Hay
tantos tipos de persona como de clientes, así que he decidido que hoy voy a
hablaros de estos últimos. Siempre desde el cariño, pero en clave de humor y
con la exageración por delante, bueno, a veces la vida en sí es tan dramática
que no es necesario ponerle mucho aliciente. Pero recordad que esta entrada
está hecha con mucho afecto y para reírnos que en la época que vivimos buena
falta nos hace. Y sobre todo es para aquellos que trabajan cara al público,
todo mi apoyo; es para vosotros:
El
ansiosito
Este
suele ser un perfil muy peculiar así que lo mejor será representarlo:
<Suena
el teléfono> son las 8:59h
—Buenos
días, ¿dígame qué necesita?
—Soy___,
necesito que___ me llame. Es muy urgente, tengo que obtener repuesta hoy mismo.
—Muy
bien, no se preocupe en cuanto le pase nota a___, le llamará.
Te
dispones a colgar el teléfono mientras vas apuntando los datos de la llamada,
cuando…
<Vuelve
a sonar el teléfono> 30 segundos más tarde.
—Buenos
días, ¿dígame qué necesita?
—Soy___,
tengo que hablar con___.
—Disculpe,
¿usted no acaba de llamar hace un minuto? —La cortesía aunque a veces es
complicado retenerla nunca debe perderse.
—Sí, y
todavía no me ha llamado.
—Bueno,
si, lo sé; no se preocupe tengo que pasarle la nota. Hoy sin falta se le
proporcionará la información.
No te
da tiempo si quiera a mirar a la compañera para decirle, qué le pasa; que
vuelve a sonar el teléfono, como ya te hueles que será la misma persona antes
de cogerlo miras la centralita. Bingo, es ese número. Así que ya con un tono un
poquito más agrio porque no puedes pasarte todo el día jugando a ese juego te
diriges directamente a él.
—Disculpe
Sr.___, tiene que dejar un margen de tiempo para que avisemos a___, sino es
imposible que se le pueda comunicar su reclamo. Estése tranquilo, hoy mismo le
llamará.
—Pero
es que es muy urgente, tengo que hablar con___.
—Lo
sé, y lo hará; será precisamente___ quien le devuelva la llamada, no se
preocupe.
El don't worry be happy
Este
suele ser un perfil que pasa bastante de todo, la vida hoy por hoy o por lo
menos lo que viene a ser en el sector donde trabajo funciona a plazos, es decir
hay días del mes que existen obligaciones que si no se cumplen pueden generar
problemas, feos; horribles. Pues bien, este tipo de cliente está por encima del
bien y del mal, no suele gustarle mucho que lo aprietes o le requieras
documentación y si lo haces siempre te engaña con el —mañana mismo te lo envío—
que es sinónimo a —espera un par de semanas, pero recuerda: tienes que ir detrás de
mí e ir requiriéndomelo, necesito de esa atención— Una vez por fin te lo trae,
a último momento; porque no podía ser de otra manera su comportamiento inicial varia. Desconozco las
razones posteriores que lo impulsan a comportarse de ese modo, pero se transforma del
doctor Jekyll al señor Hyde, al cabo de un par de horas te está pidiendo el
resultado. Más bien lo exige. Allí es donde no sabes si reír o llorar, lo que si atesoras es la
ansiedad del primer perfil.
El
de la duda irrisoria
Este
tiene un poco de los dos anteriores por una parte durante toda la semana ha
pasado de ti, pero un viernes antes de que te marches para casa y puedas
disfrutar del ansiado fin de semana, se le enciende la lucecita y te envía una
consulta. Por tu parte, sabes que no deberías abrir el correo 2 minutos antes
de irte, pero tienes que hacerlo, sino no te irás con la tranquilidad del
trabajo de la semana finalizado. ¿Y qué te encuentras? Pues con nada más y nada
menos que un correo de carácter urgente y una nimia pregunta, sin importancia
vamos, cómo podría ser un problema matemático todavía no resuelto y claro,
necesitas revisarlo con un argumento sólido, entendible y correcto. Es decir,
que te acabas marchando mucho más tarde.
El
ególatra
Todos
precisamos de atención, todos. Es algo que en mayor o menor escala el ser
humano necesita. Luego está este otro tipo de perfil y es el que lo necesita
más que respirar. Suele oler cuando te encuentras en una situación complicada,
como puede ser que estés en ese momento sola con varios frentes abiertos;
porque la compañera está realizando gestiones, o quizás estés confeccionando un
envío importante y cruzas los dedos para que la página no caduque o se bloquee.
Entonces cual urraca acechadora, ¡zas! Aparece. Y da igual las veces que le
digas, <disculpe> <un momento por favor> <ahora mismo lo atiendo>
eso no lo limitará o sentirá lástima de ti, no, todo lo contrario le
proporciona alimento y más ganas de seguir en su hazaña. En ese momento
simplemente eres comidita para su estómago, quiero decir; ego.
