La primera vez que
la vi lo supe. Fue un flechazo, no hubo palabras, no hicieron falta. Algo
dentro de mí se despertó con una fuerza desesperada y desde ese momento, la
necesité. Ella no se dio cuenta tan pronto o quizás no quiso hacerlo. Pero la
verdad es que poco importaba, el hambre que yo sentía era más fuerte que la
poca predisposición que ella pudiera poner. Coleccioné todo de Marta, sus
gestos se convirtieron en el fetiche de nuestra relación. El que más me gustaba
era su extraña forma al sonreír. Cuando algo le agradaba fruncía el labio de
una manera muy peculiar, si no la conocías ese tic podía parecer otra
cosa y luego llegaba aquella preciosa y amplia sonrisa. Mi sonrisa. Porque todo
de ella era mío, desde entonces y para siempre. Ya había habido otras, pero
ninguna igual. Lo sabía, no tenía dudas.
Coincidíamos en la
cafetería del centro comercial cercano a su casa. Marta pedía un té con leche,
yo un café largo. Ella leía un libro, yo escribía en mi libreta todo lo que
quería hacerle. Aquellos silencios eran agradables, en aquel momento compartir toda esa intimidad hacía que me sintiera completo, no podía pedir más. Y sabía
que ella sentía lo mismo, se la veía relajada, feliz.
Al tiempo hubo
pequeños cambios, la moda animalista llegó con fuerza y
permitieron la entrada de mascotas, me pareció una desconsideración para los
clientes habituales, pero aun así seguimos yendo cada tarde. Hasta que lo
descubrí, me lo había estado ocultando y no me lo mostró hasta entonces, tenía
un perro. Un perro. Soy alérgico al pelo de esos animales y ella debía haberlo
sabido, yo conocía todo de nosotros, por el contrario Marta me había estado
escondiendo a esa cosa. No me gustó,
no podía consentir secretos entre nosotros. Todas las relaciones fracasan con
la mentira y la nuestra desde ese momento dejó de ser tan idílica, me había
fallado. Intenté acercarme para mostrar el desagrado que sentía, pero me
ignoró, como siempre que intentaba que profundizáramos. Esa desconsideración
fue la que lo desencadenó todo.
No podíamos
compartir asiento en la barra, cada vez que me acercaba empezaban los picores y
estornudos, entonces ella me miraba sin comprender que hacía yo
allí. Ya no existían los silencios ni la intimidad, los tenía con ese animal que
estaba alejándonos de nuestro maravilloso idilio. No podía permitirlo, no podía
dejar que todo lo que habíamos creado terminara de esa manera, toda la culpa la
tenía ese asqueroso chucho. Así que
aquella tarde decidí no ir a nuestro templo, esperaba que me echara de menos
tanto como yo lo hacía, con la misma desesperación. Al salir del trabajo la
esperé durante horas en la puerta de su casa, allí sentado, en el primer
escalón. Medité como arreglar todo lo que se había roto, apareció y nada más verme lo supe. Su cara no era placida,
tenía un punto de terror en la mirada que paradójicamente en vez de molestarme, me
excitó.
―Hola cariño, te
estaba esperando.
―¿Cariño? Disculpe,
usted… ¿Lo conozco? Un momento, sí, es, es… ¿No es el de la cafetería? ¿Qué
hace aquí? Quiero decir, ¿cómo sabe dónde vivo? ¿Qué hace aquí? ¿Qué…?
Divagó y me
preguntó tantas cosas a la vez, se la notaba nerviosa y eso para mis ojos la
convertía en alguien más exquisito. El pánico rondaba sus facciones, el rictus
de su sonrisa era frío y distante y yo necesitaba que me recibiera como
merecía, quería ver el fruncido. Mi sonrisa. Empecé a alterarme y cuando eso
pasa no soy la persona encantadora que tanto la deseaba, me convertía en un
hombre peligroso y cruel.
―¿Así vas a
recibirme? ¿Así?― Exigí humillado y despreciado.
―Pero, pero… es que
no sé qué hace aquí. No lo conozco. Mire lo mejor es que se marche, por favor,
váyase y le prometo que no llamaré a la policía, ¿de acuerdo?
―¡A mí no me hables
así! ¿Cómo te atreves si quiera? Llevamos meses juntos, compartimos cada puta tarde.
