lunes, 11 de noviembre de 2019

La voz de Ingrid


Vacío que permanece sin vocablos, ni constancia. Silencio perturbado por la disculpa. Se muestra, decide que no quiere mantenerse hermética, callada. Explosiona en la reserva de su dejadez. Insidia de un mañana sin esperanza. La palabra habita enfermiza, procurándole un poder capaz de raspar la fortaleza. Miedo mostrado con saña, un ciclo que se despide sin oportunidades. Años  resguardada, permisión de un tiempo en el que se procuró olvido. Recuerdos reprimidos. Empeño por no nombrar. Pero no. Se desencadena, diluye bajo el mando de un egoísmo insano, alejando, consumiendo, exorcizando. Se evade del camino con la única verdad existente. Pérdida e incredulidad, hoy ha de decir adiós.

─Jaime, la niña. Han vuelto a llamar del colegio, esta vez ni siquiera he podido excusarla. Cada vez va a peor, y yo, yo… te lo juro cariño, me avergüenza decirlo, pero le tengo un miedo absoluto.

─Vamos Cande, son cosas de críos, no vayas hacer un mundo. Es más activa que el resto, eso mismo le pasaba a mi hermano Matías, tampoco es tan grave.

─Te recuerdo que tu hermano ha pasado más tiempo en la cárcel que siendo un ciudadano modelo, y no, no es como él. Ella es diferente… ¡mierda! Calla, calla, ya llega el autobús y no quiero que note nada raro, solo faltaría que se diera cuenta de lo que estamos hablando, la última vez no hizo más que observarme durante horas con una extraña sonrisa, a saber que estaba pensado, todavía se me eriza la piel al recordarlo. Así que conversa tú con ella, pregúntale, a ver qué razón nos da para que tengamos que volver a concertar cita con el tutor.

Naturaleza desestabilizada, aterradora muestra del precio para ser escuchada, repercusión y pauta de una eternidad que va acompañada del pecado, sucio, por la repulsa del odio y abandono. Regresa atrás, a veces, eso es alimento.

─Padre, madre. Buenas tardes.

─Mmm… Sí, sí, buenas tardes, hija.

─¿Sucede algo madre? La noto angustiada.

─¿Qué? No, claro que no. Tu padre, sí, él quiere hablar contigo. Voy a poner una lavadora, adiós.

─Padre, debería llevar a madre a un especialista, no creo que sea sano estar siempre tan exaltada. ¿No le parece?

─Ingrid, ayer hablamos de que no nos hablaras con tanto respeto, somos familia, hija. De esta manera solo haces que mamá se inquiete más, ¿no te parece?

─Comprendo, padre, intentaré mejorar mi conducta.

─No, quise. Pfff… olvídalo. A ver, han llamado del colegio, ¿qué ha pasado esta vez? Recuerda que ya te han echado de cinco centros, y hemos tenido que cambiar de ciudad varias veces, no podemos estar siempre yendo de un lado a otro, pequeña.

─Lo siento, padre. Pero esos niños no hay quien los soporte, a parte, no debieron coger mis cosas, ni siquiera rozarlas con sus sucias manos, pero ya lo he solucionado, dudo que lo vuelvan a intentar.

─¿Qué hiciste, hija?



Escondida, al acecho, coexistiendo en el centro de la miseria, allí, donde todo empezó y anida la oscuridad, es y será ama y señora de su voluntad. La temeridad emprende un nuevo camino y éste todo lo reclama.

─Me hice escuchar papá, siempre dices que todos tenemos voz y derecho, solo que yo he encontrado una manera más divertida de hacerlo.
 

39 comentarios:

  1. Una historia espeluznante, la que hoy nos narras a través de silencios más que de palabras. Digo silencios, porque a través de la figura del narrador omnisciente, podemos adivinar que la joven protagonista padece cierto desequilibrio o alteración mental, que la convierte en toda una psicópata capaz de urdir y realizar terribles venganzas, como la que se insinúa solamente aquí en este negro episodio.

    Es verdad que la herencia genética cuenta mucho en este tipo de enfermos mentales, pero otro factor fundamental es la manera de cómo se educa a estos niños, porque si les falta cariño y comprensión por parte de los padres, las consecuencias son temibles, lo comento no como lectora sino como educadora.

    Un beso enorme, Irene.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por tus palabras, querida Estrella, no solo como lectora sino también como educadora. Así es, dependen de muchos otros factores. Con este texto mi intención ha sido sugerir, pero dejando más suspense que hechos en sí. Así que muy agradecida por tus apreciaciones.
      Un beso enorme.

