociones, sentía que estás siempre eran juzgadas sintiéndose con ello inferior, poquita cosa en comparación al resto, y esos miedos se transformaban en tartamudeo e incoherencia.

―Yo… bueno, yo… quiero decir que…

―Naïve, querida, no pasa nada, como dice nuestro maestre estamos entre amigos, no tienes que sentir vergüenza por explicar tus vivencias. ¿Sabes lo que puedes hacer? Cerrar los ojos, y revivirla. Haz como si estuvieras sola.

Aun con las dudas, hizo varias respiraciones y cuando se vio capaz empezó a relatarla.

―Apenas recuerdo a mi compañero, llegamos a los almacenes Sin Retorno el mismo día de nuestra confección, y nos adquirió una chica muy bonita, ese mismo día se nos puso, y… disculpadme. ―Llorosa no pudo continuar.

―Tranquila, si prefieres continuar otro día.

―No, no, está bien, tenéis razón, es mejor contarlo. La cuestión es que al llegar la noche terminamos en un cubo lleno de prendas apestosas, por lo que se ve nuestra hermosa dueña tenía un hermano con un grave problema corporal, y después de pasar penurias durante varias horas, amaneció y recuerdo como su madre abrió la tapa, él me guiñó una costura y me susurró <<por fin nos sacan de aquí>>, pero acabamos metidos en esa cosa, y ya nunca… nunca más lo volví a ver, ni 24 horas pude disfrutar de mi compañero.

Todos se apretaron el arco, compungidos por la poca suerte de Naïve.

―Lo has hecho muy bien, ¿te sientes mejor? Ella solo pudo decir que si con el antepié. Perfecto, prosigamos. Mr. López, ¿le interesaría continuar con su historia? El otro día no pudo terminarla.

―Sí, claro. Como sabéis mis vivencias son muy opuestas a nuestra compañera. Durante muchos años, nuestro dueño no era lo que se dice un derrochador, todo lo contrario, nunca he sufrido tanto con los zurcidos que nos metía semanalmente a mí y a otros pocos compañeros, era lo que se dice un tacaño. Pero no nos importaba, al ser un agorero mantenía sus pertenencias como auténticas reliquias, el problema vino quizás justo en eso, en la roñería, porque el día de baño semanal esa cosa se volvió loca, debía tener algún fallo técnico, porque literalmente no había quien la parara, y por más que cogí y cubrí a mi compañera con la pernera la succionó y ya no la volví a ver nunca más.

De nuevo esa callada de comprensión y empatía, se entendían perfectamente, después de todo, habían perdido a sus parejas de forma similar.

―¿Y dónde creéis que se los lleva? Dijo enfurruñado Lemonade Attack.

—Lemonade, todavía no es tu turno —Lo amonestó el Maestre.

—Venga ya, Maestre. Esto es un claro ejemplo de Expediente X, no es extraño que desaparezcan de la faz de la tierra y nunca más volvamos a encontrarlos. Qué clase de máquina del demonio es esa en la que nos metían, ¿eh? Vais a quedaros ahí llorando y lamentando vuestra suerte, cuando lo que tendríamos que hacer es levantarnos y aniquilarlas. O mejor, meter a nuestros dueños para que sufran la misma desventura.

—Tranquilo, chico. Esto es una terapia de grupo. No la manera de buscar un castigo —Comentó Mr. López.

—Ni hablar, me niego a que otros pasen lo mismo que yo. ¿Quién se une a la rebelión?

El grupo fue creciendo y maquinando la fórmula exacta de erradicar el problema de las lavadoras. Estaban desparejados, y aunque algunos dirían que así no servían, a ellos les movía el ansía de la venganza. Se acabó el lamentarse, de buscar respuesta a incógnitas, que nunca tendrían sentido, era el momento de buscar justicia. 

Y así fue como estos valientes calcetines lo consiguieron, ¿y cómo lo hicieron? Pues muy sencillo. Con un llamado a todos sus iguales, aparejados o desparejados, no importaba; y se fugaron a una pequeña isla del Caribe. Ahí residen millones de ellos, tranquilos y seguros. Es más, algunos han vuelto a encontrar pareja, porque se dieron cuenta que aun siendo diferentes les movía algo más importante. El amor. Y éste siempre está alejado de los prejuicios.



