sábado, 5 de abril de 2025

Abril. Tiempo de cese

 

Si vinculo una canción a la primavera me vendría la de los Delinqüentes: La primavera trompetera ya llegó, ya me despido del abrigo… Como sabéis soy de pueblo, y la fiesta mayor o la llevas en la sangre o eres un ser desnaturalizado. El mal en persona. Hasta el más díscolo cae ante la desolación social, :)

La cuestión es que en mi caso esto va de la mano a los plazos, ¡malditos! A trabajar como un ser encadenado y sin aspiraciones, un renegado de una sociedad apocalíptica y corrupta, cómo me gusta exagerar o quizás no tanto. Lo que sí es verdad es que no podré estar tan presente y depende como vaya, simplemente no estaré, esta última semana ha empezado la bajada asistencial, ;) Y no es que no quiera: es imposible.

He aprendido, tarde, la terquedad es una de mis faltas, que debo tolerar, aunque no apruebe, que las situaciones van como van.

Así que si durante ese trance, llamado: gran parte de abril, estoy incomunicada, desterrada de ésta y vuestras casas, pensad que no es por goce, es por miseria, y que cuando llegue a la madriguera oficial, si os sirve de consuelo seré la de la pintura de Ramón Casas, una joven, no tan joven, decadente.



Ay, solo de pensar lo que me espera, me dan ganas de entonar: Protégeme señor con tu espíritu. ¡Bah! Lo dejo, mi humor es malísimo.

Si necesitáis cualquier cosilla podéis enviarme un correo o señales de humo, prometo tener el radar de infrarrojos activado, :)

Los que leéis mi Gaveta, he dejado una última entrada. 

Hasta entonces cuidaros, os añoraré muchísimo. 

Abrazos, y un montón de besos.