Si hay algo que es realmente fácil en esta vida es estar
cabreado, mosqueado, enfadado, molesto, irritado, y miles de sinónimos que se
le asemejan o lo agravan.
De eso no existe ninguna duda, el día a día se encarga de
robarnos sonrisas. ¡Qué desfachatez! ¡Qué injusticia! ¡No hay derecho a eso! Y
como no, ya nos hemos vuelto a molestar, indignar, agraviar...
Empiezas tu mañana corriendo porque te has dormido, tomando
un aguado café soluble porque no hay tiempo ni a degustar una simple magdalena.
Corres a por el coche porque el trabajo lo tienes a casi a una hora de casa.
Aguantas con una sonrisa estoica a todo clase de sujeto que ve tu cara como un
asalto de ring. Comes delante del ordenador porque no puedes pasarte cuatro
horas diarias viajando, el momento tántrico de desconexión es tan mínimo que
cuando vuelves a poner la cara esta vez esta insonorizada y la sonrisa diremos
que se quedo en una mueca extraña. Hora de partir corre, corre, otra vez hacía
el coche, una hora de camino y plaf.. te unificas con el ansiado sofá ese que
nos proporciona tantas alegrías, (lunes a viernes resumido, muy, muy extra
resumido).
Pues bien a lo que iba, como no vamos a estar enfadados si
vivimos en la miseria de la tristeza perenne, si la sociedad casi nos obliga a
ser infelices, su dictamen de lo correcto es una vida sombría y nostálgica de
un mañana sin aspiraciones.
Pero el problema no es ese, u hoy
no lo creo ni quiero verlo. La verdad es que la ultimísima palabra en el día a
día le corresponde a uno. Si no te gusta algo y tienes la posibilidad, (vuela
pajarito, vuela) El problema es como reaccionemos hacia el desagrado, para y
con los demás. ¿Tiene que pagar otro mi mal día? ¿Eso me hará bien? ¿Me sentiré
realizada?
¡NO!
Lo que si es que me crecerá un ego maléfico con orejas de
roedor gigante y me hará dueña de la desventura de creerme inquebrantable,
cuando en realidad seré si ya eso es eso posible más miserable en mi desdicha.
Todos tenemos problemas, todos, todos.
Todos tenemos un horribilis día, todos, todos.
Todos tenemos de vez en cuando ganas de bordear, todos,
todos.
Pero cuando te reciben con una sonrisa, con una palabra
afable, ¿No os dan ganas de volar? Ay por favor, si es que hay personas que me
emocionan solo con su toque.
Debemos renovar el trato personal, el aprecio da alas, da
una sensación de bienestar que te quita de cualquier mal momento. Te da ganas
de más, de crecer, de seguir.
Sonreíd, :)
Amiga, esta entrada es un soplo de aire sonriente. ¡Gracias!
ResponderEliminarMuchísimas gracias José Ángel, :)
EliminarEs que las sonrisas sanan, debemos exigírnoslas jeje
Un abrazo.
Estoy totalmente de acuerdo con tu reflexión Irene, hay que sonreír más, ser más positivos e intentar que los malos rollos no nos fastidien el día a día!!
ResponderEliminarBesin ;)
Muchas gracias Virginia, :)
EliminarSi lo fácil es dejarse llevar por los malos momentos y corresponder con ellos a los demás.
Es totalmente erróneo y creo que al final debe provocar más malestar del que ya se tiene en si. Por eso el trato amable hacia los demás es necesario para seguir. Y que decir cuando te reciben con una sonrisa eso ya es maravilloso.
Besitos!!!
Irene has explicado a la perfección una realidad de la vida que vivimos últimamente diría, demasiado a menudo. Pienso que el estrés está haciendo mella en la mayoría de forma abrasiva.
ResponderEliminarMenos tristeza y más alegría, ir más despacio y ralentizar el tiempo haciendo aquellas cosas que de verdad nos importa y gusta. Valorar a las personas que nos merecen la pena y dejar de ir detrás de lo que no nos aporta valor humano ni espiritual.
Bueno amiga, has hecho una entrada que podía hacer debate en muchas aulas, me ha gustado mucho.
Besos.
Gracias de corazón Mila, :)
EliminarSi que merece que reflexionemos un poquito sobre el trato, ya lo he dicho en algunas ocasiones yo trabajo cara al público y a veces hay personas que bien merecen preguntarles, ¿Cuál es el verdadero problema? De verdad, siéntese, recapacite, respire y empiece de nuevo. No pasa nada, pero no siga así, no merece la pena.
