Solo precisaba de chasquear los dedos y
su paso quedaba arrasado, nosotros los corderos la admirábamos y seguíamos en su
dirección sin rechistar ensuciándonos las manos las veces que hiciera falta,
porque sí los verdugos eran otros.
Yo fui uno de sus maquiavélicos
secuaces y obré el mal en su nombre, pero no era solo yo, no, hombres y mujeres
caíamos como moscas encandiladas, atraídos cual trepadora de la que es imposible
desquitarse.
Recuerdo la noche en la que la conocí,
estaba al final de la barra de un garito de los que sabes a lo que vas, me
atrajo nada más verla con ese halo de oscuridad que necesita ser rescatada y yo
infeliz salvador del mundo fui a por ella. En ese momento empezaron mis
problemas.
Y me ratifico en que debí leer entre
líneas porque a ver, ¿a quién se le ocurre beber jugo de manzana un jueves a
las 11h de la noche? Exacto es extrañísimo, pero lo que más es que insistía e
insistía en que yo lo bebiera y bueno le hubiera dado el gusto lo prometo sino
fuera porque soy alérgico a los pomáceos, y ante todo está mi salud.
Noté que su apego hacía mí disminuyó
substancialmente como si solo por no ingerir ese líquido mortal ya no fuera de
su agrado. Así que me esforcé mucho más para que su interés fuera el del
inicio, y todo lo que quería se lo proporcionaba.
Ahora me vienen recuerdos que en ese
momento me molestaron e irritaron, sobretodo el de un tipo creo que me dijo que
se llamaba Adán y de que me hablaba de una serpiente, un árbol y yo que sé
que más, lo que si me acuerdo es que insistía muchísimo en que debía marcharme
que había escuchado que era inmune a su total control.
Pero yo ciego de celos, solo podía
estar pendiente de ella de cómo lo examinaba y de cómo más tarde me miró a mí. Esa
mirada penetrante y llena de odio me provocó un funesto escalofrío que me hizo saber
que lo que más tarde me pediría no sería de mi agrado. Y así fue como sus últimas palabras lo precipitaron todo.
- Debes deshacerte de él.
En fin que las cosas no pintaron bien
desde el principio, y bueno que os voy a contar siempre he sido un tipo listo,
busca vidas y desapegado de las necesidades de otros. No fue muy difícil
escapar de la situación y quien sabe, quizás cambiando un poco la historia fue la
manzana la que me salvó a mí de Eva.