No importaba que hubiera gente esperándolo o que lo
engañaras quedando una hora antes, siempre terminaba siendo el último y tarde.
Estábamos cansados, así que urdimos un plan, un pequeño
escarmiento para que aprendiera. Pero se nos fue de las manos. Debe ser lo que
pasa cuando llevas tanto tiempo molesto por algo, que cuando por fin actúas, no
lo haces con consecuencia sino con el rencor que llevas tiempo guardándote.
Ahora este pequeño grupo de cuatro ha sufrido una baja, a consecuencia
hay un pacto no escrito por el que deberemos guardar un secreto, si esto se
revela podríamos sufrir las consecuencias.
Día 0
Sara tenía que entrar en su casa una vez él saliera para ir
a correr. Lo bueno de llevar siendo amigos después de tantos años es que
conocíamos a la perfección nuestras rutinas. La idea era alterarlo. Ella
llevaba unos meses trabajando de comercial de productos farmacéuticos y tenía acceso
a muestras gratuitas, esa semana se guardó una de un producto nuevo que
intentaba abrirse mercado, Motivaman. A las 7:06 ya estaba dentro del
apartamento, tenía que disolver las pastillas en los alimentos y bebidas que
encontrara. Su suerte fue mucha ya que nada más entró vio que Oscar se había
dejado el desayuno preparado en la barra americana. A las 7:19 salía sin problemas.
Pablo lo tenía más complicado, esperó en el aparcacoches
de su edificio que no hubiera nadie que pudiera delatarlo, era un edificio
antiguo por lo que no contaba de seguridad ni cámaras. A las 08:07 estaba entre
los muros de la plaza número 39, a las 9:02 salía de allí con el objetivo
cumplido, las cuatro ruedas del todoterreno pinchadas.
Mi parte del plan era la más fácil, aprovechando el grupo
del WhatsApp donde estábamos los cuatro debía enviar un mensaje diciéndoles que necesitaba verlos con urgencia, si podía ser para comer ese mismo día a la una, donde siempre. Casa Julio
era nuestro santuario desde la universidad.
A las 09:21 todos habían aceptado.
A las 10:35 debía volver a enviar un mensaje pero
esta vez privado. – Mira Oscar lo siento, sobretodo por decírtelo así, pero no
aguanto más. Una amiga de una amiga me ha dicho que ha visto a tu novia Elena
en varias ocasiones y con una actitud muy cariñosa con otro tipo. Ahora no puedo
hablar, por eso no te he llamado, en la comida te cuento detalles.
Nosotros habíamos quedado un poco antes a las 12:45
para comentar la broma y reírnos de como le habría ido el día al pobre Oscar.
A las 13:23 seguía sin aparecer, pero nosotros seguíamos riéndonos como
niños por la ingenioso del plan y que todo había ido sobre ruedas. Pedimos una
segunda ronda y con el toque del alcohol empezamos a quejarnos de que era imposible que Oscar cambiara.
Que siempre sería el último en llegar, aunque fuera a su propia fiesta. Ni con
ayuda externa de medicamentos, ni con noticias impactantes, ni nada. A las 13:40 empezamos a preocuparnos, le habíamos enviado varios
mensajes, llamadas y no sabíamos nada de él. Tal vez nos había descubierto y
estaba enfadado. Así que pagamos la cuenta y nos disponíamos a ir a su casa, cuando
a las 14:01 recibía una llamada de un número desconocido.
-
Hola buenas tardes, le llamo del hospital central, es
sobre el paciente Oscar García Requejo. Le llamo a usted porque los datos que
nos constan en su histórico son antiguos y el teléfono de contacto que sale es
inexistente. Revisando su teléfono móvil usted es la primera de su lista. Le
informo que el Sr. García ha fallecido, si pudiera informar de ello a sus
familiares más directos… para que…
De ese momento solo recuerdo que no hablé, que solo escuché lo que me decía aquella mujer. Por lo que explicaba había sufrido un ataque de corazón. Entrando por su propio pie a urgencias a las 09:45 con síntomas claros de un ataque, le hicieron las placas y en las primeras pruebas se le detectó una anomalía congénita, habían conseguido controlarlo pero mostraba muchos cuadros de ansiedad y nerviosismo. Hablaba de varios problemas que le habían surgido durante el día. Cuando parecía que estaba estable a las 10:50 sufría un último ataque. En la sangre le habían encontrado un medicamento que era totalmente perjudicial para el caso, finalmente no pudieron hacer nada por él.