Empecé a descontrolarme y lo notaba por como me miraba, con miedo, sí, con terror y
angustia y ya no podía hacer nada, solo hacerla mía. Todo lo que había apuntado
en la libreta, todo lo que había deseado hacerle, esa noche era nuestro
momento, no teníamos más opciones. Debió notar el cambio, las respiraciones mudaron, la urgencia crispó en el aire allanando el cercano desenlace.
Y entonces cometió la peor decisión de su vida, huir de mí. Es cuando el juego
empezó, dejó de ser mi amada para convertirse en mi presa.
Tres días más tarde.
―Señor Fernández,
disculpe, quería comentarle que quizás la idea de traer mascotas a la cafetería
no es buena idea. Desde que instauró la nueva norma muchos de los clientes fijos han ido
fallando. Por ejemplo, se acuerda de aquella pareja tan extraña, la que llegaba
junta pero no se dirigía la palabra en ningún momento, pues él hace cuatro días
que no aparece y hoy será el tercero para ella. Señor Fernández, ¿me está
escuchando?
―¡Dios mío, chico!
Lee esta noticia.
<El asesino en
serie apodado el Fetiche ha atacado
de nuevo. A primera hora de esta mañana en la Comisaría Central han recibido una
carta anónima, ésta informaba de la localización del cuerpo. Varios
Agentes de la Ley se han personado en el Parque del Estanque para comprobar que la
información recibida era certera. Allí efectivamente han encontrado el cuerpo sin vida de
Marta Gutiérrez Barrobes, de 28 años. El modus operandi confirmaría que
podría tratarse del Fetiche,
siendo para este vil asesino su cuarta víctima. Las condiciones
en las que han hallado el cuerpo han sido desoladoras para la familia. Los
Agentes solicitan cualquier tipo de información de la que se
disponga, exigen máxima colaboración ciudadana. Por ahora lo único que se conoce y así lo han confirmado familiares y
amigos, es que la víctima no tenía pareja estable…>
―Es la chica, es
ella… ¡La de la fotografía es ella!
―Llama a la
policía, ¡debemos avisarlos! ¡Ahora mismo!
¡Fantástico relato Irene!
ResponderEliminarMe has tenido pendiente de un suspiro final. He intuido algo desde la escena de la escalera, pero ese final dialogado donde se esclarece toda la trama ha sido la guinda.
¡Bien por ti!
Y mis besos...Porque aún no se donde vives. Je,je,je.
Si he logrado mantenerte pendiente de la historia, me dejas feliz. Y con tu entusiasmo, más.
EliminarPero después de leer el comentario me niego a darte mi dirección, jajaja
¡Qué bueno eres, amigo!
Muchos besos.
¡Ay que me engañaste Irene! Al principio parecía un enamoramiento clásico en toda regla con todos esos pequeños gestos que colecciona quien se hechiza por alguien.
ResponderEliminarHas reflejado bien el asombro inicial y el miedo posterior de la chica de la historia.
Conclusión: No entres nunca en sitio donde admitan mascotas, puede haber algún “animal” peligroso :)
Un abrazo Irene, estoy empezando a conocer tus historias.
Qué bien que haya logrado engañarte, Tara.
EliminarYo después de leer la historia de una rubia, diría que son menos de fiar los que no tienen animales, ;) Y más nosotras que de eso vamos sobradas, jeje
Gracias por tus palabras, agradezco mucho que estés aquí.
Un fuerte abrazo.
Me ha encantado Irene! Me ha pasado como a Francisco, cuando el protagonista ha comenzado a explayarse más te das cuenta de que algo no cuadra y de que puede tener intenciones oscuras. En cuanto al final me parece genial, con ese dialogo entre uno de los camareros y el dueño de la cafetería, porque das un rayo de esperanza de que al menos, van a ayudar con el caso. Un fuerte abrazo! ; )
ResponderEliminar¡Hola, Ramón!
EliminarHe intentado alargar el no romance, pero tenía que salir la verdad en algún momento. Con su forma de divagar también pretendía que mostrara repeticiones extrañas, fuera de contexto.
Me alegra que te haya encantado, y agradezco muchísimo más que me lo digas.
Un fuerte abrazo, :)
Un placer leerte, Irene. Me ha encantado cómo has hilado y nos has enganchado porque no he dejado de seguir con el mismo interés todo el relato. Te felicito, preciosa.
ResponderEliminarMil besitos para tu noche.
Muchas gracias por tus siempre cariñosos comentarios, Ana María. Me alegro que la historia te haya enganchado.
