‘‘ANTES DE ABRIR LA PUERTA…’’ mi madre siempre se santiguaba, apenas lograba comprender la razón de su comportamiento. Pero en casa todos le teníamos un respeto reverencial, así que para no perturbar sus reacciones en las que se excusaba la frialdad y la molestia de tener que convivir con otros seres humanos, intentábamos no molestarla. Para un niño de siete años que busca el afecto de su progenitora, eso se convertía en silencios y juegos mentales que consistían en un orden predestinado a la incertidumbre. Pero el hecho de que cada día entrara en aquella habitación con un ritual establecido, hacía que la curiosidad fuera más fuerte que cualquier intento de buen comportamiento. Aprovechaba cuando hacía los recados para merodear por la zona sin ser visto, ni tampoco condenado. Lo más extraño es que jamás escuché ruidos, tampoco conseguí ver ningún movimiento de luz que delatara alguna presencia. Y el niño que crea mundos sigilosos y juega con ellos, se fue olvidando de todo aquello con la apatía de un período que nunca logra encontrar final.
∞
―Maite,
cariño. Hablemos.
―No.
―Han pasado
tres años, es el momento de que dejes de entrar en la habitación del niño, de
que nos comportemos como si siguiera con nosotros, deberíamos poder hablar de
él. De llorarle y...
―No, por
favor. ¡Cállate! Él sigue aquí, lo noto. No quiero que te escuche, no puede
dejarnos.
―Pero…,
está bien.
∞
Con la
fortificación inquebrantable que proporciona el dolor, nuestro hogar, de nuevo,
se sumió en una imperecedera oscuridad.
Ni el mismo Poe... Te felicito por este micro tan intenso, me ha mantenido pegada a cada renglón y el final es sorprendente.
ResponderEliminarMuy bueno, Preciosa mía.
Mil besitos con cariño y feliz noche ❤️
Mil gracias preciosa, Auro.
EliminarMe alegra saber que te has mantenido pegadita al escrito.
Un montón de besos y feliz fin de semana.
¡Hola, Irene! Jo, ¡tremendo! Una historia que mezcla suspense, terror y una profunda pena. Desde luego que has sabido usar esa puerta tanto como puente de paso a lo oculto como la obertura a nuestros recuerdos.
ResponderEliminarYa sabes que adoro los diálogos, y el que incluyes en este micro es de esos que se te pegan a la espalda. Pura emoción.
Un fuerte abrazo!!!
¡Hola, David!
EliminarEs gracias a esta puerta que abre un laberinto de posibilidades. Gracias y muchas, por tus palabras y por tu comprensión. Me hace realmente feliz.
Un fortísimo abrazo.
Estupendo microrrelato Irene. Me gusta la división que has realizado en tres partes. Todas profundas y con un halo emotivo que traspasa la pantalla. Desde luego es uno de los textos que hacen brillar con luz propia el reto propuesto por David. Besos artista.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Miguel.
EliminarLa verdad es que ahora que David no nos escucha, (lee) el reto se las trae, ;)
Un beso enorme.
Una historia demoledora donde late el dolor y la desesperación más profunda.
ResponderEliminarBuen microrrelato desarrollado en tres tiempos, construido como un drama y utilizando el subgénero de terror y suspense.
Como todo micro bien escrito contiene un final contundente y bien narrado.
Un beso enorme y feliz fin de semana!!!
Agradecida por tu comentario y por como lo has desarrollado, querida Estrella. ¡Mil gracias!
EliminarMuchos besos y feliz fin de semana.
Caramba, no me imaginaba ese desenlace. Ante el drama de una muerte no aceptada no se pueden evitar comportamientos obsesivos.
ResponderEliminarEl paso de la narración en primera persona, en forma de monólogo introductorio para crear así un ambiente de espectación, al diálogo esclarecedor, me ha parecido un muy buen recurso literario.
Un abrazo.
Muchas gracias, Josep Maria.
EliminarDe verdad que agradezco tu comentario.
Un beso.
¡Muy bueno, Irene! Compaginaste bien la trama, primero desde la mirada del hermanito y después el tremendo diálogo entre los padres que dilucida, en parte, el misterio de la puerta cerrada. Porque ¿habrá quedado el fantasma del niño preso en esa habitación?
ResponderEliminarEl final pone una lápida sobre la atmósfera lúgubre de la casa.
Un gran abrazo.
Hola, Mirella.
EliminarPrimero de todo, muchas gracias; estoy entusiasmada por el enfoque que has tenido del micro. Pero, ¿y si el narrador en realidad es el niño? Y si el comportamiento de la madre está vinculado al desconocimiento del chiquillo. Él crea mundos silenciosos y no molesta, pero la madre lo percibe y en el diálogo con el padre se lo hace saber.