Y
el VIP
Este
es el mejor de todos, le tengo una estima casi reverencial. Es un tipo de
cliente que lo lleva todo al día, a tiempo; correctamente. Siempre atiende a
tus reclamos que al final son los de él, sin ningún problema. La verdad es que
son de un motivador que gratifica y que regala suspiros de agradecimiento. Como
en la vida misma cuando alguien te saluda, te da las gracias o pide por favor.
De esos.
Aunque para ser sincera se les quiere mucho a todos, porque como en las familias, siempre tiene que haber de todo un poco, eso marca la pauta y la diferencia. Bueno, a los ansiositos no tanto, la verdad.
Y
vosotros, ¿os habéis cruzado con alguno de ellos? ¡Oh, no! Por favor, no me lo
digáis, ¿sois uno de ellos? ;)
Jajaja, me encantan. Obviamente me quedo con el vip.
ResponderEliminarBesos y feliz martes.
Yo también, Gemma; gracias a ellos los demás sobrevivimos un poquito mejor, ;)
EliminarMuchos besos.
Yo trabajo cara a un público más caótico y del que podría hacer un perfil de cada uno y este curso serían unos setenta. (mis queridos alumnos durante los próximos nueve meses).
ResponderEliminarQuiero decir que nada tiene que ver con tu trabajo "cara al público", pero siempre he pensado que tiene que ser horrible pelear con cada uno de los personajes que tienes que toparte a diario y es que, como dice una señora a la que aprecio mucho "cada uno tiene sus cadaunadas".
Muy buena la entrada, Irene.
Un beso.
Madre mía Rosa, lo tuyo es peor… ¿de qué edades?
EliminarTienes razón, cada uno lidia con su trabajo como puede, al final lo importante es que te guste y te sientas realizado; todo lo demás hay que tomárselo con humor e intentar que no nos influya negativamente.
Muchas gracias por tus palabras.
Besos.
Ja, ja, ja... Y me parece que te quedas corta, Irene. Como abogado añadiría al "enterao digital", ese que todo el santo día está consultando en internet y continuamente está poniendo a prueba tus conocimientos. Luego el "misterioso", el que todo es una confabulación de dimensiones místicas.
ResponderEliminarEn el género ansioso me viene ese cliente al que llamas el 31 de julio para explicarle que estarás de vacaciones en agosto, pero que en ese mes no hay nada que haga avanzar su tema para que esté tranquilo. Es igual, el día 1 de septiembre a las 9:00 h cae su llamada preguntando novedades de su tema.
Las preguntas irrisorias... recuerdo una consulta urgente un viernes a las 19:50 h. "Me he comprado un portátil y en la caja pone que pesa un kilo y 350 gramos. Acabo de pesarlo en la báscula y pesa 1 kilo y 475 gramos. ¿Qué hago? ¿Lo denuncio en comisaría?
En fin...
Una entrada divertida... y terapéutica. Un fuerte abrazo!!
Si muy corta David, podría haber hecho un top 10 o puede que hasta un 20 :) pero tampoco quería pasarme, je, je, je Dentro del misterioso existe un subgrupo que podríamos denominar el mea culpa este extraño sujeto suele intentar por todos los medios crucificarte antes si quiera de que le inicies un expediente.
EliminarDenunciarlo no sé, pero que desde aquí te envió todo mi apoyo y ánimo eso seguro, ja, ja, ja
Muchas gracias por tu toque de humor, se agradece.
Un beso.
Ingenioso y muy divertido. Un beso, Irene.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Marta.
EliminarBesos.
Cuando trabajé en oficinas de farmacia tuve también un buen elenco de clientes y se podían igualmente catalogar según estereotipos.
ResponderEliminarEl trato con el público requiere una dosis de paciencia inmensa pero también es muy enriquecedor. Tú, además, te lo tomas con humor. Genial.
Un besote.
Por cierto, yo siempre soy una cliente encantadora, una VIP en toda regla...Hasta que pasan cinco minutos, entonces me entra la ansiedad y me vuelvo insoportable, ja, ja, ja.
EliminarEl humor es el que nos salva de las situaciones complicadas y el mío es un poquito retorcido, así que cuando me voy a casa y hago balance de las extrañas situaciones o de los distintos comportamientos, me río mucho.
EliminarNooo, tú no puedes catalogarte de ansiosita, ¡me niego a ello! Ja, ja, ja
Muchas gracias, Paloma.
Besos.