      Eliminar
  2. ¡Qué bárbaro, Irene! ¡Cómo se te dan de bien estos personajes! Me encantó cómo la supiste caracterizar con el diálogo. Una niña hablando de esa manera, con esa suficiencia y autoridad. Sus padres parecen pobres peleles a su lado. No sabemos qué les llegó a hacer, pero te aseguro que nos lo has dejado para que cada uno se imagine cualquier barbaridad: presente y futura.
    P.D. No dejes este personaje en el cajón. Creo que hay semilla para una novela impactante al estilo de las obras de Jim Thompson.
    Un abrazo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sabes como te lo agradezco, David. Y mucho, he de decir que todo se inició con La secuencia de Marta, un relato que se creó para el Tintero, (hace bastante) :) en ese momento se empezó a dibujar una proyección de mis letras, en parte te lo debo a ti, a vosotros; a vuestra acogida que ha hecho que tenga muchas ganas de aprender y mejorar. Desde entonces intento leer, documentarme al máximo, para poder crear personajes creíbles. Y de lo que visualizo algo más. Mil gracias de verdad, me hacen muy feliz tus palabras, pero sobre todo me animan a más.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  3. Tremendo, Irene. Una historia que calla mucho más de lo que cuenta y deja con ganas de más. Un relato genial.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, Marta, por tu comentario y ese más, es muy valioso para mí.
      Un beso enorme.

      Eliminar
  4. Yo también le tendría miedo a esa niña aunque fuese mi hija. Ante situaciones parecidas, de alteraciones del comportamiento con visos psicopáticos, hay padres que no saben reaccionar a tiempo. Los de tu relato solo se dedican a huir y cambiar de residencia y no a enfrentarse al problema cara a cara. Y mientras tanto, la niña hace de las suyas convencida de que hace lo que debe.
    Me ha encantado.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón Josep Maria, hay veces que la familia no sabe reaccionar, comportarse o simplemente decide no ver, aguarda en silencio, a la espera; y como en este caso, ese final no puede ser bueno.
      Muchísimas gracias por tus palabras.
      Un beso.

      Eliminar
  5. Respuestas
    1. Muchísimas gracias por la visita y el comentario, Juan.
      Un abrazo.

      Eliminar
  6. Porqué será, que mientras te leía, me imaginaba al personaje Wednesday Addams de esa familia tan tenebrosa como divertida. Ese lado oscuro, esa mentalidad retorcida y mefistofélica que parece poseerla.
    Nos has dejado a más de uno en suspenso con el suspense final.
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que el personaje de Miércoles es un personaje retorcido, pero con un puntito de humor. Si os he dejado con ganas de más, me siento más que premiada, pero sobre todo agradecida, mucho, de verdad. Mil gracias por tu comentario.
      Un beso enorme, Francisco.

      Eliminar
  7. Impactante Irene. Has creado un personaje único para una novela o para una película de terror. Los niños y las niñas dan mucho miedo en el cine...y algunos en la realidad mucho más ja, ja, ja. Estupendo relato (ese recurso de hablar de usted a las padres me ha puesto los pelos de punta).

    Besos y buen día.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es verdad, creo que los niños en estos casos dan miedo, porque uno cuando piensa en ellos los visualiza inocentes, por eso cuando un personaje se sale de ese contexto provoca pavor.
      Por cierto: Ingrid le está muy agradecida, ;)
      Muchísimas gracias por tus palabras, Miguel.
      Besos.

      Eliminar
  8. Respuestas
    1. Muchas gracias por la visita y el comentario, Susana.
      Un abrazo.

      Eliminar
  9. El respeto a los padres está solo en las formas porque los tiene dominados con un miedo que los paraliza para tomar medidas.
    Me pareció muy bueno el recurso de poner en bastardilla esas frases muy sombrías, que imagino, representan los pensamientos perturbados de Ingrid.
    Tiene razón David, estos personajes tan oscuros y problemáticos te salen redondos.
    Un gran abrazo, Irene.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te lo agradezco muchísimo, Mirella, no sabes cuánto. A veces temo que mis relatos no muestren aquello que visualizo, que no sepa plasmarlo. Me queda mucho camino por aprender, así que vuestros comentarios de verdad que me animan a seguir haciéndolo. Mil gracias.
      Un beso enorme.

      Eliminar
  10. Ufff, una niña que da miedo. Atemoriza a sus padres. Si la han echado de cinco colegios no debe ser trigo limpio, más bien una psicótica. Un personaje para un cuento de terror. Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias, Mamen. Me alegra saber que he conseguido transmitirte terror con este personaje. Un fortísimo abrazo.

      Eliminar
  11. Caray, Irene, me has dejado sobrecogida; esa niña hablando como una dama del XIX, esa madre angustiada, ese padre que no sabe cómo hablar para no molestar, esos hechos que les han hecho hasta cambiar de ciudad, lo que se puede intuir que ha hecho para escarmentar a sus compañeros que le cogen sus cosas... y todo ello tan solo insinuado, sin especificar nada, lo hace mucho más inquietante. Enhorabuena. Un gran relato.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por tus palabras, Rosa, y sobre todo por como lo has valorado. Eso hace que me sienta gratificada y pletórica. Muy, pero que muy feliz. Te lo agradezco enormemente.
      Un beso.

      Eliminar
  12. No sé qué habrá dicho o hecho para hacerse escuchar la "niña", pero seguro que quienes la oyeron no lo han olvidado. Miedito da la criatura.
    Has reflejado muy bien ese miedo que suelen despertar algunos niños cuando se ponen enigmáticos.
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que no han olvidado nada, Paloma, todo lo contrario. Lo recordarán para siempre.
      Muchísimas gracias por tus palabras y amabilidad.
      Un beso enorme.

