sábado, 17 de octubre de 2015

Maratón

Suelo correr mucho, no físicamente, ¡qué lástima! (las agujetas y yo somos enemigas acérrimas), me refiero a que cuando algo me gusta, de eso que merece la pena disfrutarlo soberanamente, corro y me empapo de todo lo que pueda y más.

¿Os pasa lo mismo? 
 
Más tarde pasado el tiempo, me doy cuenta que no es correcto, que no tenía que correr y hago un alto en el camino, pero uno de esos que no avanzas ni medio milímetro, no, no, tengo que recuperar el aire de mis pulmones. No sea que me ahogue y adiós historia.

Una vez quietecita observo y proceso y me doy cuenta que hice mal. Porque sí, últimamente estoy cometiendo pequeños fallos. Que no están bien y desmerecen al propósito. En ese momento me empapo de verdad de lo que valía la pena disfrutar, me regodeo en el gozo del disfrute y cuando ya estoy enterada, reanudo el camino. Pero esta vez sin prisa. Como en un viaje en locomotora, donde sentadito y quietecito observas todo el paisaje y bebes de él, y en este mundo de observación llegas directa al deleite real de los pasajes. 
 
¿Hemos olvidado admirar?

¿Apreciar?

¿Deleitar?

Creo que sí, que nuestros pasos se han vuelto maratonianos y con ello hemos relegado la simplicidad de lo correcto y yo desde hoy me digo que voy a ralentizarme. Eso no implica que no vaya a seguir, solo que necesito un poco más de tiempo. Que sino me pierdo en mi mundo claustrofóbico y eso si que asusta. 
 
Observo el paisaje lluvioso que me lleva a un ayer esfumado, apenas percibido por las necesidades de seguir sin ceremonia, sin dar existencia.
Entre el eco de las risas que permitimos que marchitaran.
Hoy aspiro a ver, a tocar, a ser. Prestar atención, como una niña que no conoce, y que en su empeño de alzarse adulta, olvidó lo que era merecedor de la ventura de sentirse viva.

Paseemos.


 

12 comentarios:

  1. Cuánta razón tienes, Irene!! Ir más deprisa para llegar antes o para llegar a más sitios no nos proporciona más placer, sino conocimiento superficial y poco aprenhendido. Hoy todos nos quejamos de la falta de tiempo, y eso nos ha creado el vicio de la superficialidad en todos los ámbitos.

    Yo voto por volver a pasear por los caminos para verlos y conocerlos, para beneficiarnos de todo lo que tienen que ofrecer. Voto por ese alto en el camino del que hablas, por respirar profundo y por reemprender la marcha de forma más reflexiva.

    Una entrada genial, me ha encantado!!

    Besitos de finde.

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    1. Muchas gracias Julia, :)
      Vivimos en una maratón continua, todo rápido y sin disfrute real. Es como que nos perdemos en miles de cosas.
      Al final solo tenemos esa mala sensación de pérdida y descontrol. Y yo necesito palpar, sentir, que sino luego me colapso.
      Hay que pasear más (de forma metafórica), vivir de verdad.

      Besos enormes!!!

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  2. Que verdad más grande Irene, nos pasamos la vida corriendo de aquí para allá y nos olvidamos de disfrutar, de víveres, de simplemente ser...Gran reflexión!!
    Besin ;)

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    1. Muchísimas gracias Virginia, ;)
      Siii la verdad que sí, pero hoy vamos a frenar de golpe y tomárnoslo todo con más calma, ¿verdad?
      Besitos!!!

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  3. A veces cogemos lo que nos gusta con tantas ganas, que no nos paramos a disfurtarlo, y cuando echamos la vista atrás nos damos cuenta de que no lo disfrutamos como lo merecía.
    Genial reflexión.
    Un besillo.

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    1. Muchísimas gracias María, :)
      Es verdad supongo que he pasado una semana sobrepasada y por eso mis letras, te doy la razón en todo lo que has dicho.
      Tenemos que tomárnoslo todo de otra manera, coger lo que nos gusta pero saborearlo para luego no tener esa sensación de pérdida.
      Besitos!!!

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  4. Magnífica entrada! Así es, mi niña, hay que avanzar pero disfrutando del camino ;)
    Un besote!!!

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    1. Gracias Flora, :)
      Aix... siempre estás cerquita, como te lo agradezco.
      Si seguir, pero con conciencia para no sobrepasarnos.
      Para disfrutar, besitos!

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  5. Muy cierto, en la carrera perdemos la esencia de todo lo q nos rodea, de lo q creemos q vivimos, pq no nos permitimos v i v i r el momento.
    Te sonrío con el Alma.

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    1. Gracias, :)
      Si tanto correr nos hace perdernos, y al final cuando llegamos a la meta nos damos cuenta que no hemos disfrutado del camino como se merecía.
      Besitos!!!

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  6. Bueno, Irene, esta entrada valida absolutamente lo que te comenté en la anterior. Coincido con vos, nos olvidamos de apreciar, admirar, deleitar y disfrutar de esta venturosa aventura de vivir a la que nos convidaron. Pero felizmente tenemos memoria vital y el eco de esas risas la pone en funcionamiento. Me encanta la propuesta final ¡adelante con ella! Un beso

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    1. Muchas gracias José Ángel, :)
      Corremos como si nos tuviéramos que comer el mundo, y al final el que nos absorbe es él, porque es necesario apreciar para recordar.
      Siendo obligado que disfrutemos del camino, y sino pues... ¡Ala que me quedo quieta! Y no hay nadie que sea capaz de moverme, ;)
      Besos!!!

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