No podía evitarlo, por mucho que lo intentara al final
terminaba obsesionándose con la manera de no obsesionarse. Y la rueda seguía,
no existía fin.
Su casa impecable, todo en su sitio ni una mota de polvo, bien
desinfectada, cd’s clasificados por el alfabeto. La ropa, ay la ropa, debía
estar por tamaño y color y no permitía que nadie interfiriera en su orden. La
comida era escrupuloso, solo comía lo que él mismo cocinara, claro está que
usaba sus propios cubiertos. Todo en un orden meticuloso, como si de una casa
de catálogo se tratara.
Cuando salía de casa comprobaba que hubiera cerrado la
puerta contando mentalmente veintinueve veces, si se descontaba volvía a empezar.
Y miles de rutinas de las que se había acostumbrado como certeras.
Eso le había llevado a que nadie aguantara convivir con él. La
verdad que no le importaba, su causa era justa en su cerebro, aunque una
vocecilla interior le decía de vez en cuando que todo aquello no era normal,
pero no podía luchar con esa fuerza.
Pero estos últimos años todo había empeorado, su última
adquisición era gravemente voluble, le perjudicaba tener controladas a las
otras.
La odiaba, la odiaba con todas sus fuerzas, durante el día
no se mitigaba y durante la noche se reproducía mil veces en su cabeza sin
dejarle dormir. Sobretodo durante periodos estivales, donde por causas
incomprensibles para él había muchas.
Na, na, na, na, na.. una y otra vez sin fin, na, na, na, na, na…
No podía soportarlo más, tenía que erradicar el problema. Sonrío,
¡claro que sí!, como no lo había pensado antes. Cogió una aguja de punto de
cruz y zas se perforó los oídos.
Ya nunca más tendría que escuchar un hit del verano, na, na,
barbacoa, na, na, mayonesa, na, na, bombaaaaaa.
Buenisimo, me ha encantado.
ResponderEliminarLa verdad es que me he visto un poco reflejado...Jajaja.
Un abrazo.
Muchas gracias Oscar, :)
EliminarEs mi manera de despedir al verano, jajaja.
Un abrazo.
jejeje.. que bueno !!
ResponderEliminarun besote
jijiji, gracias María :)
EliminarBesitos.
Los tristemente célebres TOC tan desconocidos como frecuentes. Bien narrado, aunque he advertido un error: has puesto "celebro" en vez de cerebro. Saludos,compañera.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por darte cuenta del error y avisarme por ello, :)
EliminarUn abrazo compañero.
Se me da muy bien, amiga. De gusto.
ResponderEliminarAbrazos
Muchísimas gracias José, :)
EliminarUn abrazo.
Ay señor, que brutalidad. Y es que más de una vez nos han dado a más de uno hacer lo mismo. Porque hay temas que son mejores dejarlos en el olvido, y los cantamos hasta la saciedad. Un abrazo.
ResponderEliminarUn poquito bruto si que me ha salido.
EliminarPero efectivo, jijiji
Es que hay canciones que terminarán formando parte de nuestra genética. :)
Muchas gracias María, besitos.
No no no, me estaba imaginando al personaje tipo "Monk" el detective aquel que tenía una serie de televisión, y acabas con la mayonesa, que perforó los tímpanos de vete a saber cuántas personas como yo jaja. Bueno, un buen microrrelato con un final bruto, esperemos que no se perfore los oídos 29 veces jaja.
ResponderEliminar¡Un saludo!
No no no, me estaba imaginando al personaje tipo "Monk" el detective aquel que tenía una serie de televisión, y acabas con la mayonesa, que perforó los tímpanos de vete a saber cuántas personas como yo jaja. Bueno, un buen microrrelato con un final bruto, esperemos que no se perfore los oídos 29 veces jaja.
ResponderEliminar¡Un saludo!
Mayonesaaaaa (si es que a mi mente viaja hasta la coreografía) nooo! jajajaja
EliminarMuchas gracias por pasar y comentar, :)
Un abrazo.