domingo, 1 de noviembre de 2015

El arreglo

Nunca pensé que me volvería a ver en esta situación. Ese final que sobrevuela cerca de ti a la vez que ansías que finalmente no llegue, con la incertidumbre implacable y sus miedos.
 
Conocí a Jorge hace tres años, a los pocos meses de quedar viuda. Nunca he sabido estar sola, y no me avergüenza decirlo ni comportarme según mis necesidades, y en ese momento prevalecía lo segundo. Todo fue bastante rápido, me invitó a tomar un café le gusté, unas pocas citas, y a las pocas semanas ya conocía a mis hijos y nos instalábamos a vivir a su piso.
No había amor, él quería una familia y yo a alguien que cuidara de mí y de mis hijos.
Ahora las cosas han cambiado, en nuestro acuerdo se ha introducido una tercera persona, Raquel. Él no me lo ha dicho, pero esas cosas se saben, por mi parte tampoco le he exigido nada sobre el tema, creo que merece ser feliz, y si fuera de casa encuentra necesidades que yo no pueda cubrir, al final nos favorecemos los dos. Jorge ha sido un buen padre para mis hijos y yo en todo este tiempo no he carecido de nada.
Pero ahora ha empezado a nombrar a Raquel a todas horas y por lo que lo conozco sé que pronto tomará una decisión sobre lo nuestro.
Se lo conté a Pilar, mi mejor amiga desde la infancia. Lo único que me dijo fue que ya me avisó en su momento, que debía buscar un trabajo y empezar a aprender a cuidar de mí y mis hijos sin necesidad de que otros lo hicieran, sé que es verdad. Pero en ese momento sentí como si me clavara un puñal en el corazón. Desde entonces no hemos vuelto a hablar y no creo que nos llamemos en un tiempo.
Lo estuve esperando en el saloncito de nuestra casa, a mis hijos se los llevó mi hermano todo el fin de semana. Para que así pasara, lo que pasara, no hubiera más dramas que el que viviéramos los dos. 
Al escuchar el sonido de las llaves, mi corazón se paralizó, el tiempo siempre llega y yo solo quería cerrar los ojos y escapar.
-          Hola Clara, ¿y los niños?
-          Con mi hermano, creo que ha llegado el momento de que hablemos.
-          Ah eso, supongo que sí. Mira intentaré ser lo más claro posible.
Yo respiré e intenté engullir la bola de ansiedad que llevaba días haciéndome sentir tanta intranquilidad y le dije - Adelante.
-          Sé que lo sabes desde hace meses, y que has hecho como si nada pasara, cuando llegaba tarde a casa o pasaba horas al teléfono. Para ser sinceros al principio me molestó…
-          Pero creí que no debía..
-          Clara deja que hable por favor, después podrás decir lo que quieras.
-          Vale, sigue.
-          Me molestó porque sé que nos conocimos en unas circunstancias en las que cualquiera que te hubiera dado lo mismo que yo, las hubieras aceptado. Pero me gustaste en aquel café, quise ver más que intereses y pensé que llegaría el día que me verías más que al hombre que te proporcionaba bienestar, pero no fue así ¿verdad?
-          Jorge yo creía que todo entre nosotros estaba claro, nunca me dijiste si requerías más de lo que ya te daba.
-          Pues sí lo necesité y entonces apareció ella, Raquel. Se interesó por mí como hombre, a primeras entré en ese juego por necesidad y egoísmo, esperando que llegaría el día que te despertarías y lucharías por mí, pero no fue así y ahora ya no hay marcha atrás.
-          Pero nos va muy bien, yo cuido de ti. Nunca te falta de nada, no me dejes por favor y, ¡los niños! ¿Qué les diré?
-          La verdad Clara, que nunca me quisiste y yo no pude seguir queriéndonos por los dos.
Y se fue no dijo nada más ni a donde, aunque yo sabía que era con ella. Y volví a perder, y todo porque no lo amé.
 


17 comentarios:

  1. Qué duro ese sentimiento que queda..pero tan real y cercano...a veces nos gritan en silencio para que relacionemos, pero nos hacemos aún más sordos.me encantó Irene. ¡Besitos!

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    1. Muchísimas gracias Hada, :)
      Si que es verdad que a veces estamos tan ciegos por nuestras propias necesidades, que el egoísmo nos hace olvidar a las otras partes. Hasta que perdemos y ya no hay vuelta atrás.
      Aunque en esta historia el amor nunca estuvo presente.
      Muchos besos!

