martes, 17 de marzo de 2015

¿Quién me de debe que, el qué y cuando?

Llegados a este punto de no retorno, donde la crispación nace de una mosca que sobrevuela dos veces en mi misma dirección y hasta puedo observar como se ríe de mi.
Llego a la conclusión en que todo me parece mezquino, molesto, está tan generalizo esta sensación negativa que hasta nos (ME) molesta ver a alguien feliz.

Y yo me digo…
Si me va mal, podría ser culpable el que está cerca de mi, si si ese vecino que gira la cara por no saludarte, ese amigo que hace tiempo que no llama, gente de a pie de mi día a día, pongámonos en situación cualquier ser vivo es culpable mi desgracia. 
Y ahora es cuando valoro y me digo que qué me debe ese vecino, ese amigo, la pobre chica que me atendió ayer, acaso yo les debo algo a ellos? 

El individualismo, el egoísmo en el que nos movemos diariamente este que no nos permite ayudar al prójimo es el mismo que nos deberíamos asentar en la situación del desamparo sin raciocinio en el que nos movemos. Un ser individual no puede vivir en sociedad.
¿Por qué estar enfado entonces? Si no das la mano, ¿que mano te la van a dar a ti?
La rueda gira para todos en la misma dirección.

Ama y te amarán.
Ayuda y te ayudarán.

Estar vivo, es tener todo el derecho de luchar por un propósito que vaya mucho más lejos que el mañana.



 

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