EliminarMuchos besos y feliz fin de semana.
Hola Irene, un precioso título y una bonita fotografía adornan un excelente relato, que a veces tiene que ver con las eternas confusiones que se producen en las lides preamorosas por llamarlo de alguna manera. Y aunque el equivoco está vez a sido mayúsculo, hay situaciones y confusiones que en la vida real suponen un tremendo chasco. En este caso, hablamos de una obsesión paranoica como mínimo. Vaya gente hay por el mundo, ja,ja,ja. Muy bien hilado tu texto y con un final sorprendente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Miguel,
EliminarSí, ¿verdad? Ha sido una bonita casualidad, :) En este caso quería jugar con la palabra serie, por lo de asesino pero al mismo tiempo no quería que el título mostrara el argumento del relato por eso terminé decantándome por secuencia.
Muchísimas gracias por tus palabras.
Un abrazo, fuerte.
Presentí de entrada que era un tipo obsesionado con la chica y que ni se conocían. Será porque he escrito algunos con una temática similar... jeje.
ResponderEliminarLo llevaste muy bien, en la primera persona del maniático el lector va descubriendo su verdadera personalidad a partir de la aparición del perro.
El desenlace está genial. Me gustó mucho, Irene.
Besos.
Hola Mirella,
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, te lo agradezco. El perro fue el desencadenante, él lo tenía todo en orden, controlado. En el momento que esa cronología se desbarajustó todo se precipitó para mal.
Un beso.
Veía venir algo así, pero no con un final tan cruel.
ResponderEliminarVaya cuerpecito me has dejado!!!
Buen relato. Disfruta el fin de semana!!
Si el final no te lo esperabas y te sorprendió, me alegro.
EliminarMuchas gracias por comentar, David.
Un abrazo y feliz fin de semana.
Me ha gustado mucho!! Se veía mal rollito desde el inicio y acaba como tenía que acabar. 😉
ResponderEliminar¡Hola, Esperanza!
EliminarTe agradezco mucho la visita y el comentario. Vuelve siempre que quieras, estas en tu casa.
Un abrazo.
Suspense y emoción desde principio al fin en tu maravilloso relato, Irene. En los dos primeros párrafos me confundiste creyendo en la idílica relación, luego ya sospeché que se "escondía gato encerrado" como luego se afirma.
ResponderEliminarFinal trágico para la pobre chica, aunque imagino que él en su libreta un día u otro acabaría por realizar lo escrito saciando esa insana enfermedad que llevaba dentro.
Excelente narración, querida amiga.
Besos, y buen fin de semana, preciosa.
Muchas gracias por tus palabras, amiga.
EliminarY por la estupenda valoración, ¿qué te digo? Miles y miles de gracias, :)
Besitos y feliz inicio de semana.
Un magnífico relato, Irene. Sobre todo la parte en primera persona. Te has metido en el protagonista y has conseguido que el lector entre de lleno en su lógica. Es verosímil, tiene personalidad. Fabuloso de verdad, de hecho casi me sobra la parte que sigue la de Tres días después. El relato se entiende perfectamente, por si has tenido dudas, y no descartes dejarlo ahí, en todo lo alto con ese psicópata a punto de actuar. Enhorabuena!! Un abrazo!
ResponderEliminar¡Hola, David!
EliminarMe entusiasma tu comentario, pero si hay algo que te agradezco todavía más, es la sincera observación. En este caso los tres días no eran para esclarecer, esa parte la introduje para que la policía tuviera pistas sobre el asesino. No puedo evitarlo todos mis textos tienen que tener un poquito de luz, sino no me quedo tranquila.
Gracias de nuevo, :)
Un abrazo.
¡Genial Irene! Un relato que nos parece querer sumergirnos en una historia de amor en ciernes acaba siendo el crimen de una asesino psicópata. Me ha encantado la forma en la que has manejado el suspense y la manera de ponerte en la piel del protagonista.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Irene.
Un besazo guapa, y feliz fin de semana.
Muchas, muchas gracias por tus palabras, Ziortza.
EliminarMe alegra que te hayas sumergido en el relato.
Un besazo enorme, y feliz inicio de semana.
Muy bueno tu relato Irene, bien llevada la intriga y el suspenso.
ResponderEliminarAl principio intriga bastante, luego te vas haciendo la idea de que hay una fijación mental insana.
Tiene varias moralejas:
No acudas a diario a los mismos lugares y la misma hora.