Un beso enorme.
Visitando, amei o seu blogue. Parabéns pela sua beleza estética.
ResponderEliminarAmei ler o tema.
Cumprimentos.
Muchas gracias por tus palabras, Nuno.
Eliminar¡Saludos! :)
Jo, Irene, me has puesto los pelos de punta con este relato tan terriblemente triste.
ResponderEliminarPrecioso y estremecedor a partes iguales. Enhorabuena.
Un beso.
Muchísimas gracias, Rosa.
EliminarMuy agradecida por tu comentario.
Un beso enorme.
Hola Irene. ¡Qué intensidad compañera! Has manejado bien los tiempos y tempos desde diversas perspectivas donde se impone, siempre, la tristeza.
ResponderEliminar¡Uf!
Muchísimas gracias por tus palabras, Isabel.
EliminarUn beso.
Que gusto leer tu micro Irene, tu participación dice que vienes por más, lo celebro y me ha gustado el relato, es lugubre, e intrigante, con poderosas emociones atrapadas en el dolor que no conoce de tiempos...
ResponderEliminarMe pregunto, en un caso así, se puede hablar de hogar o solo de vivienda habitada por una familia, que falta hace ese calor, ternura y comprensión que caracteriza al hogar. Tu relato es una muestra de hasta donde nos puede llevar el mal manejo de las emociones y la falta de aceptación de la realidad.
Excelente querida. Besos
Como te agradezco el comentario, Harolina.
EliminarVi la puerta, y me animé, :)
El mal manejo de las emociones o la falta de aceptación de estos, a la larga solo puede reportar dolor, como en el caso de ''los habitantes'' de esta casa. Por muy difícil que sea, hay que seguir hacia delante, es necesario para uno y su entorno.
Muchísimas gracias.
Un beso enorme.
Hola Irene, ay quimera como se te echaba de menos. Veo que te lanzaste al microrelato y un juego complejo de tiempos y diálogo en el que te has embarcado. Una apreciación: yo no hubiera creado esas separaciones, gana más intensidad cada tiempo en el conjunto del relato, "increcento". Un beso compañera
ResponderEliminar¡Hola, Eme!
EliminarGracias por la apreciación y el comentario, te la agradezco muchísimo. Y por favor, hazme más sugerencias o correcciones, :) Al ser una historia cortita, creo que con los segmentos se gana más intensidad al relato con las dos visiones de la historia.
Un beso enorme.
¡Hola Irene!
ResponderEliminarQué buen micro. Me gusta mucho esa tensión que has creado al principo con el monólogo de niño, uno espera un fina terrorífico o morboso, no sé, pero ese inmenso dolor que descurimos con el diálogo entre los padres es un final sorprendente. La frase final es muy buena.
Enhorabuena y muy feliz semana.
¡Hola, Gemma!
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, y por como has sentido el micro, te lo agradezco un montón.
Un beso, y feliz semana para ti también.
Has enfocado el relato desde la visión de dos perspectivas diferentes, la del niño más ingenua, que no es capaz de entender lo que ocurre, y ya en el último diálogo se nos revela la espeluznante verdad, excelente sorpresa final. Un saludo, Irene.
ResponderEliminarMuy agradecida por tus palabras, Jorge.
EliminarUn fuerte abrazo.
Un relato digno de las mejores páginas de suspense. Una puerta que se abre a otra dimensión, en la cual, puedo entender varios argumentos; uno es en el que el niño vive en un hogar donde el duelo es permanente a causa de dramas que no han sabido superar, en especial la mujer. El niño se mete en su mundo, solitario, de misterios que no comprende y se crea, su realidad particular, por ello quizás, la madre no quiere que crezca y lo hace invisible, tampoco quiere que escuche a los adultos. ¿Por qué? solo ella lo sabe dentro de su inconsciente y las emociones negativas que alberga.
ResponderEliminarSea cual sea la definición que le dotaste al micro, te felicito sinceramente. Es un placer leerte, Irene.
Muchos besos, preciosa.
Querida Mila, al leer tu comentario te aseguro que el placer es mío. Muchísimas gracias, no sabes como me alegra saber que dentro del micro puedas visualizar varios argumentos.
EliminarUn montón de besos, y feliz fin de semana.
Fantástico Irene,... me ha encantado, especialmente ese desenlace cotundente y clarificador,... como cuando enciendes la luz en una habitacón que estaba totalmente a oscuras.
ResponderEliminarMil gracias por tu comentario, Norte.
EliminarTe lo agradezco muchísimo.
Un fortísimo abrazo.