lunes, 3 de marzo de 2025

Paralelismos incorpóreos



 

‘‘Mi madre rezaba cada día para lavar su tristeza,

para obtener el pan temporal de su miseria

y ganarse el cielo, dócilmente.’’

Liliam Jiménez

 

Rehusé de ella. De sus enseñanzas. Miedos. La ineptitud con la que resbalaba. La servidumbre con la que imploraba cada migaja. Era pequeña, siempre la vi minúscula, anhelante, enlazándose a hombres con la promesa hueca del sustento. Mis hermanos, ellos y yo, éramos simplemente el producto de cada deshonra.

No temí decir adiós a aquella subsistencia, nunca le pregunté las razones que la llevaron a esas circunstancias, poco o nada me importaba. No me encarnaba, no seguiría ese camino destinado a la miseria. Así que escalé, me esforcé, no prostituí mis sentimientos, ni tampoco mi cuerpo en base a la utopía de ese todo. Empecé desde abajo, sufrí hambre, frío; precariedad, pero si miraba atrás, la veía a ella, a mi madre, con una promesa firme nutrí cada desventaja, me impregné de soberbia y visualicé la meta.

Durante ese trance creí fervientemente que mi testimonio era legítimo. Y más, cuando vino a buscarme, apareció en el momento que alcancé una posición decente, la repudié. Lloró. Pero mi alma era densa. No hubo compasión. No sentía ningún lazo que nos atara. Solo veía a ese pequeño ser que permitía y permitió sinsabores, que se arrastró ante la nada. Y sentencié que su modo de existir no me custodiaba.   

Los años pasaron, trepé todo lo que me fue permitido. Pero había un tope invisible, uno que no se palpa, pero ahí está, entre rescoldos de una sociedad que cohabita en el embuste de un cambio perpetuo, no importó las horas, el trabajo, tampoco la renuncia que todo eso le acompañaba, había llegado a una meta que era inexistente para otros. Ella ya no estaba en esta esfera, su cuerpo, como su vida, alimentó alimañas menos voraces. Pero no así la esencia de comprender, de por primera vez ver, que no éramos tan distintas como profesaba. Que existen paralelismos incorpóreos difíciles de extirpar. Que, de un modo más silencioso, aquella mujer, sigue materializándose entre el desapego y la indefensión.



Nuestra compañera, Nuria de Espinosa, me ha invitado a participar en la CONVOCATORIA JUEVERA: Mujeres.

He de decir que la semana pasada sufrí una especie de bloqueo, y creí que permanecería en él eternamente, así que dudé si podría formar parte. Así que gracias, Nuria, necesitaba un pequeño empuje.

Aquí os dejo el link, por si os interesa, o como me ha pasado a mí, las letras divagaron entre mil historias y ninguna quería asentarse, aquí tenemos la solución:

https://escritoranuriadeespinosa.blogspot.com/2025/03/convocatoria-cada-jueves-un-relato.html

Muchas gracias por vuestro tiempo.

Besos, y más abrazos.




56 comentarios:

  1. Gracias ,
    es un blog
    en el que
    no suelo
    entrar, lo
    de bloqueo,
    eso es casi
    normal,
    aunque no
    para alegrarse.

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    1. Gracias por la visita, Orlando.
      Y no, no podemos alegrarnos de los bloqueos, pero la risa desquita, y es muy necesaria.
      Un saludo.

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  2. Otro relato para enmarcar, muy bien escrito, con ese estilo tuyo que vas perfilando. De los padres siempre heredamos cosas, buenas y no tan buenas. Queramos o no son parte de nuestras vidas.
    Abrazos!

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    1. Gracias, Ethan. No sabes cómo me alegra que digas lo del estilo, a veces temo que éste sea excesivo o incomprensible, pero con tu comentario no puedo más que exhalar y continuar.
      Mil gracias por tus palabras.
      Un abrazo.

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  3. Hola Irene. Un texto desgarrador que refleja una relación llena de resentimiento y rechazo hacia una madre percibida como débil y dependiente. La lucha por distanciarse de ese destino, esforzándose por alcanzar una vida digna sin caer en la miseria que asocia con ella, es profunda en la protagonista, que mantiene una postura implacable, repudiando cualquier vínculo emocional con su madre. Sin embargo, al final, reconoce que, pese a todo, existen paralelismos profundos. Es una reflexión sobre cómo, a pesar de nuestros intentos de romper con el pasado, los lazos familiares y las experiencias compartidas nos marcan de manera inevitable.
    Te sumaste a la convocatoria juevera por la puerta grande amiga mía, muchas gracias, una narrativa excelente.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Muchísimas gracias, Nuria. Es imposible no verse reflejada en el espejo de cualquier otra mujer, tengamos vidas dispares, nos alejemos unas de otras, hay una analogía incuestionable que nos une.
      Agradezco enormemente que me invitaras, me has quitado ese lazo inconexo en el que todas las historias que creaba no tenían una base en la que asentarse.
      Un beso.