Aprende a ser observador y a notar los cambios drásticos de tu rutina.
A veces el silencio no es tan buen compañero, conversando con las personas que forman parte de tu circulo diario podrías descubrir algún desequilibrio emocional y tomar precauciones.
Si ves que un extraño espera en tu puerta !Keep walking! (como el whisky), y llama a alguien por el celular para contarle.
Irene andan tantos psicópatas por las calles y lugares del mundo, que tu historia lamentablemente es muy real.
Hola Harolina,
EliminarAsí es, al principio puede generar duda, pero llega un momento en el que se perciben algunas repeticiones e incoherencias.
Me encanta y alegras, siempre sacas de todo una enseñanza, eso es maravilloso y admirable.
Un beso y feliz semana.
Muy buena historia Irene, me ha gustado la manera de entrar en el personaje al que primero acoges con una sonrisilla sobre esos amores y después se vuelve preocupación cuando ves que algo no va, que ese tipo está obsesionado.
ResponderEliminarMe ha parecido que el diálogo entre ellos refleja todo lo que hay y estoy de acuerdo con David que tu relato está tan bien que casi no es necesario ese tres días después que explica.
Besos
Hola Conxita,
EliminarSi yo también lo creo, cuando dice la última frase no queda duda sobre ello ''dejó de ser mi amada para convertirse en mi presa'' Pero como le comento a David, es una necesidad personal, la de dejar que entre un poco de luz en tanta oscuridad. Aquello de que quizás la policía tuviera un rostro al que buscar.
Muchas gracias por tus palabras.
Besos.
Hola, Irene.
ResponderEliminarCoincido con la mayoría de los comentarios expuestos: has sabido manejar con acierto la doble intencionalidad de tu relato. Lo que parecía un delicioso romance acaba reconvertido en una peligrosa obsesión con funestas consecuencias. Bravo.
Un abrazo, Irene.
¡Hola, Pedro!
EliminarGracias por comentar, me encanta que lo hagas y te lo agradezco muchísimo, ;)
Un abrazo, fuerte.
Coincido con David Rubio, si acabaras con él clímax del asesino a punto de actuar sería más efectivo lo que has logrado, captar las emociones del personaje, un psicópata en toda regla. Enhorabuena por el relato, Irene, un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar y mostrar tu opinión, Eva.
EliminarCreo que al final tendré que radicar la opción de que lo cojan, ;) O yo quiera sentirlo así en el relato.
Un beso.
A mí también me ha gustado un montón, Irene. Y eso que me produjo escalofríos por lo truculento de la historia, pero sobre todo por lo realista. Así como has escrito es el modus operandi de muchos asesinos, su psicología obsesiva, su necesidad de posesión... Saber meterse en la piel de un psicópata es todo un ejercicio narrativo.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Muchas gracias por el cariñoso comentario Sofía. Me alegra y da aliento a seguir escribiendo.
EliminarUn abrazo, súper fuerte.
Me recuerda en cierto modo a la película el sexto sentido, donde parece que los protagonistas se conocen pero en realidad ni se hablan, ni se ven. En este caso es lo primero, pero nos engañas al principio planteando el encuentro desde el punto de vista de él, como si fuese una pareja de enamorados. Genial el punto en el que se encuentran en el rellano y ella se sorprende, ahí nos damos cuenta del verdadero cariz de la historia y ya la intriga se dispara. Buen manejo de la tensión narrativa. Muy buen relato Irene, me ha gustado mucho. Un saludo.
ResponderEliminarEs verdad la película del sexto sentido, tiene la escena del restaurante que después cuando se esclarece el final, atas cabos. Muchas gracias Jorge, te agradezco cada palabra. Y que haya logrado sorprenderte es lo mejor.
EliminarUn abrazo.
¡Qué buen relato, Irene! Parece que tu prota es capaz de apartar la realidad a un lado y ver sólo aquello que quiere ver. Has conseguido que llegue a sentir miedo por la chica mucho antes del fatídico encuentro que acabó en tragadia para ella. Y el final me ha encantado, parece que él tendrá su merecido una vez identificado...
ResponderEliminarMuy ameno y ágil tu relato, con una historia escalofriante. ¡Buenísimo! :)
Un beso enorme y feliz comienzo de semana.
Sííí, ya me conoces Julia no podía dejarlo por allí correteando a su gusto. Espero que los de la cafetería logren identificarlo y no haya más víctimas.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, :)
Besos y feliz inicio de semana.
