Burbujeaste ante mí, exasperada por la atención que otros no
quisieron darte. Oliste la desesperación que habitaba en este juego inmundo de
necesidades. Y yo, yo, me presté a ti, poseíste mis actos, deslizándote tan
adentro que apretabas y ahogabas. Disfrutabas al saber qué poder se te había
entregado. Fiel siervo, perro enamorado de lo que solo podré decir que tocó miseria.
Y es que te amé, nada más verte, lo hice. Qué iluso, pueril e insostenible
tener que creer que después de tanto tiempo se dibujaría ante mí un borroso
trazo, etérea apariencia en la que me anclé, a ella, a los dos. Arrastrándome
al creer que lo habíamos logrado. Triste mezquindad. Pero erraste, no debiste
traicionar el amor, el nuestro, podía, sí, lo hice, permitir tus juegos sucios,
pero era solo por la cobardía de creer que sino pecaba me abandonarías, pero tu
insano egoísmo erigió otros escenarios en los que no quisiste hacerme partícipe,
no iba, no podía permitir que jugaras con otros como lo hacías conmigo, todo eso
nos pertenecía, era nuestro vínculo, lo único de lo que me proveíste y me negué
a soltarlo. Poco importaron tus suplicas, justificaciones, la verdad es que en
ese momento te vi pequeña, me diste pena, repulsión, por el contrario, yo, quedé
liberado, por una vez sentí cual era mi dictamen, el renacimiento del
conocimiento. He de agradecértelo, sí, gracias a ti sé cuál es mi camino. Tú
siempre serás la primera, la mejor, me reconociste en el momento exacto en el
que todo empezó, lo comprendiste, el despertar de tu obra, la mía, y entonces
sonreíste.
Mi querida Irene, me quedo maravillada Ante la pulcritud de este relato, manifiesto reivindicativo, donde se puede apreciar una paleta de Emociones primarias que no deja posibilidad a un pensamiento nostálgico.
ResponderEliminarChapeau 🥰
Mil besitos con cariño y feliz día ❤️
Muy feliz y agradecida por tus palabras, mi querida Auro.
EliminarComo me alegra que así lo hayas percibido, me siento muy honrada, siempre me dejas comentarios realmente bonitos.
Un beso enorme.
Ufff, tremendo soliloquio Irene. Se ve que has disfrutado escribiendo y eso solo suele ocurrir cuando uno escribe para uno mismo. Y luego además lo has compartido con esa sonrisa final que cada vez eleva más alto el listón que ha puesto David. Cuando supe del reto tuve la intuición de que los mejores relatos no tenían porque ser de humor, aunque he leído alguno también muy bueno. Felicitaciones artista.
ResponderEliminarUn beso grande.
Si que lo he disfrutado, Miguel, y mucho. Demasiado, :) ¿Se ha notado un poquito, verdad? Je, je, je
EliminarDavid nos pone retos cada vez más variados y complicados. En estructura este que nos ha propuesto puede parecer sencillo, pero todo lo contrario, lograr encauzar esa sonrisa final con tan pocas palabras, que tenga algún sentido y argumento ha sido para mí, complicadísimo. Espero de verdad haberlo conseguido.
Muchísimas gracias por tus palabras.
Besos.
Una relación tóxica, como se les dice ahora, donde hay un dominado, en este caso él, que llega un momento en que se asquea de los manejos de ella y, afortunadamente para él, puede verla tal como es y alejarse.
ResponderEliminarMe encantó la descripción de las emociones, de ese mundo interno, intrincado y diezmado por la soledad.
¡Muy bueno, Irene, me alegro que hayas participado!
Un abrazo.
Como me alegra, Mirella, en este caso como bien dices el protagonista no puede seguir tolerando esta relación, aunque la intención era mostrar que él ya era consciente de ello, del horror, y que lo justificaba con el amor que creía sentir. Aunque, también he pretendido que en este final se mostrara un hombre perturbado que se autodescubre al impartir dolor, en este caso a ella, sintiendo que tiene un nuevo cometido, por eso lo de: Tú siempre serás la primera. Como queriendo decir que no la última.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras.
Un beso.
Hola Irene.
ResponderEliminarPues como siempre me ha encantado. Atrapa desde la primera frase. Te deseo muchísima suerte en el concurso.
Muy feliz día y enhorabuena por el relato.
Qué bien, Gemma. No sabes como me alientan siempre tus palabras, te las agradezco muchísimo.
EliminarEspero que algún día te animes a participar.