A mi como cliente me encanta entrar en una tienda cuando faltan cinco minutos para cerrar y hacer una pregunta imposible al empleado o a la empleada de turno, para ver como palidecen y en ese momento decirles que estaba un broma.... eso rápidamente les hace recuperar el color y la alegría por vivir, ja,ja,ja. Por el contrario, cuando he estado en la otra cara de la moneda y de cara al público, los "ansia-vivas" eran tan maravillosos como ir al dentista a las ocho de la mañana y en ayunas :-). Un beso Irene, me has divertido mucho!
ResponderEliminarQué malo Miguel, ja, ja, ja ¡Serás malvado! ;) Muy bueno, pero para el que lo sufre no tanto te lo aseguro. La alegría de vivir, ¿lo ves? los que estamos cara el público necesitamos de muy poco para subsistir decentemente (qué exagerada). Si es que somos un espécimen no grato y poco valorado.
EliminarMuchísimas gracias, me alegras un montón, :)
Besos.
Yo, desde el otro lado de la barrera, como cliente enrabietado, no soporto que me hagan esperar al teléfono minutos y minutos, con una musiquilla de fondo irritante; o que al llamar, te salte una grabación diciendo que el horario de atención al cliente es de nueve a trece horas, y son las nueve y cuarto y nadie coge el teléfono; o cuando llamas al administrador de la finca y siempre está reunido y su secre te dice que le envíes un correo, que te contestará cuanto antes y han pasado dos días y nada de nada.
ResponderEliminarHay de todo en la viña del Señor, jajaja.
Y aunque se diga que el cliente siempre tiene la razón, entiendo que a veces dan ganas de enviar a más de uno a freír espárragos, jeje.
Un abrazo.
Te aseguro que yo no te haría esperar más de lo necesario y la atención sería impecable, ¡palabra! Je, je, je A la otra parte la entiendo siempre que para ello exista fundamento, te lo aseguro, y más de una vez me he encontrado haciendo alguna gestión personal y se me ha mareado de un lado a otro, sumándole un trato muy precario. Pero los que están englobados en el top, son reincidentes y no cambian con los años, :)
EliminarUn beso.
Desde luego me quedo con los VIP, geniales.
ResponderEliminarComo dice Josep Ma desde el otro lado, también te encuentras con cada personaje que son de caricatura. A mi personalmente me irrita mucho cuando me llaman y me dejan colgada con una música que generalmente está altísima,siempre me pregunto por qué no comprueban el volumen. En fin que en todas partes cuecen habas pero encontrar a personas educadas en un lado y en el otro es una alegría.
Besos
Los VIPS es de lo mejor que existe en el mundo, te lo aseguro.
EliminarComo le he dicho a Josep Maria, es verdad y entiendo a la otra parte, porque yo también formo parte de ella, ante todo debe haber educación y forma. Si eso se pierde ya no puedes ofrecer ni recibir nada positivo.
Muchas gracias, Conxita.
Besos.
Por suerte nunca estuve del lado de adentro del mostrador, para eso hay que tener una pasta muy especial, sobre todo una paciencia sin límites y pintarse una hermosa sonrisa en la cara para desarmar al más aguerrido.
ResponderEliminarTe quedaste corta en la tipología de clientes que hay, querida Irene.
Un gran abrazo.
Uno se lo tiene que tomar con mucho humor, pero todos estamos capacitados para estar cara al público, lo único y muy importante es aprender a que no te afecte, saber separar lo que es el terreno profesional del personal, si esa línea no se transfiere te aseguro que es pan comido y terminas la semana con un par de muy buenas anécdotas.
EliminarUn beso, y mil gracias por tu afecto.
Trabajo cara al público y a medida que leía les ponía cara. Y no, no son todos necesarios, no se les quiere a todos...
ResponderEliminarBuen ¿estudio sociológico? jajajaja
Un beso
Así que les has puesto cara, ¿eh? Je, je, je No sé si debería alegrarme por ello, :)
EliminarMuchísimas gracias, David.
Un beso.
Querida Irene, vaya por delante mi solidaridad.
ResponderEliminarY para que veas que de todo se puede hacer chiste, te voy a recomendar una peli que no sé si has visto, pero que tiene algo que ver con tu post de hoy. La peli es argentina. Está protagonizada por Ricardo Darín (está genial en esta peli). Y la peli se llama "Un cuento chino". En ella, Darín hace el papel de un ferretero con muy malas pulgas que tiene que vérselas con algún cliente "fatiga". Las escenas con el cliente son de antología. Yo, cada vez que las veo, no paro de reír. : )
Un abrazo. Y paciencia, mucha paciencia, que es "la madre de la ciencia". ; )
Gracias Pedro, no esperaba menos de ti ;)
EliminarMe apunto tu recomendación, claro que sí; reír es lo que nos salva. Hay que tomárselo todo con más humor y a seguir, que no queda otra.