Ah se me olvidaba soy Alba y este es nuestro día 0.
Como te he dicho al principio nadie debe saber lo que hemos hecho, así que yo
de ti guardaría el secreto.
el contenido es muy bueno
ResponderEliminarMuchas gracias Hernando, :)
EliminarShhh... tranquila que de esto no se entera nadie, jeje
ResponderEliminarBuen relato, Irene.
Hay que tener cuidado con las bromas...
Besitos!
Hay que ir con mucho cuidado sino mira... shhh
EliminarMuchas gracias Flora, :)
Besos!!!
Muy buen relato irene.............Si hay que tener cuídado.. Besitos...
ResponderEliminarSi Maríjose es que a veces se nos va de la manos... ;)
EliminarGracias y muchos besitos!!!
Vaya con la broma que le gastan los amig@s jaja, y lo mejor es que no parece que les vaya a fastidiar la vida si piensan guardar el secreto.
ResponderEliminarUn secreto que tod@s debemos guardar.. Que ya ves como las gastan! jajaja
EliminarGracias, :)
Un abrazo!
Por suerte soy maniática de la puntualidad jajajaaaaaaaaa
ResponderEliminargenial
besos
Mejor, mejor que nunca sabe uno con quien se rodea, jajaja
EliminarGracias María, :)
Besitos!!!
Qué buen relato, Irene!! Interesante de principio a fin :)
ResponderEliminarCreo que este grupo de amigos aprendió la lección por las malas y a un precio altísimo. La mala suerte y una serie de casualidades actuaron en su contra y, sobre todo, en contra de Oscar. Me ha encantado!!
Besitos de martes.
Muchísimas gracias Julia, ;)
EliminarSi el pobre pagó las consecuencias, por un pequeño escarmiento que se les descontroló a los 'amigos'. Si es que... no se puede hacer según que bromas... ;) Ahora ya nada será igual, shhh...
Besitos!!!
Buenísimo el relato Irene!! Todos guardaremos el secreto!! Jeje
ResponderEliminarBesin ;)
jajaja, si, si, mejor que esto no salga de aquí, :)
EliminarGracias Virginia.
Besitos!
Genial ;)
ResponderEliminarGracias Soledad, :)
EliminarMe resulta muy bien, amiga. Un gusto.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias José, me alegro que te guste, :)
EliminarUn abrazo.
A veces las lecciones de la vida se aprenden con dureza, y eso de una amiga de una amiga.... Buen relato Irene.
ResponderEliminarSi es que cuando escuchas una amiga de mi amiga, eso ya... deja al descubierto una realidad inexistente, :)
EliminarMuchas gracias Mila.
Besos.
Sólo puedo decir que se me aceleró el corazón.. debe ser porque ese tipo de bromas pesadas no son de mi agrado, considero que el tema de la puntualidad es la cosa más tonta por la que alguien se pueda molestar.. pues muchas circunstancias pueden ocurrir entre dos puntos distantes en el plano físico, pero desde que se inventó el tiempo todos quieren quedar a una hora precisa, cuando antes era distinto, todos quedaban era en el lugar, sin hora, sin tiempo.. sólo disfrutar del espacio...
ResponderEliminarBuen relato!! me hizo reflexionar, ahora llegaré tarde a todos lados aajajajaja saludos!!!
Suena un poquito mal decirlo pero.. me alegro que mi relato te haya acelerado el corazón, jijiji!
EliminarBueno yo no soy muy quejica con los impuntuales, pero hay algunos que.. quedas a una hora y te aparecen casi al final de la fiesta.
Buena reflexión ¡la revolución del tiempo! Besitos.