Hola Irene! Muy bueno el relato, me ha producido cierta angustia, me imagino que esa es la sensación que querías provocar. Además, considero que es algo muy complicado el meterse en una mente "perversa" a la hora de escribir, asi que enhorabuena por el relato. Un saludo!
ResponderEliminarHola Paula,
EliminarQué alegría leer un comentario tuyo, te lo agradezco mucho.
Quería crear suspense e incertidumbre, y que poco a poco se comprendiera que había puntos que no estaban claros, hasta ese final que como bien dices provoca angustia.
Un abrazo.
Nunca sabes quien se sienta a tu lado en la cafetería, me has puesto los pelos de punta.
ResponderEliminarMuy bueno.
Un besillo.
La verdad es que no, María.
EliminarNunca sabemos quién nos rodea ni las intenciones que tienen.
Muchísimas gracias por tus palabras.
Un besazo.
¡Qué bien has sabido plasmar la mente retorcida y los pensamientos de un psicópata!
ResponderEliminarMe ha encantado el relato, o más bien, me ha encantado cómo lo has descrito porque la historia es algo espeluznante, las cosas como son. Pero tarados los ha habido siempre.
Genial, Irene. Sabes recrear situaciones extremas con gran pericia.
¿Has pensado trabajar para el FBI, o algo así? Para ayudarles a hacer perfiles de asesinos en serie.
Ahora en serio, lo has bordado, guapa.
Un besote.
¡Ay Paloma! Que me has matado, pero con una carcajada a leer tu comentario. Hombre... yo si necesitan ayuda, algo haría, pero no creo que les valiera de mucho, (más bien de estorbo) Como buenas fans que somos de Expediente X, siempre podríamos probar, ¿no crees? jeje
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, tienen mucho valor para mí.
Un besazo, enorme.
No te preocupes Julio David, yo también soy muy utópica y te tengo que dar la razón.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
¡Qué relato más inquietante! Inquietante por el contenido y por meterte en la piel de un psicópata, y también muy bien hilado. Tanto que me hubiera gustado te extendieras más. Las "no palabras" entre ellos me hacían sospechar, pero no esperaba el final ni mucho menos.
ResponderEliminar¡Escribes de maravilla, Irene!
Un beso muy fuerte
¿Te hubiera gustado más? Qué bien que sea así y me lo digas Chelo, me alegra muchísimo. En este caso el silencio no iba de la mano de la complicidad, todo lo contrario.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras y el cariño que hay en ellas.
Un besazo, enorme.
Te has adentrado, Irene, en el thriller psicológico con una franca soltura y pericia. Un psicópata que, en su mente enferma, crea un vínculo amoroso con una mujer, su objeto del deseo, que acabará siendo su víctima por no corresponder a su locura.
ResponderEliminarToda forma de acoso es temible, pero la que procede de un enfermo peligroso puede llegar a ser, como en este caso, mortal.
Un abrazo.
En este caso el final es terrible, pero queda una puerta abierta para que lo reconozcan y no haya más víctimas.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras Josep Maria, se echaban de menos.
Un abrazo.
Hola Irene!! Cuánto loco suelto hay por el mundo, incluso a nuestro lado, y que parece normal. Y cuánta gente también, que advirtiendo cosas, no se involucra (a diferencia de los del bar) porque considera que el prójimo no es su tema.
ResponderEliminarTan actual y tan real como la vida misma, tu relato.
Un abrazo grande!
¡Hola Simón! ;)
EliminarTe tengo que dar la razón, la verdad es que uno tiene que ir con cuidado. Es una pena, pero es así. Suerte que en este caso los de bar si quieren involucrarse. Ojalá siempre fuera así.
Un abrazo, amigo.
Hola de nuevo, amiga Irene.
ResponderEliminarCoincido con las impresiones y comentarios ya expresados por otros compañeros acerca del fantástico manejo de la intriga y suspense de la historia, al estilo del thriller cinematográfico con escenas parecidas, lo cual requiere de gran habilidad para poder transmitirlo en letras, como es tu caso.
Elegir al psicópata como narrador de la historia también lo encuentro muy efectivo, pues ayuda a la comprensión del personaje y del final previsible.
Otro acierto más para el desarrollo de la historia, es el perro como acompañante de la protagonista, pero también el terrible rival del psicópata y quien le despierta sus instintos asesinos. A partir de aquí ya sabemos que no acabará bien este "romance".
