¿Sabemos ser felices?
A rompe y rasga diría que no, que no sabemos serlo, que la realidad es que
somos almas solitarias con una tristeza sólida y vinculada al alma. De ahí
vendría esa búsqueda insaciable del reencuentro interior, de sabernos conocer.
¿Qué buscamos?
Yo personalmente siendo siempre muy crítica hacia mi persona, una debilidad
insana, que espero que en algún momento de mi vida aprenda la loción del
desprende, (me haría las cosas más fáciles). Sobretodo cuando no me encuentro y
juego al escondite con mi yo exterior y el otro el importante el interior, la
cuestión es que nos observamos con malicia para hacernos daño, un daño
consciente.
Así que busco, aprenderme.
¿Eso me daría la felicidad?
Seguro y no me quemo las manos, que solo por un lapso momentáneo de tiempo.
Lo que quiero decir, es que nos hemos acostumbrado a vivir en una gran nube
tóxica que radica los posibles buenos momentos. El ¿y si? es como una broma
pesada de nuestro destino, rompiendo con él las posibilidades en un, dos, tres y
cero.
¿Es infelicidad social?
Acaso estamos tan maltratados afectivamente, que ya no sabemos disfrutar de
la libertad de hacernos felices. Cómo serlo, sería una pregunta que deberíamos
estar obligados ha realizar, en periodos cortos de nuestro mundo consciente. Y
una respuesta propicia sería ¿qué nos emociona?
Eliminar de nuestro camino aquello que nos hace mal, aprendiendo a desengancharnos
de lo insano. Tarea difícil, pero necesaria para coexistir con uno mismo, y éste
mundo ‘insalubre’ que nos hace más daño del necesario.
En definitiva utopía o no, llegó el momento de sernos útiles, de amarnos
para saber amar, de sonreír para saber vivir. De alejarnos por un momento del
dolor arraigado, soñando como niños sin miedo a ser, sin miedo a sentir.
Regocijémonos en la libertad.
Muy buena reflexión. En ocasiones he pensado mucho en ello. Imagino que cuando eres completamente feliz, solo puedes esperar la decadencia. Lo bueno es la búsqueda de la felicidad, y el esfuerzo por lograrla. Como todas las cosas, creo que cuando las tienes ya no las aprecias, y si no aprecias la felicidad, no puedes disfrutarla, y por tanto ser feliz.
ResponderEliminarMoraleja: La felicidad está en la búsqueda, no en la posesión.
Muy buena moraleja Oscar, y es cierta por que aunque creamos alcanzarla siempre conseguimos enturbiarla o eliminar la emoción que nos provoca la felicidad, y quedarnos con el medio sentimiento. ¿Es una barrera protectora?, ¿nuestros miedos nos privan de ella?, ¿la conciencia por un triste desenlace?
EliminarPor eso el camino hacía ella debe ser la pauta.
No debemos estar preparados socialmente o emocionalmente a mantenernos en ese estado perenne de alegría. Y como bien dices si fuéramos 100% felices, ¿sabríamos distinguirlo?
Un fuerte abrazo, y como siempre muchas gracias por tu comentario.
Hola Irene
ResponderEliminarLa vida nos regala pequeños momentos de felicidad que los hacemos extensos a momentos digamos más normales tal vez para mitigar esos no tan buenos momentos .. bueno no se.. jjjja divago como siempre
pasa un lindo finde !!
Ay María no te preocupes yo desvarío mucho también, será bueno digo yo, jeje (en estos momentos estoy escribiendo con la canción de Elvis Presley de fondo preciosísima, ¡gracias!)
EliminarEsa búsqueda utópica de la felicidad, cuando el fin es que nunca la logramos hacer perdurar es como un castigo insano hacia nosotros.
¿Por qué razón? Es un problema que existe en esta sociedad que hemos creado o acaso el problema radica en nosotros como entes individuales.
Y con mi reflexión no vinculo el hecho de tomarnos y ver la vida de forma positiva eso ya lo doy por obligado, sino el resultado.
Besitos y feliz finde ^^