Muchas gracias por tus palabras.
Un beso.
La gente que trabaja cara al público merece una medalla,... yo sería incapaz. Me falta paciencia,... y a veces un poco de educación. En fin solo espero no ser uno de los cuatro primeros,... Me ha encantado tu post Irene!
ResponderEliminarQué va, como le dije a Mirella, todo el mundo puede trabajar cara el público solo se trata de actitud, con mucha paciencia eso sí, pero también tiene sus cosas buenas, no todo es malo.
EliminarMuchas gracias, Norte.
Un abrazo.
Hola Irene, muy bien reflejados los diferentes tipos de clientes, y el mas indeseable es el ególatra, que se cree que solo existe él y al que hay que rendirle pleitesía.
ResponderEliminarEs complicado trabajar cara al público y admiro a la gente que lo hace por la paciencia que tienen.
Muy acertada esta entrada Irene
Besos
Puri
Los otros no creas que no son peores, restan mucho tiempo y energía, el ególatra solo le importa su atención una vez la adquiere sin importar como, se relaja, ;)
EliminarMuchas gracias por venir a dejar tus impresiones, Puri.
Besos.
jajajaja antes que nada, Gracias por estas risas mi querida Irene, estamos rodead@s... yo me identifico con algunos...
ResponderEliminarMil besitos que te lleguen y feliz noche ♥
Si te he sacado unas risas, me alegro por ello.
Eliminar¿Te identificas? Noooo… Ja, ja, ja
Muchas gracias, guapa.
Besitos.
Jajaja muy gráfico y real lo que pintas. Yo soy del tipo vip... Pero también soy de las que entra a un comercio y pide cosas que no tienen... Como zapatos de color distinto al de vidriera... en fin una latosa. Un abrazo
ResponderEliminarComo me alegras Mirna, entonces eres de mis preferidas, ¡gracias! Ja, ja, ja
EliminarNo te preocupes que pedir se tiene que pedir, luego ya si no hay es otra cosa.
Muchas gracias por tu comentario.
Besos.
Buenas descripciones, se te nota que a parte de trabajar cara al público eres buena observadora, Irene. Me he reído un montón porque además me he pasado una buena parte de mi vida tratando, detras del mostrador a cientos de personas con diversos caracteres y modales...
ResponderEliminarCon lo cual me atrevo a decirte que has bordado a esas personalidades y de seguro podrías contar muchas más anécdotas.
Original y divertida criticr humoristica, preciosa.
Gracias, por el buen y alegre momento.
Un fuerte abrazo!
Entonces ya sabes de lo que hablo, ains… si es que tenemos el cielo ganado, ja, ja, ja Hasta una buena comida, nos tendrían que invitar (eso sí, sin compañía) por todos los malos ratos que nos hacen pasar, no en serio, yo una vez pasado siempre me río mucho, de otras no tanto, pero suelo sacarle la parte divertida. De todo se aprende.
EliminarMil gracias por tus palabras.
Muchos besos.
Jajajaja Qué bueno!! Yo creo Irene que lo has clavado! Son personajes que podrían perfectamente dibujarse en una caricatura (con todo el cariño) o aparecer en alguna comedia absurda.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu pequeño resumen.
Un abrazo muy grande y feliz finde amiga.
Si la verdad que se podría hacer una caricatura con ellos, je, je, je Y con mucho cariño, muchísimo que yo los aprecio a todos, pero a veces te hacen sudar gotarrones bien fríos, ;)
EliminarMuchísimas gracias, Xus.
Besitos.
No te creas Julio David, de los otros también hay a puñaditos.
ResponderEliminarJe, je, je Miedo me das, ;)
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo.
jajaja qué paciencia hay que tener, Irene. Te compadezco, porque imagino que trabajar de cara al público es un auténtico ejercicio de paciencia. En fin, menos mal que le ves el lado bueno y hasta humorístico.
ResponderEliminarUn besote.
Todo tiene su parte buena, las anécdotas que nos proporcionan son únicas, je, je, je
EliminarMuchas gracias por tu comentario, Sofía.
Un beso.
¡Hola Irene! Me ha parecido una entrada muy divertida. Admito que en algunos momentos complicados quizá, he sido una mezcla de varios, jajaja. Hace muchos años trabajé de comercial telefónico y duré poco. La verdad es que fue un trabajo que no me gustó, porque te podías encontrar de todo. Ojo, cara al público si me gusta, ves a la gente venir. Un fuerte abrazo! ; )
ResponderEliminarNooo, ¡tú no! ;)
EliminarNo te preocupes, malos días tenemos todos, y nosotros los que estamos cara el público estamos bendecidos con una paciencia infinita, ja, ja, ja Qué exagerada, :)
Muchas gracias por pasarte.
Un fuerte abrazo.