Coincido también contigo en que el hecho de dejar esa puerta abierta para que puedan reconocer al asesino y evitar futuras víctimas, hace que ese final tan terrible se vea neutralizado con esa nota de esperanza.
Un abrazote grande y muchos besos.
Querida Estrella, qué bien leer un comentario tuyo, pero lo mejor es saber que estás mejor. Eso es lo más importante.
EliminarLlevo dos días más atareada de lo normal, pero prometo pasarme por tu página y leer tus estupendas letras.
Muchísimas gracias por esta valoración tan positiva, me alegra que coincidamos en el final, siempre tenemos que buscar un poquito de luz y yo necesitaba ponerle esa mota en el relato.
Muchos besos, y un abrazo bien fuerte.
Muy buen texto Irene, al principio parece una historia de amor al uso, pero según pasan las escenas la cosa cambia y mucho, mantienes al lector atrapado de una forma sutil, como si no sucediera nada hasta casi el final.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Hola Puri,
EliminarGracias por tus amables palabras, te lo agradezco muchísimo.
Un abrazo.
Hola Mi quimera, qué pasada, ha sido como ir viendo las secuencias en el cine. El fetiche, el maníaco el que se imagina y hace, digo si hace, hijo de p... el relato ni un pero, chica se absorbe como el algodón de azúcar. Besos mil
ResponderEliminarHola preciosa Eme,
EliminarMuchas gracias por el comentario, me has sacado una sonrisa con el algodón de azúcar.
Besotes.
Ay mi niña, pero es que escibes muy bien, me alegra ese reconocimiento de los compañeros, te tenía presente de las primeritas, esos tres podios...pero bueno lo importante es que tus letras quedan ahí, enganchan como los erizos de mar a las rocas y dejan huella a quién se acerca (huella de la buena jaja). Un beso
EliminarMil gracias Emerencia, no lo esperaba para nada, así que he estado en estado de flotación todos estos días, (el significado es que los que me rodean ya no me aguantan), ;) Tú si que escribes bien, :) Menos mal lo de la huella buena, no querría destrozar pies a cada paso, jeje
EliminarUn beso enorme.
Querida Irene, me has tenido en ascuas en todo el relato!
ResponderEliminarMe ha encantado como has ido tejiendo toda la historia, con esos momentos tan íntimos que por momentos me ha parecido un enamorado normal (mira qué inocencia!) y poco a poco la situación iba creando esa atmósfera tan agobiante que me ha producido una angustia vital. Me imagino que esas situaciones, aunque no lleguen al mismo desenlace, pueden darse en las relaciones posesivas y paranoicas que a veces se dan, ¡qué gente más enferma!
Enhorabuena por tu manejo de las tramas de intriga.
Un abrazo fuerte Irene y feliz fin de semana.
Hola Xus,
EliminarQué bien leerte. Al principio quería crear esa atmosfera de flechazo y amor para luego poco a poco ir mostrando las incoherencias, como las repeticiones y ese perenne silencio que termina siendo extraño.
Muchas gracias por tus palabras están cargadas de cariño.
Un abrazo enorme, y feliz fin de semana para ti también.
Hola, Irene.
ResponderEliminarNos has regalado un texto excelente que refleja muy bien la obsesión de una mente enferma, posesiva y asesina. La intriga está muy bien llevada y nos has situado en los escenarios con toda naturalidad, te felicito.
Te deseo mucha suerte en el concurso.
Un abrazo.
Patxi.
¡Hola, Patxi!
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, me alientan y te las agradezco enormemente.
En breve me paso a leerte.
Un fuerte abrazo.
La obsesión llevada a su máximo nivel, eso es lo que nos has mostrado en este relato, Irene. La pobre Marta dejó de ser amada a convertirse en presa por culpas no cometidas.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso. Un abrazo.
La realidad es para él, la pobre Marta siempre fue una presa.
EliminarMuchísimas gracias, Bruno.
En estos días os leo a todos, :)
Un abrazo.
Irene, me ha encantado tu texto, en especial el trabajo que has realizado para modelar al asesino serial. Pero también hay mucha originalidad en el modo de elaborar la trama y en haber elegido la primera persona. Está narrado en forma impecable y queda claro el tránsito de la historia desde un romance hacia un desenlace macabro. Muy buena también la inserción de los personajes laterales que acompañan y refuerzan el relato. Mis felicitaciones. ¡Mucha suerte en el concurso!
