lunes, 3 de octubre de 2016

El árbol



De pequeños siempre jugábamos en aquel árbol. Recuerdo que miles de veces intenté convencer a Marcos para alejarnos de ese cerco invisible al que él llamaba hogar, pero no quería avanzar y yo aún sin entender la razón, le consentía. Nunca antes había tenido un amigo tan singular.  

Fuimos creciendo y seguí yendo a aquel árbol, pero entonces sí empecé a advertir que algo de todo aquello no era normal, ya contaba con la edad de trece años y Marcos seguía siendo el mismo chiquillo de ocho con ropas extravagantes y poses aristocráticas.  

Supongo que la realidad al fin vino a mí cuando nuestras conversaciones se vieron afectadas, estaba en pleno apogeo hormonal ansioso por hablar de María la hija del panadero y Marcos insistía en corretear como si fuéramos chicuelos. Eso me molestó. 

-          Sabes Marcos, ¡estoy harto! Llevo años viniendo a este estúpido árbol y siempre hacemos lo que tú dices, ¡Pues no! ¡Se acabó! A partir de ahora iré al pueblo y si no quieres venir, ¡Allá tú! ¡Dejaremos de ser amigos! 

No dijo nada, sólo me examinó. Su mirada se volvió negrusca como si las pupilas se hubieran adueñado de sus ojos, retrocedió dos pasos para colocarse detrás del tronco y yo extrañado por esa renuncia fui tras de él, pero no lo hallé. Parecía que el árbol lo hubiese engullido, palpé en busca del hueco del que supuse que estaría escondido pero no encontré nada, solo una frialdad que erizó todo el vello de mi cuerpo, me asusté mucho y gallina de mí, huí.  

No he conseguí volver a ese árbol, ni siquiera recordaba esta historia hasta hoy, cuando mi hija Alejandra me ha explicado que ha hecho un nuevo amiguito, el que vive en la llanura del bosque.
 

23 comentarios:

  1. ¡Muy bueno Irene, me ha encantado! Me hace pensar que Marcos es como un duende, un elfo, o un espíritu del bosque. Me alegra ver que también has vuelto! Un abrazo, compañera de letras! ; )

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    1. Muchísimas gracias Ramón, también me gusta verlo como un espíritu del bosque, y su transición a la madurez.
      Síii ya estoy de vuelta, ahora me paso por tu casa, :)

      Un abrazo compañero!!!

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  2. Genial. Me ha encantado ese halo de misterio que envuelve a Marcos. Generación tras generación juega con un niño tras otro.
    Un besillo.

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    1. Gracias María, me alegra mucho que te haya gustado, :)
      El tiempo sólo logra camuflar el pasado pero no desvanecerlo.

      Besos!

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  3. Que misterio, Irene, tal pareciese que ese amigo invisible estuviera visible mientras hubiera alguien que creyese en él, luego, desaparecía cuando se daba cuenta de que el amigo "real" ya no lo necesitaba.

    Entendí de tu relato, que a veces estás con alguien que no madura a la misma velocidad que uno mismo, y hay que dejarlo ir.

    Te quedó genial, me encantó.
    Besos, amiga.

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    1. Sí Mila justo eso :)
      Amigo invisible o como dijo Ramón espíritu del bosque, cambios.

      No creo que debamos dejar ir a las personas sólo porque no maduren al mismo nivel que nosotros (o lo creamos así), sería egoísta. Pero si como seres individuales buscamos afinidades que se asemejen a las nuestras, eso algunas veces nos lleva a decir adiós o a una separación temporal.

      Cómo siempre me hiciste pensar, ¡gracias!
      Muchos besos!!!

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  4. Cautivante relato y el misterio fluye
    no se pierde sólo se transforma...
    La magia no está en comprender el
    suceso es la aceptación de la transformación...

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    1. Gracias por el bonito comentario Raul, :)
      Me alegra mucho tu visita.
      Un abrazo.

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  5. Un relato estupendo.
    ¿Quién sería ese misterioso amigo?
    Casi todos los niños tienen ese amigo especial e invisible para el resto de mortales que nos hace pensar en ángeles custodios, elfos, duendes... o vete tú a saber qué.
    Me ha gustado esa atmósfera opresiva que has creado.
    Besos

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    1. ¿Quién será? ¿Quién? :)
      Si, casi todos los niños pasan por esa fase del amigo invisible, el cual debería desaparecer cuando también lo hace la inocencia.
      Me encanta lo de la atmósfera opresiva, :)

      p.d. por cierto tengo tortícolis desde que ayer me dijiste que vigilara mi espalda, jijiji

      Besos.

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  6. ¡Wow, Irene! ¡Qué gran microrrelato! Una vuelta de tuerca excepcional, oscura y electrizante.
    Me ha encantado el desenlace, donde uno se descubre a sí mismo a través de nuestros dones, reflejados en nuestra descendencia, muy acertado.
    Una gran sorpresa fantasmagórica, muy bien elaborada.
    ¡Abrazo, Compi de letras!

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    1. Edgar, muchísimas gracias!!!
      Oscura y electrizante, me gusta, me gusta (muajaja) ;)
      Un fuerte abrazo, compi!

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  7. Un micro magistral Irene. Donde el juego de niños a través de ese árbol nos deja entrever que siempre no son niños reales los amigos que tuviste, Un duende de guió y se dejó entrever que pululaba por ese lugar. Un abrazo

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    1. ¡Gracias Maria!
      Agradezco mucho las palabras tan positivas que le brindas al texto,:)
      Un fuerte abrazo.

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  8. Oh... a mí también se me ha erizado el vello al final, no es que sea gallina, eh...po po po.. jajaja

    Es genial, Irene, me encanta y un desenlace buenísimo.

    Muchos besitos!!!

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    1. jajaja Ay, Flora yo sí soy un poquito gallina, :)
      ¡Muchísimas gracias!!!
      Besitos!

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  9. Quizá ese chiquillo sea como Peter Pan y no quiera crecer.
    Un relato muy bonito y entrañable, aunque no deja de tener su lado oscuro.
    Un abrazo.

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    1. Al final todos nos transformamos, :)
      Muchas gracias Josep Mª!
      También te agradezco mucho que me sigas.
      Un abrazo.

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  10. Combinas muy bien la fantasía con la realidad, Irene, pues aunque en un principio la historia nos resulta familiar, después logras que con ese giro final, todo cambie y comience ese oscuro y electrizante ambiente, que menciona Edgar, que le da ese toque de misterio y fantasía.
    Me gustó mucho tu historia.
    Besos.

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    1. Gracias Estrella, te agradezco muchísimo el comentario y ver que has comprendido tan bien el texto.
      Besitos! ;)

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  11. Muchísimas, pero muchísimas gracias Julio David!!! ¡Vaya! no sé ni que contestar, :)

    Un fuerte abrazo!

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  12. ¡Qué intrigante relato, Irene! Todo él está rodeado de cierto halo de misterio que no llegamos a comprender en toda su extensión hasta el final, ese que nos deja a merced de un escalofrío. ¡Es buenísimo, me ha encantado!

    Un beso grande y feliz comienzo de semana, guapa :)

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    1. Muchísimas gracias Julia, me requetencanta ese escalofrío final, jijiji
      Besitos y feliz semana para ti también! ;)

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