¡Oh que será de mí!, ¿Qué explicación daré?
Perdonadme, perdonad mis fallos.
Tengo miedo, pánico a que me acorralen y deba confesarme.
Perdonadme, perdonad mis fallos.
Me encontrarán y deberé pagar por ella.
Perdonadme, perdonad mis fallos.
Me castigarán y la perderé, sí, me la arrebatarán.
Perdonadme, perdonad mis fallos.
¿Qué haré entonces?
Perdonadme, perdonad mis fallos.
Nadie querrá de mí, viviré en el solitario destierro del silencio.
Perdonadme, perdonad mis fallos.
Soy humana, ¡imploro misericordia!, que alguna alma cándida
me proteja de mis faltas.
Perdonadme, perdonad mis fallos.
Doy fe que aprendí de ellas y no volveré a cometer actos tan
molestos.
Perdonadme, perdonad mis fallos.
Me rebelaré a mis pensamientos prohibiéndoles la salida.
Perdonadme, perdonad mis fallos.
Creí en la palabra, pero ahora soy consciente de que me
engañaba.
Perdonadme, perdonad mis fallos.
Nunca más cometeré la locura de creerme libre.
Perdonadme, perdonad mis fallos.
Más jamás volveré a pensaré por mí, desde hoy mi voz solo
debatirá lo que a otros les conforme.
Se me da muy bien, amiga. Muy bien!
ResponderEliminarAbrazo
Muchas gracias José, por ser siempre tan atento :)
EliminarUn abrazo.
Qué triste sería llegar a hacer y cumplir ese pacto, Irene! Todos tenemos derecho a equivocarnos, sea usando la voz o de otros modos, y creo que después de todo nuestros errores nos hacen más auténticos. Que nadie pueda arrebatarte nunca tu voz!!
ResponderEliminarUn escrito precioso, lleno de fuerza y sentimiento. Me ha gustado mucho :)
Un beso de viernes!!
Muchas gracias Julia, :)
EliminarSi sería un error que acalláramos nuestra voz por el gusto de otros. Perderíamos nuestra esencia y eso no es justo.
Pero a veces si que en cierta manera nos vemos sometidos al gusto de otros y es lo que quiero referenciar, la perdida momentánea de identidad. Que rápido, rápido debemos recuperar. ;)
Besitos y feliz fin de semana ^^