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  2. ¡Qué triste! Me has dejado tristona.
    Muy bueno.
    Un besillo.

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    1. No María, ¡nada de tristeza!
      Me alegra que aún dejándote ese mal sentimiento, te haya gustado.
      Besitos!

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  3. Muy bueno Irene. Muy humano, real. Me encantó tu narrativa clara y sin dramatismos. Bellísimo.
    Besos, preciosa.

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    1. Eva la verdad que no quería expresar dramas con el relato, solo que se leyera y se sintiera en él los diferentes sentimientos.
      Me encanta tu comentario y que te hayas quedado un ratito para dejarlo, muchísimas gracias!!!
      Besos, :)

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  4. Querida amiga Irene, llegado de regreso vengo por aquí para ponerme al día con tus escritos, como creo haberte dicho vos sos una de las personas de google + que se me han hecho de lectura imprescindible. Verdaderamente disfruto al leerte y me maravilla tu capacidad para recorrer los distintos tonos de la paleta de la sensibilidad que exhibis en cada entrada. Este relato es una perfecta instantánea de la vida, sin retoques, ni artificios. Pura trasmisión de sentimientos. ¡Un beso!

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    1. Muchísimas gracias por tus bellas palabras José Ángel, :)
      Aix.. tus comentarios si que rozan una sensibilidad que hace que vuele y no quiera bajar.
      Me alegro de corazón que hayas vuelto, ya sabes que yo admiro a tus letras por igual, ;)
      Besos.

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  5. Una historia para pensar en esas relaciones en las que hombre y mujer se unen por interés, al final no salen bien para ninguna de las partes y en este caso tampoco para los hijos de Clara.

    Una tercera persona siempre es ejemplo de que la relación no funciona por amor. Has calcado con claridad una situación frecuente en nuestros días y que da para pensar.

    Un fuerte abrazo Irene.

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    1. Muchas gracias Mila, si el interés siempre termina mal.
      En este caso él por fin logró lo que quería que era el amor y ella al final perdió lo que nunca fue suyo.

      El egoísmo nunca tiene buen fin, ;)

      Muchos besitos!!!!

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  6. Uff, me gusta más cuando las cosas acaban en "y fueron felices y comieron perdices", jeje Eso no quita que es maravilloso tu relato. ;)
    Un abrazo, guapa. :)

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    1. Ay Soledad a mi también, (sino véase que unas de mis prefepelis es Encantada) jijiji (no lo digas shhh) ;)
      Pero en esta historia no, el egoísmo ligado a una necesidad sin amor... siempre tiene mal final.
      Muchas gracias guapi, :)
      Besitos!!!

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    2. ¿Encantada?jejeje es bonita pero mucho canturreo para mi gusto jeje shhh no se lo digo a nadie. :P

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  7. Pues yo no le veo un final tan triste... lo veo como un nuevo comienzo. Aunque duro y doloroso es una nueva oportunidad para aprender a vivir sin necesitar a una pareja o para encontrar a una a la que realmente ame.
    Muy buen relato, crudo y real como la vida misma.
    Besitos!!!

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    1. Muchas gracias Flora, :)
      Si que se puede ver como una oportunidad a no estar con otros por necesidad, pero creo que la del relato su vida se ha basado en eso y no creo que ahora le de por cambiar.
      Lo que si, es que sin amor todo termina.
      Besos!!!

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  8. Un relato muy bueno en su forma y muy duro en su fondo, Irene. Una vez más la incomunicación en la pareja conduce al desastroso final.

    Me ha encantado la frase en que él dice que no ha podido querer por los dos, resume muy bien el problema. Espero que ahora sí ella entienda que no se puede confundir conveniencia con amor...

    Me ha encantado y me ha dado que pensar. Ultimamente estás que te sales!! :D

    Besillos de madrugada.

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    1. Muchas gracias Julia, :)
      Si la comunicación es la pauta siempre unida con amor, ¿por qué sin él qué razón nos une?
      La necesidad siempre es mala, y es peor si el enfoque es egoísta. Pero cada uno vive su vida bajo sus perspectivas...

      Ay como ahora estoy con el yo lo valgo, me quedo con el que te sales y salto de auténtica alegría, jajaja

      Besitos!!!

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