martes, 12 de enero de 2021

En la penumbra

 


Nacido en la sombra cual cucaracha del inframundo se me fue denegado el disfrute de su luz. No fui el único, no, otros tantos también retozaron en la contrariedad. El estatus y su elección hicieron que fluctuáramos hacia la pérdida de cualquier placer terrenal. 

Aprendimos desde el origen nuestra valía, abrigándonos en la asfixia del desamparo y la soledad. Sombras que se cernieron sobre nosotros como si de un descarte se tratara, viéndonos abocados a vivir en las cloacas del submundo, sin distinguir lo que nos rodeaba. 

Llamaradas han lacerado nuestra piel sin el privilegio de visualizar la figura del horror que ha impartido cada sufrimiento. Hemos sido aclamados, ennegrecidos y nombrados, quedando éste último grabado en las fauces de la historia. Y es que el error que pagamos es por el alzamiento y rebelión de otros, he aquí lo que queda, pánico, miedo e ingratitud. La nada, la traición cernida sobre hechos ocurridos miles y miles de años atrás. 

No aspiro redención, ni perdón, solo la confirmación de lo que mi creador concibió; un demonio. Máscaras sin visión que solo la obtienen reemplazando otros cuerpos, pero la crueldad de los pecados que representa que soy culpable me impide realizar tal ofensa, solo queda la espera de este apático y sátiro destino. Porque soy consciente de que me hallo y hallaré eternamente en esta absoluta negrura, nunca avistaré el albor de lo que me rodea, el reconocimiento de la oscuridad es, pues; mi único credo.  



Relato presentado en el: EL TINTERO DE ORO, concurso literario mensual.


jueves, 7 de enero de 2021

Tibieza

 



Brota el desapego, de aquel, aquél; silencio compactado en la mentira, del retorno que nunca debió descubrirse. Necesidad, la caricia de la palabra que traiciona la belleza, hormigueo incesante, miedo, ingratitud a la ingratitud y más mentiras, continuas, abrasadoras, temerosas que terminan por verse envueltas en la nostalgia del pasado, del fracaso sufragado por la culpa. Ahí, es ahí donde uno se encuentra. Viciada, rebajada y en la sombra.

 

¿Qué se añora? ¿Qué?

 

Burla por todas aquellas hojas que se aglomeraron ansiosas de ser, de tocarse entre las distintas emociones, puntos indefinidos que finalmente fueron convertidos en inexistencia, hipocresía. Y es que el amor a la escritura no debe ser mostrado de esta manera. Pecado sumado a otros desajustes y a la tara de la desidia. Promesas rotas, lazos quebrados que enardecen en cada mutismo. Y aun sabiendo que no se tiene derecho, regresa, esta vez más escondida que en su ayer, menos pulcra, honrosa y digna. Está aquí, sencillamente aquí.