Un beso.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarIrene, se me escapo, sin decir nada. Un buen micro muy intimista donde la relación se escapa para hacer daño en el alma. Un abrazo.
EliminarNo te preocupes, Mamen. A veces cuando cometo faltas de ortografía y me doy cuenta, me dan ganas de eliminar el mensaje.
EliminarUna relación insana en la que he intentado crear otra perspectiva futura todavía más monstruosa. Muchísimas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Hermoso micro, Irene. Muchos sentimientos, buenos y no tan buenos, se mezclan en él. Y esa sonrisa final que hiela la sangre porque tiene algo de maligna ironía.
ResponderEliminarUn beso.
Esa sonrisa como bien dices, no tiene nada de bueno, todo lo contrario es el inicio o por lo menos he intentado mostrarlo así, de algo todavía mucho peor que esa relación autodestructiva.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, Rosa.
Un beso.
Enociones y sentimientos a flor de piel. Gran relato, Irene.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Marta, muy agradecida.
EliminarBesos.
¡Hola Irene! Hacía muchísimo tiempo que no volvía a tu casa y me doy cuenta de lo ausente que he estado, jeje. Me encanta tu relato, es intenso, un estadio de emociones que baila ante los ojos del lector y hierve. Chapeau. ¡Un fuerte abrazo! ; )
ResponderEliminarEs verdad, Ramón, lo bueno es que ya estamos ambos de regreso y ahora solo queda aprovecharlo, escribir y disfrutar al leernos, eso es lo bueno, qué digo bueno, maravilloso.
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
Un relato duro por cuanto subyace debajo de sufrimiento, humillación, pérdida de autoestima e identidad. Un ser sometido de ese modo, incluso creyendo que lo está por propia elección y que solo forma de la dinámica de pareja, es una tragedia.
ResponderEliminarMe ha encantado la forma en que nos has hecho partícipes de las emociones exacerbadas del prota y, sobre todo, el cambio de roles al que estamos acostumbrados. Percibo un cambio drástico en la forma de actuar de él tras esa sonrisa, quizás para pasar a una condición mucho más oscura...
Muy bueno, Irene.
¡Un besito!
Ay, Julia qué bien que lo hayas percibido, porque sí, era justo eso lo que quería transmitir con este relato, esa variación y modo de actuar del protagonista que devendrá en una forma totalmente opuesta a lo que hasta la fecha ha sido. El inicio de algo oscuro, dramático y terrorífico.
EliminarComo te lo agradezco, mucho, muchísimo. Mil gracias.
Muchos besitos.
Buenas noches Irene, me alegra volver a leerte.
ResponderEliminarHas escogido esta vez una voz nada fácil de llevar, un “yo” que le habla constantemente a un “tú” y que conlleva una tremenda carga psicológica.
Es íntimo, personal,(no tiene por qué ser verídico), y es, sobre todo, acuciante. Hay dolor implícito y reproches. Y hay, finalmente, liberación.
Me gusta tu versatilidad, y como te mueves en los diferentes palos.
Un cariñoso abrazo, Irene.
Muchísimas gracias, Tara. Con este escrito he intentado que con la repetición del yo, tú, nosotros, mostrar a una persona trastornada, con problemas, por una parte al inicio lo justifica con el amor y más tarde con el rencor u odio que siente, hasta que al final se despierta algo dentro de él que le hace comprender insanamente su cometido. El inicio de su obra con la perspectiva de un espeluznante futuro.
EliminarBesos.
El final me ha dejado helada Irene, muy buen relato.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchísimas gracias por tu comentario, Conchi, y por decirme tus sensaciones.
EliminarUn fuerte abrazo.
Ha sido como imaginarte escribiendo una carta, querida Irene. Una de liberación. El amor a veces se disfraza de miedo y este, tiene muchas caras oscuras por la que no deja filtrar la luz. Por suerte, él, comprendió a tiempo quizás, de cometer una locura. Supo ver lo que se escondía tras la relación y lo que en un principio había sido comprimido, se abrió al conocimiento.
ResponderEliminarHas descrito a la perfección, sentimientos atrapados, ahogados por un amor que no era el deseado, esos que ciegan pero que también acaban por ver la obra de la verdad. Y la sonrisa se manifiesta.
¡Muy bueno!
Besos, preciosa.
