lunes, 18 de marzo de 2024

Gaveta de yerros

 

La codicia de Wilhelm August Lebrecht Amberg

Aquí estamos de nuevo, como en un círculo incómodo, vicioso en el que se toman decisiones en las que sus raíces parece que nunca terminan de principiar, he tomado la decisión de iniciar algo, el qué, quién sabe, conociéndome quizás mañana vuelva a instaurar la ley del silencio turbulento, es casi como virus persistente y controlador.

En la última entrada, allá en el siglo pasado, mencioné que me rondaba crear uno paralelo, es más, con la motivación distorsionada empecé con él, vamos que existe, sin entradas desde entonces, pero ahí está, y ahora quiero, la verdad, necesito; dar el paso, o saltar sobre este despojo.

La Quimera es y será puerto seguro, pero los seres humanos somos duales. Como la luna tenemos una cara no visible, quizás molesta, impenetrable, hosca, pero forma parte de nosotros, y es esencial en nuestra realidad.

El blog se llama: Gaveta de yerros, la razón es sencilla, las palabras me fascinan, tienen poder con sus distintos significados, haciendo que de alguna manera nos sintamos en sintonía, identificados; así que aquí llega:

Gaveta: Cajón corredizo que hay en los escritorios y sirve para guardar lo que se quiere tener a mano, (soy excelente escondiéndome, qué pena que la CIA no me haya contratado).

Yerro: Falta o delito cometido, por ignorancia o malicia, contra los preceptos y reglas de un arte, y absolutamente, contra las leyes divinas y humanas.

Estas letras estarán concebidas como diario. Para expulsar todo aquello que ronda y se palpa de tal manera que no permite muchas veces avanzar, y bueno, errar lo hago tan a menudo, que debería ser mi tercer nombre, es que tengo dos (en casa somos muy de nombres compuestos). Aquí plasmaré, ideas, sensaciones, con total libertad de expresión. Eso quiere decir que puede crear incomprensión, incomodidad o simplemente nada. Pero las emociones en su magnitud no deberían coartarse. Voy a ser muy honesta, lo he comentado al inicio; egoístamente necesito una bifurcación. Encauzar las piezas de un puzzle que de tanto en tanto se desarman y difieren en el tiempo, sumándole un peso que desestabiliza e imposibilita seguir. La verdad, esto va de mí y para mí. Lo que digo, aislamiento puro. Egolatría al máximo, elevación al cuadrado que resta demonios. Exorcismo, de toda la vida. Pero espero y deseo con la suficiente belleza para no sentir pena por ello, y quizás también algo de perdón.

 

Besos, y abrazos.


Nota: No quería poner el enlace, por esas cosillas de crear obligación, pero aquí está: Gaveta de yerros

Mil gracias.