ResponderEliminarAriel
Muchas gracias Ariel, te agradezco el cariño y la valoración tan positiva que le das al texto. Y gracias por darte cuenta, sí que indagué y me documenté sobre los rasgos comunes de los asesinos en serie, para así poder crear y dibujar al personaje de este relato. Muy agradecida.
EliminarUn beso, y suerte a ti también.
¡Hola, Irene! Lo que al principio equivoqué con una relación un poco rara, se ha descubierto como un relato espeluznante, de serie negra. ¡Magnífico! Creo que vas a tener un lugar privilegiado en éste concurso promovido por el escritor David Rubio, en la +G "El tintero de Oro" .
ResponderEliminarUn abrazo literario.
¡Hola, Lola!
EliminarMuchísimas gracias por tus amables palabras, me alegran mucho, mucho.
En breve paso por tu blog, me acabo de dar cuenta que no me actualiza bien en la lista, no sé la razón.
Un fuerte abrazo.
Hola, Irene. La verdad que me has puesto la piel de gallina. Ya empecé a temer un cierto desvío de lo usual cuando él escribía las cosas que le haría. Pero me mantuviste en vilo toda la historia, con ese presentimiento que en algún punto desea que no sea cierto.
ResponderEliminarMe ha encantado leerte.
Un abrazo
A mí me ha encantado que lo hagas Mirna, muy agradecida. Sí, el protagonista se va mostrando repetitivo, es allí cuando uno empieza a percibir que algo no va bien y genera la duda. Muchísimas gracias por tus palabras.
EliminarPaso pronto por tu casa, :)
Un beso.
Irene, muy buen relato, genial, con un final inesperado.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Un abrazo
Hola Javier,
EliminarMuchísimas gracias por comentar.
En breve te leo, :)
Un abrazo.
Hola Irene.
ResponderEliminarTe relato es maravilloso, pero creo que al final se te fue de las manos. Para mí la historia termina cuando ella huye, lo demás no es necesario. Ahí el relato se me cayó.
Así que pensaré que la última parte no existió y te diré que me gustó mucho como vas manejando la personalidad del personaje, como me engañaste pensando que la relación era real y como en un dos por tres se fue deteriorando. Un excelente trabajo.
Te felicito.
Saludos.
José
www.cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com
Hola Jose Luis,
EliminarPrimero de todo agradezco enormemente tu sinceridad. Te comento lo mismo que a otros compañeros, cuando ella huye el relato ya queda claro pero y esto ya es a título personal no quería dejar tanta oscuridad, por eso opté por los testigos y que con estos quedara la opción de que pudieran informar a la policía. Pero si tú prefieres que no exista, por mí bien, :)
Muchísimas gracias por tus palabras y por la valoración, espero que nos leamos muy pronto.
Un abrazo.
¡Tremendo! Muy bueno. Mucha suerte
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Marta.
EliminarUn abrazo.
Vuelvo para desearte suerte en el concurso, Irene, que ya lo comenté en su día, al poco de publicarlo. Besos
ResponderEliminarEva, mil gracias por tu consideración.
EliminarUn beso grande.
Irene, terrible relato en la que en primera persona te introduces en la personalidad del protagonista. Muy buen relato.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Besos.
Hola Pilar,
EliminarMuchísimas gracias por pasarte y comentar, te lo agradezco.
Un beso.
hola Irene
ResponderEliminarSorprendente. Consigues que parezca que han vivido realmente una relación amorosa. Lo del perro está bien pensado. Yo también pienso que el final debería ser el momento en el que él dice que se ha convertido en su presa.
Enhorabuena y suerte
Hola Paola,
EliminarGracias por comentar y la aportación, te lo agradezco muchísimo.
Nos leemos pronto, :)
Besos.
Muy buen relato, Irene. Has logrado despistarme. Te deseo mucha suerte. Un beso
ResponderEliminarHola Ana,
EliminarMuchas gracias por comentar.
Un beso.
Coincido con la apreciación de David Rubio y Paola Panzieri. Con independencia de lo que puedas pensar como autora, fíjate que presentas un cambio radical como depilación a la cera, sin avisar. Desaparece el narrador en primera persona con el que el lector se sentía a gusto y cómodo y ¡zas! ¡coitus interruptus! entra en acción una nota de la autora que no se resignaba a estar ahí discreta.Tal vez mereciese la pena un par de vueltas, ¡qué sé yo!. En fin , lo dicho, que comparto con David y Paola la recomendación que hacen.