30 comentarios:

  1. Ahora todo tiene sentido porque hay algunos que no los encuentro 😰 y mi madre decia que eran los duendes jajaja genial relato 💕

    Un beso desde Plegarias en la Noche

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    1. Hola, Tiffany.
      Qué original lo de tu madre, ja, ja Me ha hecho muchísima gracia, :)
      Mil gracias tus palabras.
      Besos, y feliz día.

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  2. Linda historia unidos somos mas fuertes. Te mando un beso. Enamorada de las letras

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    1. Hola, J.P.
      Unidos siempre seremos mejores, qué empeño tenemos en desfragmentarnos.
      Mil gracias por comentar.
      Un beso.

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  3. me gusta como escribes
    saludos desde lo lejos

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    1. Hola, Recomenzar.
      Muy agradecida por tus palabras.
      Un abrazo.

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  4. Yo siempre me he preguntado dónde van a parar esos calcetines que desaparecen y dejan sola a su pareja, que queda a merced de su dueño, que muy probablemente lo tirará al cubo de la basura. Yo creo que deberíamos desenmascarar a las lavadoras y descubrir sus planes secretos, je,je.
    Un beso.

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    1. Hola, Josep Maria.
      Mientras nosotros nos lo preguntamos, ellos ahí tostándose al sol, qué envidia, (bueno, no, que yo soy un poquito anti sol) ja, ja, ja Eso del vuelta y vuelta no es lo mío.
      Las lavadoras tienen un puntito maquiavélico, ;)
      Mil gracias por tus risas.
      Un beso.

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  5. Qué bueno.
    Ahora ya sé que pasa con esos calcetines que desaparecen después de haber perdido a su pareja a manos de la lavadora. Están en el Caribe, jajaja.
    Muy feliz jueves.

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    1. Hola, Gemma.
      Ahí de vacaciones, todos congregados en la isla calcetín, ja, ja, ja
      Muchísimas gracias por tus palabras.
      Un beso, y feliz fin de semana.

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  6. Ja, ja que divertido. la verdad es que los calcetines desaparecen y aparecen por arte de magia. Yo he llegado a encontrar uno semanas después de haberlo perdido y cuando ya había tirado a su compañero. Pobrecines, qué trato les damos. Genial relato.
    Un beso.

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    1. Hola, Rosa.
      Pues si te digo la verdad, los que me han desaparecido, no los he vuelto a recuperar, es algo extraño, un claro caso para investigar, ja, ja, ja Somos un poco crueles con ellos, ;)
      Muchísimas gracias por tus risas.
      Un beso.

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  7. Ja, ja, ja... Mi Querida Irene. Qué imaginación la tuya!! Yo digo que hay un mundo paralelo donde van las parejas de los calcetines. Es imposible que desaparezcan cual funambulista. Muy buen relato, preciosa.

    Mil besitos con mucho cariño y feliz día ❤️

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    1. Hola, preciosa Auro.
      ¿Dónde irán a parar? Debería existir un capítulo en la dimensión desconocida, (banda sonora) Perdona, es que cuando me acuerdo de esta serie, siempre resuena en mi cabeza ja, ja, ja
      Los pobres solo luchan por su integridad, y qué mejor que fugarse, nada de nada, :)
      Muchísimas gracias por tu cariño.
      Un beso enorme.

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  8. ¡Qué bueno! Siempre me he preguntado dónde irán a parar los calcetines desaparecidos y si su compañero, al quedar desparejado, se siente solo. Parece ser que no soy la única que se lo pregunta, ja, ja, ja.
    Un besote.

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    1. Hola, Paloma.
      Es que desparecen y dónde acaban, no lo sé, es algo muy, pero que muy extraño, ja, ja, ja
      Y el trato que le damos al desparejado, es todavía peor, les cedes un tiempo de luto, hasta que te deshaces de él, porque no tiene sentido conservar solo uno, lo guardarías ahí solito toda la vida, :)
      Muchas gracias, no sabes cómo me estoy riendo con vuestros comentarios.
      Un beso.

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  9. ¡Hola, Irene! Menos mal que solo tenemos dos pies, ja, ja, ja... Un relato estupendo en el que partes de esa realidad cotidiana como es el mundo de los calcetines para llevarnos a una historia de amor universal. Normalmente uso calcetines negros, te prometo que raro es el día que los llevo iguales, ja, ja, ja... Un abrazo!