Pero lo fácil es eso estar enfado, y hacer pagar a los demás tus problemas, frustraciones... y yo desde fuera veo que se desmerecen y que no podrán ser felices. El ego de creerse inquebrantable cuando en realidad te minoras por tus actos.
Bueno... corto ya, qué vaya rollo de respuesta te estoy dando, jajaja
Muchos besitos!!!
Porque la alegría de uno depende de uno y el secreto está en que nuestra felicidad reside en la felicidad con la que obsequiemos a los demás. Sonríe y, probablemente, el mundo te sonreirá.Un texto para reflexionar y sonreír.
ResponderEliminar¡Abrazo, Compañera de Palabras! ;)))
Gracias Edgar, :)
EliminarY qué gran verdad, viste al mundo en sonrisas y la luz te obsequiará con miles de ellas.
Trata a otros como tu querrías ser tratado y miles de manos te acogerán en su abrazo.
¡Abrazo enorme amigo de letras!
Pues claro que sí, es lo que queremos todos que nos hablen con agrado. Un besito guapa
ResponderEliminarGracias Mercedes, :)
EliminarA mi no me gusta que me traten mal, por eso entiendo que a otros les pasa lo mismo. Por ello no tolero los malos actos conscientes.
Sonriamos.
Besitos!!!
Me ha encantado tu post, Irene!! Justo hoy puse en la Comunidad algo acerca de la amabilidad en el día a día, que vendría a ser una vertiente de lo que tú expresas en tu texto.
ResponderEliminarTienes toda la razón, nuestra actitud y cómo encaremos los contratiempos cotidianos puede suponer la diferencia entre ser ogros o personas positivas con algo agradable que mostrar de nosotros mismos. No dejemos que la batalla del mal humor nos gane!!
Deberíamos tener a mano este post siempre, Irene, para que no se nos olvide tu reflexión.
Besitos de madrugada!!
Muchísimas gracias Julia, :)
EliminarYa te lo he dicho antes, hagamos una cosa... bueno yo lo hago (un día haré una entrada sobre esto) sonriamos en situaciones incómodas quizás se contagie, jajaja
Y se consiga quitar un poquito la sombra que envuelve el día a día.
Claro que nadie tiene una maravillosa vida, y claro está que hay personas que bien hasta se podría entender el enfado perenne que tienen dentro. Pero es que el corresponder a las personas con esa energía de verdad, que no, que no les ayuda.
Obsequiemos a los demás con lo queremos que se nos obsequien a nosotros. Porque la vida dentro de nuestra parcela individual se extiende a un mundo común, poblado de personas con sentimientos y emociones que bien merecen ser tratados y comprendidos de la misma manera.
Muchos besitos de mediodías!!!
Al leerte no dejaba de pensar en la fama de "mala follá" que en el resto de Andalucía se nos suele atribuir a los granadinos jaja. El carácter agrio que derrochan gran parte de mis paisanos/as hace que efectivamente, una sonrisa se agradezca tanto o más que un rayo de sol en una tormenta en alta mar, presagiando la posible calma. Una buena reflexión Irene :)
ResponderEliminarYo fui hace tres años a Granada y se me trató chapó eh, jejeje
EliminarPreciosa tu tierra José Carlos, :)
Muchas gracias, la verdad que si, las sonrisas tienen algo milagroso y es que te quitan peso de encima, sientan bien y se contagian.
Un abrazo.
Me encantaron las orejas de roedor gigantes.
ResponderEliminarGenial reflexión. Una sonrisa no cuesta tanto.
Te mando miles de ellas.
Un besillo.
jajaja gracias María, a veces no se necesitan disfraces para ver depende qué cosas, jajaja
EliminarYo te las devuelvo todas, que siempre me reglas muchísimas.
Besitos!!!
Me encantaron las orejas de roedor gigantes.
ResponderEliminarGenial reflexión. Una sonrisa no cuesta tanto.
Te mando miles de ellas.
Un besillo.
Se duplicó, :)
EliminarPues Irene, yo me he despertado tranquilita, con una sonrisota, tomándome un café de cafetera de las buenas y una mini magdalena, y ahora, ¡estoy cabreada!
ResponderEliminar¡Sí, por la gente tóxica que nos roba la alegria!. Pero, ahora que sé el truco... los mataré a todos con sonrisas, jeje ;) Un besito, guapa.
Muchas gracias Soledad!
Eliminar¡Qué suerte con lo de la magdalena! jajaja
Si, si mátalos a todos a base de sonrisas, jajaja!
Qué muerte más poco dolorosa, ¿verdad?
Muchos besitos!!!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQué bien lo dices, amiga. De buena filosofía de vida.
ResponderEliminarAbrazos
Muchísimas gracias José, :)
EliminarUn abrazo.