Mil gracias por mostrar tu percepción, preciosa Mila, me doy cuenta que con este relato se han creado diversas opiniones y formas de entenderlo, hace unos días Rosa Berros, lo comentó en una de sus entradas, justo eso, cada uno percibe de una forma u otra una lectura y puede ser totalmente opuesta a otros.
EliminarAsí que después de leerte me doy cuenta de que aunque en este caso no es la idea que tenía cuando lo escribía, me alegra que genere estas diferencias, mucho, la verdad. Lo que he intentado escribir o describir es a un hombre perturbado. Qué es lo que le ha llevado allí y siendo esto una de las razones por las que se le ha despertado algo en su interior todavía peor ya que cree haber encontrado su cometido, uno temible.
Muchos besos.
Las gracias a ti, querida Irene. Por mostrarme una vez más, tu talento para describir situaciones, emociones, perfiles tan internos, todo tan bellamente trenzado.
EliminarMás besos, y feliz semana, preciosa.
Hola, un relato introspectivo y de entendimiento, muy interesante la visión del protagonista con respecto a su relación. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Mery, muy agradecida por tu comentario.
EliminarUn gran abrazo.
Qué quieres que te diga,... terrible,... tan terrible como si fuese al contrario. Las relaciones tóxicas lo son en ambos sentidos.
ResponderEliminarMe ha encantado!
Estoy totalmente de acuerdo contigo, Norte, sobre las relaciones tóxicas o cualquier tipo de maltrato, no debería existir. Es cruel e inhumano que quien representa que te quiere, sea capaz de hacerte más daño.
EliminarMuchísimas gracias por tu comentario.
Un fuerte abrazo.
essa sonrisa final me ha parecido un tanto mefistofélica, preveo que la víctima sea quien sea no va a quedar libre tan fácilmente de las insanas influencias de ese ser o cosa que la retiene o posee.
ResponderEliminarBesos
Pues te ha parecido como es, Javier, y no sabes como me alegra saber que he logrado transmitírtelo. Aquí la historia no termina, la intención al escribirlo era dejar un final que muestre una continuidad. Muchísimas gracias.
EliminarUn beso enorme.
Ay,ay,ay, cuánto de esto hay por el mundo!
ResponderEliminarEs un monólogo interior con todas sus idas y vueltas, con el regusto por el rencor, con el dolor. Muy Bueno.
Un saludo
Muchas gracias, Juana. El rencor, dolor, solo puede llevar a actuaciones todavía más terribles. Muy agradecida por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Has construido un intrincado monólogo interior con el "yo" y el "tu", donde los sentimientos y emociones afloran con toda espontaneidad tras la toma de conciencia al reconocer la propia debilidad y dependencia amorosa en la que fatalmente ha caído preso.
ResponderEliminarPor supuesto has abordado un tema desgraciadamente muy frecuente en la vida cotidiana, el maltrato psicológico que ha sufrido un hombre a manos de una mujer, algo de lo que estamos menos acostumbrados, ya que no acostumbra a formar parte del foco de la actualidad.
Me ha gustado mucho el lenguaje que has utilizado buceando en la mente del protagonista, para hacernos partícipes de su desesperación y la malvada posesión de ese "tu" que sonríe al final.
Un abrazo muy grande, querida Irene.
Muchas gracias, Estrella. Era ese el propósito, con la repetición crear una realidad del personaje perturbada, así que me alegra enormemente que lo hayas percibido.
EliminarAsí es, no acostumbra a estar en el foco de actualidad, pero existe.
No era esa la intención del relato, era otra muy diferente, como he comentado en otros comentarios, quería crear un contexto de un personaje perturbado en el que termina por despertar en él un algo insano del que cree su verdadero cometido. Algo siniestro envuelto en el drama de la situación.
Gracias de nuevo, muchos besos.
Hola quimera, ay niña, que mira que me gusta leerte, releerte. No se cuántas, pero al menos tres lecturas he hecho. Y yo, que quieres que te diga. No veo ni pareja, ni problema existenciales tales, esos del día a día. Leo una historia con otro argumento con un fondo diferente, que va más allá. Me imagino ese ser divino y su obra: la creación del ser humano. Al hilo de tus palabras, la atención la pongo en la desesperación de ese ser y todas las necesidades que se ha creado él mismo que ahora le afectan y le ahogan. Se le fue entregado un poder y siendo un fiel siervo tocó más miseria si cabe. Ahora es un borroso trazo de la etérea apariencia "de su imagen y semejanza" ha traicionado el amor de ese creador con sus juegos sucios, su egoísmo. Y esa frase del dictamen: "el renacimiento del conocimiento" para seguir apreciando la obra del creador, él mismo, intentando que no pierda su fe en su obra, en él, su perfección, de ahí la obra inacabada. Guau, no se si es así, pero compañera, como he disfrutado interpretando esa sonrisa final. Un abrazo, gracias por estar, por ser.