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    1. Hola, David.
      Pues no me iría mal del todo un tercer pie, ja, ja, ja Para llegar antes a los sitios, que siempre voy sin tiempo, :) Pues ya somos dos, casi todos mis calcetines son similares o del mismo color, me niego a seguir cosechando desparejos, y aun así se quedan sueltos sin compañero, no lo entiendo, ja, ja, ja Y con ese tercer pie del principio, pues mira, problema resuelto.
      Mil gracias por tus palabras.
      Un abrazo enorme.

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  10. Genial, Irene. ¡Has conseguido dar la vuelta al calcetín! Si las prendas de ropa hablaran intentarían la fuga de algunos hogares humanos ja, ja, ja. Tengo en una pequeña repisa unos siete o ocho calcetines sueltos -y lavados ;)- con la falsa esperanza de que les voy a encontrar a su pareja. Ese llamamiento final al amor pone la guinda al pastel.

    Besos y buen fin de semana.

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    1. Hola, Miguel.
      Pobres prendas, Si tuvieran sentimientos desertaban de más de un hogar, ja, ja, ja
      Huirían como con esta historia, a un destino paradisíaco, ¿y quién no? :)
      Voy a ser sincera contigo, es por tu bien, no por ser agorera, pero esos calcetines nunca, pero nunca más, van a aparecer, ja, ja, ja
      Un besazo, y feliz fin de semana.

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  11. Fantástico, Irene. Divertidísimo y muy original. El final enamora.

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    1. Hola, Marta.
      Qué bonito lo que dices. Me alegra que te hayas divertido.
      Muchas gracias.
      Un beso.

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  12. No es increíble que los años pasan y sigo comprando calcetines y medias que he perdido en el camino

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    1. Hola, Mucha.
      Es raro, ¿dónde irán a parar? Ja, ja
      Muchas gracias.
      Un abrazo.

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  13. Una asociación bien original y muy bien organizada, ja,ja,ja. Creo que si supiéramos escucharles, dirían igual o similar. Has hilado una historia divertida en la que es imposible no continuar. Además, el final, ¡apoteósico!
    Geniales esas metáforas que has utilizado para describir que ni el color ni la raza ni el lugar, importan nada de nada, para el amor.
    Mis felicitaciones sinceras, mi querida Irene.
    Tus escritos, para mí, siempre tienen un trasfondo que va más allá de las letras, y los redactas de maravilla.

    Muchos besos, preciosa:)

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    1. Hola, preciosa Mila.
      Mil gracias por las palabras que le dedicas al cuento, :) Me alegran y me hacen muy feliz. El amor es amor, no entiende de nada más que eso, y lo peor es limitarlo, con prejuicios que solo acarrean dolor, incomprensión y desazón.
      Muchos besos, y feliz fin de semana.

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  14. Hola estimada Irene, Irenísima, tenía que pasar sin prisa con la alegrái del reencuentro y leyéndote como no, con pareja de calcetines o sin ellos jaja. Qué bueno, qué buena esta historia de los desparejados en las lavadoras industriales, y no industriales y esa maestre coaching para ver donde los va a "colocar", pero ya veo que la iniciativa siempre "anda por abajo" claro que sí, lo más lejos posible. Me alegra un montón tu vuelta, de verdad, leerte, no como debería hacerlo y no tengo excusa, pero ando con una doble faceta creativa blog-canal youtube que me toma un montón de tiempo y se me olvida que por aquí, en el mundo bloguero, haya estupendas y maravillosas escritoras que bien merecen unos minutos del tiempo. ¡Te requiero, Irenísima! Un besote grande y grande

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    1. Hola, preciosa Eme, :)
      No pasa nada, yo ya sé que el cariño es de verdad. A veces no podemos estar tanto como quisiéremos. Con saberlo, que lo sé, me basta, es más, si como suele suceder desaparezco del blog un tiempecito siempre me envías un correo para que me acuerde de respirar, y eso lo agradezco muchísimo. Me has alegrado muchísimo con este comentario y el afecto bonito que desprende, alimenta el alma, y al que correspondo MIL. Es precioso. Unas palabras que guardaré para siempre.
      Un beso gigante, amiga. Si supiera poner emoticones en el blog te ponía un corazón GIGANTESCO.

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