ResponderEliminarUn abrazo, y no me odies mucho ;-)
Hola compañero,
EliminarEsta autora metomentodo, no podría guardarse sus necesidades y dejar el relato como estaba, no, claro que no, jajaja ¿Cómo odiarte? Claro que no, todo lo contrario agradezco enormemente la sinceridad. Así que muchas gracias.
Un abrazo, ;)
Por fin llegué a tu relato, Irene. Me ha encantado esa sensación de impotencia de indefensión. Como se cruce en tu camino un loco y se fije en ti, estás condenada sin remedio. Me produce escalofríos solo pensarlo.
ResponderEliminarMucha suerte, amiga.
Un beso.
Hola Rosa,
EliminarA mí también me quedan pendientes algunas lecturas, somos muchos, :)
Muchas gracias por tus palabras.
Te deseo la misma suerte, amiga.
Un beso.
Hola Irene.
ResponderEliminarBrutal el relato que te has marcado. Se podía mascar la tragedia a cada palabra del protagonista. Porque, si bien es cierto que vas dosificando la tensión gradualmente, hay algo en su manera de hablar que me puso sobre aviso rápidamente. Creo que es porque has logrado una buena caracterización del personaje.
Mis felicitaciones.
Mucha suerte en el Titero de Oro.
Nos leemos.
Un abrazo.
Hola Jean,
EliminarSi tienes razón, las repeticiones lo van delatando, a parte nadie guarda tanto silencio dentro de él. A medida que lo lees, se va delatando y uno percibe rareza en la supuesta relación.
Muchísimas gracias por tu valoración.
Tu relato es de los pocos que me quedan por leer, paso en breve por tu casa, :)
Un fuerte abrazo.
Muy bien hilado este relato que a pesar de producirme escalofríos, solo pensar que nos aparezca un individuo en el trabajo cuando estamos de noche, Uff. Nunca nos debemos fiar de nadie en una cafetería. ¡Suerte en el concurso, Irene! Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Mamen, da un poco de miedo, sí. Ya no podemos estar tranquilos ni en los sitios más concurridos.
EliminarUn abrazo.
Me sorprendió, de verdad. Recién hacia la mitad del relato empecé a notar que el hombre no era realmente pareja de la pobre Marta. Muy bien narrado, el punto de vista del asesino es escalofriante.
ResponderEliminar¡Mucha suerte en el concurso!
Un abrazo.
Cyn, muchas gracias por pasarte y comentar.
EliminarSi tienes razón, hay un momento en la lectura en el que se empieza a percibir que algo no va bien.
Un abrazo, :)
¡Fantástico, Irene! Para mí terminaría en el párrafo donde dice que ahora ella es su presa, todo lo demás lo intuye el lector de algún modo... Enhorabuena y suerte en el concurso.
ResponderEliminarHola Rocío,
EliminarSois varios que lo comentáis, la próxima vez le diré a mi Pepito Grillo que no incluya notas, :)
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Hola, Irene. Has hecho un estupendo relato. Igual coincido con lo que dicen algunos compañeros de que no hace falta dar todo masticado al lector. El lector ya sabe con lo que le muestras sacar sus propias conclusiones. Bien tratados los personajes. Mantienes bien el interés en descubrir el desarrollo de esa relación que va anunciando un final trágico. Suerte en el concurso. Besos
ResponderEliminarHola Lana,
EliminarMuchas gracias por tu valoración y sinceridad. Con el final solo quería mostrar que lo iban a identificar y con ello ya no habría más víctimas, es lo que tiene querer dejarlo todo bien atado y con un poquito de luz. Lo tendré en cuenta para la próxima, :)
Un beso enorme.
Mucha felicidades por tu mención honorífica en el concurso TINTERO DE ORO. Enhorabuena Irene, un gran trabajo.
ResponderEliminarMil gracias Tara, estoy muy emocionada, :)
EliminarUn beso.
Hola Irene! Muchas felicitaciones por la mención honorífica que ha obtenido tu relato en el concurso del Tintero. Me ha puesto muy contento. Ahora... ¡a disfrutar!
ResponderEliminarUn beso.
Ariel
Hola Ariel, :)
EliminarGracias por pasar a felicitarme es todo un detalle por tu parte, te lo agradezco muchísimo.
Un beso.