ResponderEliminarMadre mía, Eme. Qué feliz me hace que me digas que lo has leído tantas veces, mucho, muchísimo. ¿Cómo agradecértelo? No es así, ojalá que mi imaginación hubiera viajado tanto como la tuya y que este relato se hubiera fraguado con todas estas ideas. La que ha disfrutado de tu comentario, de la interpretación que te ha sobrevenido al leerlo, te lo aseguro que he sido yo, hasta has hecho que me adentrada y lo viera del todo posible, :)
EliminarMil gracias, preciosa.
Besos.
Me gustan mucho los relatos narrados en segunda persona, y si además están tan bien escritos pues un plus de goce. Leo una liberación de la propia autora (que puede o no querer liberarse de algo) plasmada en la del personaje, y eso es porque has sabido poner las palabras adecuadas para conseguirlo. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como me alegra lo que me dices, Pepe. No, no tiene nada que ver, ya lo habrás visto en la respuesta que he dado en otros comentarios, pero cada una de vuestras percepciones, la verdad es que han enriquecido el texto, muchísimo. Muy, pero que muy agradecida. ¡Gracias!
EliminarUn fuerte abrazo.
felicitaciones tu entrada todo un logro
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Recomenzar.
EliminarUn abrazo.
¡Guau! Felicidades por este relato que te ha quedado tan bien logrado. Ya no solo es admirable la parte argumental, sino que la narrativa es muy buena. Me ha gustado mucho :)
ResponderEliminarMuy agradecida, Ulises, tu comentario para mí es súper gratificante. Mil gracias.
EliminarUn fuerte abrazo.
Es espeluznante cómo el psicópata se justifica a sí mismo y busca explicación a su proceder. Que además sonría ya pone los pelos de punta.
ResponderEliminarUn besote.
Me alegra que así lo hayas visto, Paloma. Creo que este relato ha creado bastante ambigüedad, así que con tu comentario veo que has tenido la percepción que quería transmitir. La sonrisa final es la de ella.
EliminarMuchísimas gracias, :)
Un beso enorme.
Hola Irene, leí y capté la idea con ese final. Cuando alguien te lleva a hacer cosas que según crees son malas pero que las disfrutas y te justificas para seguir haciendolas, y luego ya no necesitas justificar tu proceder, te descubres tal cual y decides darle riendas sueltas a ese nueva personalidad, que eres, ya sin máscaras.
ResponderEliminarUn relato cargado de emociones encontradas y resentimiento, pero un resentimiento que al final se agradece, porque abre las puertas a una libertad desenfrenada y se descubre el gusto por hacer lo mal hecho y hacer sufrir.
!Uf! jovencita, que me has dejado de una pieza, como dice mi hermana. Cuidado si fue así que surgió Dexter, sanguinario como el que más, ja, ja, me encantaba ver esa serie...
Tambien me hiciste recordar la famosa película Thelma y Louise, porque gracias al percance Thelma descubre lo bien que le va el papel de delincuente, y de mojigata, pasó a ser una gran aventurera y a violentar las leyes, y si que se lo gozó, ja, ja. Me encanta esa peli.
Muy bueno Irene, felicidades por este micro.
Como me alegra que lo hayas captado, Harolina, el argumento e idea del relato, y es que es justo así como lo has explicado en tu comentario, te estoy muy, pero que muy agradecida. Es un personaje perturbado y macabro, que empieza a reconocerse y da la posibilidad a un algo peor.
EliminarNo conozco a Dexter, pero la buscaré, ;)
Un beso enorme, y mil gracias de nuevo.
Un excelente uso de la segunda persona, Irene. Y lo es puesto que "hablándole" a ella, lo que en realidad está haciendo es convenciéndose él mismo de sus actos. Desde luego, sonreír no tiene por qué ceñirse solo a emociones sanas, sino que también puede ser el resultado de algo más tóxico aunque satisfactorio para según qué mentes.
ResponderEliminarUn monólogo rotundo, en el que te has metido en la piel de este personaje, hasta el punto de que casi creo que te poseyó en la escritura. Un fuerte abrazo, Irene!!
Ay, David, espero que no me poseyera, qué miedo, je, je, je (vaya, pues sí que me ha salido una risa inquietante) ;) Te agradezco muchísimo tus palabras y que así lo hayas sentido.
EliminarUn fuerte abrazo.
Uno personaje lleno de emociones perturbadoras, y que lleva la relacion a ser tóxica. Pero al final, él sabe poner coto a esa circunstancia. Muy bien descrita la ambientación, me encanto!
ResponderEliminarUn saludo
Muchísimas gracias por tus palabras, Yessykan, muy agradecida, sobre todo porque te encantara.
EliminarUn beso.
Hola Irene, he tenido que leer varias veces el texto y sigo sin sabe si lo he captado la historia que querías transmitir. En mi caso la lectura era de esas que inquietan, que no sabes ante qué estás pero que esas justificaciones duelen. Te ha quedado un texto que da un cierto escalofrío por ese personaje y esas dudas que lleva implícitas.
ResponderEliminarBesos
Hola, Conxita.
EliminarGracias por leerlo varias veces, para así intentar comprenderlo mejor, me he dado cuenta que este relato ha creado ambigüedad y distintas visiones. Si has sentido eso, creo que tus percepciones son justo las que quería transmitir en este relato.
Muy agradecida por tus palabras.
Un beso.
Hola, una relación toxica que ahoga. Un momento único, el que gracias a algo, echo o palabra, se abren los ojos hacia esa toxicidad, que no te aporta nada, aunque tu lo aportes todo, y decides que ya no aguantas más. Genial. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Mari Carmen, muy agradecida porque me digas tu parecer, como he comentado en otros comentarios, con este despertar el personaje se reconoce, entiende su camino, y he intentado crear una ambientación de que a partir de ahí, todo lo que tenga que suceder podría ser peor.
EliminarUn abrazo.
No todos tenemos la suerte de tener relaciones (de cualquier tipo) totalmente sanas, y dudo mucho que nadie quiera vivir con sufrimiento. Por lo que veo, en mi caso como mujer es que solo por el hecho de serlo una ya de por sí no da pie a tolerar depende qué situaciones, y menos con la palabra ‘quejarse’, como al que le han subido el recibo de la luz. El maltrato va ligado a muchos otros factores, y este no solo se trata de un género. Hay muchos hombres que por vergüenza o miedo del qué dirán no se muestran, pero están ahí. Autoestima dañada, pérdida de identidad, el poder que poco a poco va adquiriendo el villano les genera una dependencia total, dando las riendas de su vida social, laboral y hace que la víctima crea o conciba que es la única salida, (no añadamos que tengan hijos y también dependan económicamente). Por lo que sinceramente creo que si queremos eliminar esta lacra deberíamos intentar poner medios de concienciación y sobre todo educación donde se eliminen roles arcaicos que pudieran recibirse y por lo tanto por error fomentarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Irene,
ResponderEliminarMe parece un acierto la elección del personaje narrador en segunda persona homodiegético. Esto que es arriesgado, en un relato de poca extensión viene muy bien. El lector no se llega a cansar de la "chapa" que va largando el personaje narrador, que además por sus características debe usar un lenguaje grandilocuente y en ocasiones engolado.
El resultado es un logro sin duda. El personaje narrador, pasa a ser un personaje inquietante y lejano, acorde con la historia que subyace y se mantiene en penumbra.
Gracias
Hola, Javier.
EliminarNo sabes como agradezco el comentario que me has dejado, y sobre todo la buena valoración que le cedes al relato. Muchísimas gracias a ti, :)
Un fuerte abrazo.
Hola Irene, aquí estoy releyendo tu relato, inquietante por momentos. Intento sacar de todo algo bueno y peco de inocente al creer que podía ser quizás un amor que solo había comenzado con mal pie cuando dice "Y es que te amé, nada más verte, lo hice." En seguida "qué iluso" me trajo a la realidad de que no acabaría como me pareció en ese instante.
ResponderEliminarSe me erizaba la piel al avanzar en la lectura, y lo que es peor (o mejor, según si se mira desde la calidad del relato) es el final, que tampoco es tal, es como bien dice su título una "obra inacabada".
Dos besos, me ha encantado.
Hola, Carla.
EliminarAgradecida que hayas decidido quedarte en el blog, espero que continuemos leyéndonos.
Ay, no, no es un relato con un final feliz, siento que estuvieras buscando ese desenlace, pero me alegra de verdad que te haya encantado aun no siéndolo.
Mil gracias por tus palabras.
Muchos besos.