      Eliminar
  13. Hola Irene!
    Un montaje perfecto, espeluznante. Miedo, terror, furia, todas esas emociones se enfrentan en el corazón de tu protagonista. Pobres padres, vaya cría!! Y tu relato merece un diez!
    Abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mil gracias por ese diez, Yessi. Súper feliz y agradecida por tus palabras y ánimos, :)
      Besos.

      Eliminar
  14. Una historia con una protagonista, como poco, inquietante. Si una madre, que es quien más ama a sus hijos, les teme... ufff algo muy oscuro debe indicarle su intuición que hay debajo. No se me ocurre una tortura mayor por las dudas, el miedo, la incomprensión, la incertidumbre.

    Un relato muy conseguido en su clima entre el suspense y el terror y una niña a la que creo que pocos consideraríamos solo como a una niña. Me ha encantado y me ha dado mucha pena que se acabara, Irene. ¡Me he quedado con ganas de saber más!

    Un beso grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso es, Julia, si una madre le teme a su hija, algo perverso se visualiza en la historia.
      Como me alegra que me digas que se te ha hecho corto, eso para mí, es muchísimo.
      Muchísimas gracias por tu comentario y cariño.
      Un beso enorme, y feliz semana.

      Eliminar
  15. Muy inquietante pero ¿No vas a publicar segunda parte? Necesitamos saber cuál fue la manera tan divertida que Ingrid aplicó para solucionarlo.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Con todos vuestros ánimos, Conchi, espero que este personaje e historia no se queden en solo este relato. Muchísimas gracias por tus palabras.
      Besos.

      Eliminar
  16. Irene, que bien has dibujado el personaje de esa niña, que definitivamente la veo atormentada por otra personalidad que ha querido ir sepultando, pero que al más minimo roce, cada día aflora con más fuerza.

    Dicen que todos tenemos luces y sombras, pero las sombras de Ingrid, no soportan el más leve rayo de luz, y siempre que puede la devora.

    Niños incomprendidos y padres que nunca serán capaces de comprender, soledades y vacíos que se llenan de rabia y de odio.

    Cuanta falta de amor y comprensión hay en el mundo, escenarios angustiosos que han propiciado muchas voces macabras, plagadas de rabia por tanto reprimirse...

    Irene, si que da para mucho más tu personaje y sus pecados por cometer. Espero que su voz no te atormente demasiado, dejala ser y fluir, y convierte su odio en amor.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo Harolina, que la maldad existe, es aterrador, pero real.
      Dependen de muchos factores, pero anida ahí y como en este relato cada vez que aflora es más fuerte y perversa, va a más, ya no quiere permanecer callada.
      Como te agradezco la preocupación, eres afectuosa y comprensiva, pero no debes inquietarte por mí, aunque te diré que me has arrancado una sonrisa que he sentido como un verdadero abrazo.
      Muchísimas gracias por todo.
      Un beso enorme.

      Eliminar
  17. ¡Hola, Irene! En primer lugar, qué alegría me da ver a la derecha algunos de los aniversarios de mi blog, ¡muchas gracias!
    Tu historia es impactante, nadie se comporta como debería según los cánones de nuestra sociedad, la que menos: esa niña con cinco colegios a sus espaldas. ¡Has logrado crear inquietud!
    Besosss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Claro que colgué tus regalos, Chelo. ¿Cómo no iba a hacerlo? Si para mí son un verdadero honor. Entre todas las idas y venidas que ha sufrido este blog y yo, lo que más agradezco son vuestras muestras de cariño.
      Muchas gracias por tus palabras.
      Un besote.

      Eliminar
  18. ¡Hola Irene!
    Una elaboración magnífica del relato, con un misterio sobrecogedor, el imaginar lo que anida en la mente de esa criatura. La cual parece haber estado demasiado tiempo en silencio con su propio miedo a algo, o alguien y que por fin, sale del sopor para aliarse con el miedo y a través de él, manifestarse de forma que hasta a sus padres le da pavor.

    El diálogo tan formal que utiliza, realza un ambiente cargado de tensión con sus padres a los cuales creo, que también atemoriza. Ella, se ha creado un mundo paralelo.
    Muy bueno, me ha encantado, Irene.

    Besos, preciosa ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi preciosa, Mila. La niña ya no quiere permanecer en silencio, (si alguna vez lo estuvo) se quiere hacer escuchar, solo que lo que tiene que decir, o lo que hace para ser escuchada se imagina como perturbador y malévolo.
      Mil gracias por tus palabras, :)
      Un beso grande, grande.

      Eliminar
  19. Lo mejor,... lo que no dices.
    Me ha encantado Irene!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por tu comentario, Norte.
      Muy agradecida y feliz de que te haya encantado.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  20. Quizás me anime a darle una continuidad a la historia y así puedas darme tu opinión, Julio David. O mejor dicho, si sigues del lado de Ingrid, je, je
    Muchísimas gracias por tu comentario.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar