…no respires chico, esto solo acaba de empezar. No temas, no lo hagas. Si los demonios lo perciben te acogerán en un abrazo cargado de hambre y necesidad. No respires chico. No lo hagas…
∞
Conocer el futuro es desesperanzador, más cuando la aspiración a otra vida queda exigida por la desilusión de las elecciones de terceros, es entonces cuando solo puede subsistir la apatía y un vago intento por no corresponderlas. Nadie sería capaz de decir que este barrio tenía opciones o miras de futuro, la prosperidad quedaba limitada en un ahora difuso y consternado. Quien nacía allí lo sabía, sentencia de los menos afortunados. Nuestros chicos ansiaban salir, escapar de esa trama borrosa que no les aguardaba intenciones, solo amargura. Pero como en un camino predestinado y sin variables, llegado el punto se envolvían en la revuelta de la ingratitud y la fuerza del desengaño, quedando ceñidos por la desventura de un destino anunciado entre miseria y dolor. Compañías que en otro tiempo hubieran simplemente despreciado, terminaban siendo manos derechas. Favores que se realizaban sin preguntar qué o a quién se los debían. Pero, quién podría negarse a comprenderlos, quién siquiera tendría el valor a sentenciarlos por ello.
Solo les quedaba el presente, un hoy que se diluía lentamente sin derecho al mañana.
∞
―¿Qué pasa,
tío? ―Le preguntó Jim.
―Nada,
nada. Bueno sí, pero no quiero hablar. No, no quiero. Es que ya sabes cómo van
estas cosas y ahora mismo no me apetece. ¿Vale? Así que deja de mirarme con esa
cara de seta. ―Levantándose y sentándose del banco, se pasaba
incontrolablemente las manos por el pelo.
―Eh,
tranquilo. Tranquilo. Relájate, quieres.
―Que me
relaje, ja, ja, ja ―riéndose violentamente, lo encaró― ¿Te crees mejor que
nadie, eh? Es eso, ¿verdad? El bueno de Jim, quién coño te crees. Vales lo
mismo que todos nosotros. Nada. Y te lo voy a demostrar. ―Se abalanzó sobre él,
por suerte la reacción de Jim fue rápida y del empujón Malcom terminó en el
suelo.
―¡Pero qué
te pasa! ¡Estás loco!
―Sí, loco.
Eso es lo que soy un puto loco. No lo sabías, todo el mundo lo dice, mi madre,
los profesores. ¡Todos! Un loco, eso soy.
―¡Basta!
―gritó Tessa― Por favor, que estúpidos sois. A ver Malcom, ya sabes cómo es Jim
y su maldita necesidad de caridad, personalmente también me irrita, pero oye;
lo acepto. Así que basta. Y tú, buen samaritano, ayuda a levantarse a Malcom para
que nos explique la razón de esta explosión, no tengo todo el día para perderlo
con dos niñatos. ―El carácter fuerte de
la chica siempre calmaba lo que las buenas palabras no conseguían.
―Yo…, yo lo
siento Jim. Es que mi padre acaba de salir de la cárcel. Ya sabéis que continuamente
le digo a mi madre que no lo necesitamos, que nos va bien sin él, pero insiste
en que somos una familia y tenemos que aceptarnos. Que no lo abandonará, pero
él…, no nos quiere, solo nos usa. A parte está lo que me ha dicho, que bueno;
da igual.
―No, di;
qué te ha dicho.
―Es sobre Brandon,
está rondando por la zona, buscando chicos para sus trapicheos y ha ido
preguntado por nosotros. Se lo ha dicho a mi padre y esta va y me dice que ya
va siendo hora que haga algo con mi vida, que deje de ser un inútil. Que soy un
afortunado de que alguien como Brandon ande buscándome. ¡Afortunado! Lo peor de
todo es que me lo dice él, que se ha pasado toda la vida entrando y saliendo de
la cárcel. No quiero terminar como él. ¿No lo entendéis? Llevo su sangre. Antes
muerto.
Guardaron
silencio y se miraron, en esa pausa se reconocían, sabían cuanta verdad había
en cada palabra y qué futuro les depararía, las elección que tomaran serían las
últimas, nadie haría nada por ellos, porque esa lucha siempre estuvo
perdida. La primera en hablar fue Tessa.
―Tengo algo
ahorrado. No es mucho, pero la noche del bingo la vieja Gina siempre me da
propina extra por cuidarle los nietos y que su hija no se entere. Si vosotros…,
si tenéis algo podríamos juntarlo e irnos lejos de aquí. Empezar de cero. Yo
tampoco quiero terminar como mi madre, conformándome con cualquier tipejo,
estos…, estos siempre tengo que ir con cuidado con ellos, y no quiero…
―¿Te ha
hecho algo? ―Le cortó Jim.
―No, pero
este cabrón no es como los otros, y me da miedo que un día no pueda
impedírselo.
Eso no
calmó a Jim, tampoco a Malcom. Tessa nunca se mostraba frágil, por lo que manifestar
esa vulnerabilidad hacía visible la existencia de un miedo real.
―Podríamos
irnos lejos ―insistió ella― de aquí solo confío en vosotros. Sois mi verdadera
familia, ¿qué me decís? No me importa terminar en la calle siempre que estemos
juntos.
Sellaron
sus manos y en un pacto silencioso aceptaron irse al día siguiente, cogerían lo
poco que tenían y huirían, a cualquier lugar donde lo que les deparara la vida estuviera
lejos de toda esa porquería que se andaba erigiendo en su escaso mañana. Quién
dicta como somos, quién tiene el mando de las decisiones, cuánto poder contiene
el donde o es realmente más fuerte la fe en un mismo. Quizás esa noche fue la
última que durmieron profundamente, con una sonrisa sanadora en los labios, con
la esperanza y creencia que podían alejarse de todo ese mal construido por
otros. Pero a veces por más que los sueños se exhiban cercanos, por más que la
mera ilusión se palpe, el mal se viste cercano, abraza con una fuerza
desmesurada y desmenuzada toda aspiración a cualquier posibilidad.
∞
…no respires chico, esto solo acaba
de empezar. No temas, no lo hagas. Si los demonios lo perciben te acogerán en
un abrazo cargado de hambre y necesidad. No respires chico. No lo hagas…
∞
―Tessa…
―Jim, ¿qué
haces aquí? Habíamos quedado por la tarde. No irás a decirme que te rajas, a
ver chico, sé que crees que si te quedas al cuidado de tu madre ella mejorará,
pero ambos sabemos que no es cierto, que… ¿qué sucede, Jim? ¿Dónde está Malcom?
―Su madre…,
ella, ha venido a casa. Se han llevado preso a su padre.
―¿Y te
extraña? Ya sabes como es ese cabrón seguro que ayer le dio a la bebida y la
lio en el bar. ―Al ver el mutismo de su amigo se dio cuenta o percibió lo que
estaba pasando.― ¡No! No, no puede ser. ¿Dónde está Malcom? Dímelo, dónde está.
―Llorando amargamente se abrazó a Jim― Por favor, no puede ser, no, me niego.
Él no, teníamos una oportunidad. Íbamos a irnos de este maldito lugar a empezar
de cero. ¿Por qué?
―Su padre,
ayer le dijo que había hablado con Brandon y que a partir de hoy empezaría a
trabajar en la calle 14, Malcom lo ignoró, pero ya sabes como es, como
reacciona; reaccionaba. ¡Dios! No puedo…
―Sigue Jim…,
por favor, necesito saberlo.
―Se empezó
a poner nervioso y acabo riéndose de él, diciéndole que no iría, que mañana ya no
estaría aquí. Que por una vez en su vida tendría que ser otro el que se
ensuciara las manos. Tessa…, le explicó todos nuestros planes y Harrison se lo
tomó de la peor manera, lo apaleo hasta matarlo, su madre intentó separarlos,
pero no pudo hacer nada. Nada.
Ambos
lloraron, por su amigo, por ellos, era como si la oportunidad ansiada se
alejara, como si no existiera nada más que esa única verdad. No había futuro, no
para ellos, no había nada. Solo esa inseguridad acomplejada de miseria y lucha.
∞
Presente
esquivo que se sacia de almas nobles que no encuentran la luz, solo oscuridad
teñida de resentimiento. La vida a veces cruel se baña del dolor, del miedo de
quien no le corresponde con la misma moneda. Quien no acepte la oportunidad de
resurgir se quedará preso en su presente. En el sufrimiento del pasado. Y como
en una sinuosa pausa el tiempo pasó esquivo y delgado en un manto de amargura. Jim
y Tessa dejaron de verse, en un intento de adaptación evitaban el corrosivo
recuerdo, no sabían que decirse, tampoco como comportarse. El núcleo formado
desde niños quedó roto y por mucho que quisieron estaba totalmente desquebrajado.
A Jim le salió una oportunidad, trabajar en el centro de la ciudad de peón en
una pequeña empresa de obras, el salario no era muy bueno, pero su tío le dijo
que si se esforzaba el capataz a la larga le daría la posibilidad de hacer
horas extras. Sin despedirse se fue. Tessa por el contrario siguió cuidando de
los nietos de Gina, lo complementaba con sustituciones en el supermercado o
haciendo todo tipo de trabajos que le surgían, pero su escalada no existiría. Aunque
seguía teniendo claro que ella nunca sería el reflejo de su madre. Así que
cuando ahorrara lo suficiente se iría lejos de ese vertedero.
Un año no
es tiempo suficiente para desvanecer todo el pasado o siquiera para crear un
futuro, pero en la corriente de la vida donde el peso que uno ha sobrevenido
contiene una dilatación constante, sin lugar a dudas da para empezar y construir
un mundo repleto de posibilidades. Ese fue el tiempo del que dispusieron
nuestros amigos para reencontrarse.
―¡Jim! Dios
mío, sí. ¿Qué haces aquí? Creía que estabas en la cuidad. —Lo saludó risueña.
―Bueno, sí,
es que el casero de mi madre me ha llamado, dice que hace meses que no paga la
renta y he venido a ver qué hace con el dinero que le he estado enviado, pero todo
sigue igual, ni siquiera se ha alegrado solo se ha quejado de que le envío poco
y bueno…, ya sabes.
―Ay, mi
pobre chico. Siempre tan bueno, qué creías; aquí las personas no cambian, solo
mueren.
―Sabes, por
una vez podrías intentar ser menos cínica. Da igual, mira que también he venido
a por ti.
―¿A por mí?
¿Qué quieres decir con eso? Crees que necesito que me recojan como a un chucho,
no gracias. Sabes, espero que ahora que has salido de aquí no vayas a creerte
mejor que nadie, porque si quiero puedo tumbarte con un simple pestañeo. Así
que no me cabrees.
―No vas a
cambiar nunca. Mira, antes de que me ataques escúchame un momento. Cuando pasó
lo de Malcom nos olvidamos de lo más importante y es que somos familia. Y las
familias no se abandonan, no es que me vaya del todo bien, pero comida y techo
no me falta, y entre los dos, ayudándonos, saldríamos adelante. Ahora lo sé, sé
que podemos hacerlo, que nuestro sueño es posible siempre que lo hagamos juntos.
Él así lo hubiera querido, hagámoslo por él. Por nosotros. ¿Qué me dices?
No
contestó, se dio la vuelta y fue hacia su casa. En ese momento y siendo de las
pocas veces que Jim se desesperaba, gritó.
―¡Tessa! ¡Eres
una orgullosa! ¡Vuelve! ¡Qué poca educación!
Pero la
chica siguió ignorándolo, entró, cogió una raída mochila la cargo con lo
poco que tenía y salió. Con una sonrisa dijo.
―Muy bien,
buen samaritano; vámonos.
Quién
condicionará lo que podrán ser, lo que les deparará el futuro, nadie puede
saberlo. Seguramente una vez más irá sumado a los decisiones de otros, a los
contratiempos en los que el camino los impida avanzar, pero lo que sí está
claro es que este viaje por fin lo iniciaban ellos, así que solo quedará
esperar que sean capaces de romper con toda la incertidumbre que se les
presente.
∞
…respira chico…
Si habéis llegado hasta aquí: Mil gracias. Es un relato más largo de lo que suelo o solía colgar en el blog, así que como el tiempo es sagrado os lo agradezco de corazón.
ResponderEliminarQuizás esta sea una pretensión muy elevada por mi parte, y por eso dentro de mi se mueve una explosión de nervio que anda floreciendo por sus dudas y preguntas incompletas, por eso sin más; aquí lo dejo.
Espero que os guste.
¡Gracias! ;)
Buenas tardes Irene ¿Cuanto tiempo no?
ResponderEliminarLa eterna pregunta ¿Quién es el dueño de nuestro destino? Creo que la respuesta es: Nosotros mismos ¡sí! nosotros, a pesar de los condicionamientos exteriores y los miedos interiores a romper con los conformismos y la aceptación que se soslaya con la resignación.
Las reglas las pueden crear algunos, pero nosotros las podemos romper en un momento dado.
Un relato con sabor a country y reminiscencias de algunas películas en las que el, o los protagonistas se hayan atrapados en un ambiente claustrofóbico en un pueblo perdido donde todos vigilan a todos impidiendo que los más valientes emprendan el vuelo.
Algo de "Juan Salvador gaviota" también tiene.
Besos de bienvenida, aunque yo también me reincorporado recientemente.
¡Hola, Francisco!
EliminarSííí, mucho tiempo, pero ya lo hemos solucionado, :)
Ya he buscado Juan Salvador Gaviota de Richard Bach, me la apunto.
Muchísimas gracias por tus palabras.
Besos, y feliz vuelta.
No creo en el libre albedrío, sí, tenemos opciones, pero hay circunstancias externas que nos condicionan y a veces solo se puede elegir lo menos malo.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato y me gustó que los chicos no se rindieron al sueño de irse, que tampoco es garantía de que van a salir indemnes y todo va a ser maravilloso, pero dejan de cargar con el lastre de un ambiente perjudicial que quiere arrastrarlos.
No me llegó la notificación, así que me puse nuevamente de seguidora.
Un abrazote, Irene.
¡Hola, Mirella!
EliminarOpino lo mismo, de algún modo estamos condicionados por nuestro entorno, pero también creo que existe la posibilidad de variar una parte de ese camino prediseñado, el coste de esa variación ya será otra cosa.
Muchísimas gracias por tu comentario.
Un beso enorme.
Comenzaré por aplaudir la elección de un narrador en tercera persona y además omnisciente, observándolo todo y conociendo mejor que nadie la forma de ser y comportarse sus protagonistas. Lo digo porque este tipo de narrador nos ayuda muchísimo a los lectores a imaginarnos la personalidad de los individuos que intervienen, así como a reflexionar acerca del contenido, digamos que hay más objetividad.
ResponderEliminarDicho esto, también me ha gustado ese nexo introductor que va enlazando partes o tiempos del relato, es decir esa curiosa frase reiterativa: «...no respires chico, eso ...», que por fin cambia y de la oscuridad, pasa al color: «...respira chico».
Algo si tengo comprobado por experiencia propia, lo que nos sucede no es por casualidad, sino porque nosotros atraemos esas consecuencias debido a nuestras opciones o elecciones en la vida. De modo que esa especie de fatalidad que les persigue a los protagonistas, es la consecuencia de sus propias elecciones. También reconozco, que no es nada fácil elegir y más cuando lo que se nos presenta es malo o menos malo, de ahí que se produzcan esos «callejones sin salida». En fin, les deseo a ambos: Jim y Tessa un futuro MUCHO menos malo, que el que han sufrido.
Por supuesto, querida Irene, me ha encantado tu relato más largo de lo normal y no pienso que sea una pretensión excesiva o fuera de lugar, por tu parte.
Un beso enorme y que disfrutes del fin de semana.
Ay, Estrella. Qué comentario, no puedo decir nada, solo mostrar mi agradecimiento por tu lectura e interpretación. Me ha maravillado. Mil gracias, me quedo feliz y súper entusiasmada. Como le he comentado a Mirella, creo que parte o gran parte de nuestras elecciones ya están sistematizadas, pero que con esfuerzo y lucha el cambio es posible. ¿Qué nos queda si no es así? Eso sería muy injusto para los que no han tenido unas posibilidades más favorables. Solo que ahí entrarían muchos otros factores.
EliminarUn montón de besos.
¡Hola!
ResponderEliminarPues me ha encantado tu relato largo, he tenido qu eleerlo hoy porque ayer me faltaba el tiempo pero lo importante es qu ehe podido leerlo.
Yo creo que nosotros somos los dueños de nuestro destino pero sí que hay muchos factores que pueden condicionarlo, muchos de ellos ajenos a nosotros.
Has hecho un relato bonito, entretenido, y de calidad. El final me ha encantado.
Muy feliz día.
¡Hola, Gemma!
EliminarNo te disculpes, soy la primera en los que hay días que no puedo conectarme para leeros y como ves os estoy contestando varios días más tarde, así que no tienes que preocuparte por nada. Te agradezco mil que lo hayas hecho, y mucho más tu comentario, :)
Un beso.
¡Hola, Irene! No hay relatos largos, sino relatos que se hacen largos. Y desde luego este se lee en un suspiro. Has sabido retratar a los personajes a base de diálogos, y eso me encanta. Con ellos, hemos conocido las situaciones de marginalidad de los personajes: maltrato, alcoholismo, delincuencia, abusos sexuales...
ResponderEliminarUna historia dura que podría perfectamente enmarcarse en el género negro. Me ha recordado, sobre todo en la parte que los personajes toman la voz del relato, a mi gran referente en esto de la escritura: Jim Thompson.
Como te comentó Estrella has utilizado con mucho sentido ese narrador omnisciente, es como la voz de un Dios observador viendo como sus creaciones juegan a la vida. En la actualidad, no se usa demasiado esa figura por dar demasiado mascada la historia al lector. En este caso, lo veo muy adecuado dado que tiene esa función de llevarnos a reflexionar sobre el libre albedrío y la fatalidad.
Excelente relato, Irene. Un fuerte abrazo!!
¡Hola, David!
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, sabes eso de que uno se quita una espinita enorme de encima, pues así me siento, :) Te lo agradezco, empiezo a sentirme mucho más cómoda con mis escritos, ¿qué tontería, verdad? Pero así es, con el tiempo siento que esta complejidad se va difuminando y transformando en un algo posible. Gracias de nuevo.
Sobre Jim Thompson, me lo recomendaste hace bastante tiempo, solo que no recuerdo en qué entrada. Tengo que hacer un pedido en breve, esta vez no se me escapa.
Un fuerte abrazo.
Me has tenido enganchado de principio a fin, a la espera del desenlace final ante tanta incertidumbre. Por muchos planes que uno haga en esta vida, un revés inesperado puede dar al traste con todo. Has hecho un fiel retrato de la triste existencia de unos jóvenes de familias desestructuradas que presentan graves problemas de subsistencia, tanto económica como personal y moral. Por fortuna, y ojalá todos los casos reales terminaran del mismo modo, el empeño por salir a flote y renacer de las cenizas les abre a esos dos chicos supervivientes la puerta a una nueva vida.
ResponderEliminarUn abrazo, Irene.
¡Hola, Josep Maria!
EliminarOjalá, tú lo has dicho, quizás el relato tenga una mirada optimista después de tanta desventura, pero es que se necesita esperanza para continuar. ¿No crees? La fuerza y conciencia real del entorno que los rodea es lo que desde el principio mueve a estos chicos a querer, necesitar salir de ahí. Como me alegra haberte tenido enganchado, un montón. Muchas, pero muchísimas gracias.
Un beso.
Estupendo relato Irene.
ResponderEliminarLejos de parecerme largo creo que elementos literarios de tal calibre deben ser tomados como un regalo para tus lectores. El texto podría ser perfectamente la semilla de una novela. Respecto al fondo del relato creo que los individuos, como en biología, estamos sometidos al factor ambiental para nuestro desarrollo. Las estadísticas en sociología así lo atestiguan. Esto no quiere decir, en mi opinión, que no podamos cambiar el futuro desde cualquiera que sea nuestra posición social.
Por cierto, la ambientación tan cinematográfica me ha encantado. La fotografía de portada es un acierto.
Un beso y buen final de semana.
¡Hola, Miguel!
EliminarOpino lo mismo, aunque crea que nuestro camino en cierta manera esté encaminado, por entorno, el dónde o qué nos ha tocado vivir y las condiciones, sí creo que se pueda variar, sino que sería de los que son como en estos casos menos afortunados, otra cosa sería la dificultad que pueda suponer cada cambio y la lucha para que este mismo suceda.
Mil gracias por tus palabras, me encanta que así lo hayas visualizado, es todo un honor, :)
Un beso.
Que si nos gusta?? Me ha encantado, mi niña, ha sido como leer un fragmente de un libro, un libro muy bueno donde la realidad se palpa en cada renglón. Personajes muy creíbles con unas vidas llenas de sueños y frustraciones.
ResponderEliminarTe felicito, Irene. Podías ampliarlo y hacer una bonita novela, ahí lo dejo ;)
Mil besitos con todo mi cariño y muy feliz noche ♥
Ay, Auro. Te confieso, bueno, creo que ya lo he dicho un montón de veces, que antes de colgar nada mi primera lectora es mi hermana, supongo que es el primer empujón que necesito antes del despegue, así que tus palabras, vuestras, son un verdadero aliento.
EliminarMil gracias de corazón.
Un montón de besos.
Es muy tentador pensar que nuestro destino depende de nuestras elecciones. Es hasta cierto, en algunos casos. Está claro que mi destino hubiera sido distinto si hubiera elegido otra carrera, otra pareja, no tener un hijo. Sí todo eso está en la mano de uno, pero hay otras cosas que marcan destinos que se salen de nuestra voluntad. Los personajes de tu historia están muy marcados. Malcolm no tuvo opción; Jim y Tessa eligen, pero habría que seguir sus pasos para ver a dónde les conduce su elección. A veces nuestro destino lo eligen por nosotros mucho antes de nacer. Hay una película que debe de ser una bobada y que nuca he visto, pero cuyo título he repetido un montón de veces: "Nacido y ya coronado" y es que hay gente que nace en tales circunstancias que escapar de ellas les cuesta un verdadero esfuerzo del que no todos seríamos capaces. Como profesora he visto algunos alumnos cuyas circunstancias ya me los mostraban como carne de presidio.
ResponderEliminarLargo, pero no he pestañeado mientras lo leía.
Un beso.
¡Hola, Rosa!
EliminarEs verdad, seguramente y ya exponiéndome, si en mi caso las circunstancias hubieran sido diferentes hubiera acabado estudiado otra cosa, en cambio acepté o me adapté, pero al final la continuación en parte también nos incumbe, sea en ese momento o en un futuro. Hay muchas personas que estudian o trabajan durante años en algo, y luego, a bote pronto deciden romper con todo y empezar de cero; (valientes, por cierto) eso comprendo que sería la elección que rasga con el destino impuesto.
Muchísimas gracias por tus palabras.
Un beso enorme.
Hola, Irene. Durísima historia fantásticamente contada. Muy bien construidos los personajes y ese ambiente de marginalidad que recorre el relato. Me ha encantado.
ResponderEliminarGracias, Marta. Agradezco muchísimo tu comentario.
EliminarBesos.
Irene que buen relato nos regalas, profundo en su contenido y muy dolorosa esa realidad de tantos como ellos, sumidos en la miseria y el sufrimiento.
ResponderEliminarLa juventud lucha incansablemente por no parecerse a sus padres, no quieren imposiciones ni herencias sumisas o adictivas, quieren expresarse con libertad, pero lamentablemente es una libertad ilusoria, pues incomprensiblemente casi siempre terminan pareciendose demasiado a ellos, ya sean unos perdedores o ganadores.
Irene se refleja en tus lineas que estas atravesando por un proceso dificil de cambios, de entendimiento y aceptación, no lo reprimas, es la antesala del vuelo de libertad querida.
Mas alla de los personajes, de las tragedias y ese deseo de dejarlo todo, se percibe ese otro deseo de que las cosas fueran de otra manera para no tener que cambiar de escenario, que duele aceptar realidades y que duele más aún, no poder hacer nada para cambiar el panorama.
Un gusto leerte querida. Que disfrutes el otoño.
¡Hola, Harolina!
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras y sobre todo por tu cariño. Como le comenté a David, cada vez me siento más cómoda con mis escritos, eres muy sensible al darte cuenta de ello.
El placer es mío de recibir tan bonito comentario, mil gracias.
Un beso enorme.
Muchas veces el camino está condicionado por el entorno pero, con más o menos esfuerzo, siempre se puede salir de esa ruta y elegir otra vía.
ResponderEliminarHas descrito un ambiente deprimido, con unos personajes abocados a la miseria pero con un hilo de esperanza al final que ha iluminado todo el oscurantismo de la historia.
Buen texto, Irene. Has regresado con muchas fuerzas.
Un beso.
¡Hola, Paloma!
EliminarOpino igual, los cambios son difíciles, pero sí creo en la existencia de las variantes.
Muchísimas gracias por tus palabras.
un beso.
Muy bueno tu cuento.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario, Alexander.
EliminarSaludos.
Hola Irene un relato atrevido, en el que pones a tus personajes al límite. ¿Hasta dónde el entorno y hasta dónde la persona? ¿Se puede salir? Algunos como Malcom no lo lo consiguen pero aún y así hay esperanza en tu historia, la esperanza en poder salir de ese mundo, se trata de no desfallecer, de no dejarse llevar por lo fácil.
ResponderEliminarY ciertamente hay personas que lo tienen muy difícil para poder salir pero lo consiguen.
Un beso de vuelta
Hola, Conxita.
EliminarMe encanta tu visión, así que te agradezco muchísimo tus palabras. Y me quedo con lo último que dices: lo consiguen.
Un beso, y feliz vuelta! :)