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  4. Bueno, Irene, un texto sin duda muy duro, excelente en su narrativa y por lo que dices en el epílogo trabajado, inspirado y emocional. Es cierto que tendemos a juzgar a los demás por sus vidas -errores incluidos- y en el relato reflejas muy bien ese desprecio tan arraigado en la protagonista. Un personaje con claros y oscuros. Porque también la dignidad y la lucha por las metas son valores muy loables.
    Felicidades por sacar tan bien el reto propuesto.
    Besos y buena semana.

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    1. Sí, Miguel. La semana pasada quedé un tanto bloqueada, surgían ideas, borradores, pero nada, no avanzaba, un reinicio del sistema es lo que me ha tocado, y Nuria me lo ha otorgado, :)
      Es verdad, últimamente mis letras están siendo más duras, estoy adentrándome o purgando en las emociones, sobre todo en la parte contradictoria que éstas nos ceden.
      Mil gracias a ti, siempre.
      Besos, y feliz semana Marciana.

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  5. Se dice que no se puede elegir a la familia, pero al menos podemos elegir con quién gastamos el tiempo, asumiendo los aciertos y los desaciertos.

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    1. Así es, Cabrónidas. No se podría decir mejor: asumiendo los aciertos y los desaciertos. Nada es blanco ni negro, como tampoco somos víctimas o verdugos, andamos entre matices que constantemente nos colocan de un lado a otro.
      Muchas gracias.
      Un fuerte abrazo.

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  6. Hola Irene,
    Un texto, que me ha gustado mucho. La cadencia de lectura espectacular, la narrativa muy buena y la historia dura e impactante.

    Me ha impactado y llamado la atención, la forma en que retratas la lucha interna del protagonista, y cómo su relación con su madre influye en su vida y sus decisiones, aunque ella cree que lleva el timón de su vida.

    Un Saludo

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    1. Muchas gracias por las palabras que le cedes al escrito, Lucleru.
      Siempre creemos tener el control de nuestras decisiones, pero, ¿es así? O quizás se confabulan distintos factores y estos nos arrastran hacia una dirección en concreto.
      Un abrazo.

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  7. Y ella sigue ahí, cerca del tiempo y lejos de la desilusión... creyó que podía ser fácil, pero vio en ti lo que nunca pudo alcanzar.

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    1. Muchas gracias por el comentario, Gustab. Te lo agradezco.
      Un saludo.

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  8. Si el bloqueo da este resultado pagaría por bloquearme ya.
    El relato es magistral... he dudado en el adjetivo hasta encontrar el adecuado.
    En vilo desde el principio hasta el final.
    Vamos... un aplauso.

    Besos.

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    1. Que me atolondro, Xavi. Y vuelve el bloqueo, anda que no soy parca en palabras cuando eso pasa. Me alegra muchísimo tu comentario, ¿has visto? Ya no sé ni como demostrar la alegría que me ha dado leerte, :)
      Gracias, de todo corazón.
      Besos.

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  9. Buenísimo tu relato, Irene. me ha recordado a la novela Papá nos quiere. No es que tenga mucho que ver, tan solo esa huella que los padres, en este caso la madre solo, pueden llegar a dejar en los hijos.
    Yo no suelo escribir ficción, pero a veces también me bloqueo con las reseñas. Al menos ahí tengo el sustrato del libro leído para apoyar lo que quiero escribir. la ficción te deja sin apoyos. Todo debe salir de ti y entiendo que el bloqueo tiene que ser frustrante. Me alegro de que hayas salido de él.
    Un beso.

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    1. Muchísimas gracias, Rosa. Sí, es frustrante, empezaba con ideas, y cuando estaba a medio hacer, desistía, no se sostenía por ningún lado, supongo que a veces va bien salir de nuestro hábitat y proyectar desde otras perspectivas.
      A mí me ha ido genial la propuesta de Nuria, desde entonces no he parado de escribir, :)
      Un beso.

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  10. Me gusto como enfocaste el tema, un buen texto que sin duda no deja indiferente a quien lo leemos. Un saludo, bienvenida a los jueves.

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    1. Muchas gracias por la bienvenida, Campirela, :)
      Y más por el comentario.
      Un abrazo.

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  11. Como siempre , estupendamente tremendo tu texto , mi querida IRENE, desde luego tus bloqueos tienen una enorme potencia creativa : ) Lo q más me llama la atención es ese despliegue inicial de desprecio, diría casi visceral hacia la vida q vivió su madre, esa repulsión por su sometimiento y docilidad en la q parece vinieron al mundo sus hijos..incluida la protagonista y cómo ella - tú protagonista -luchó por seguir una trayectoria diametralmente opuesta a la q siguió su madre , a pesar de lo cual, al final parece q se siente parecido a lo q ella tanto despreciaba de ella. Lo q no soy capaz de ver es si esa semejanza q siente con la figura de su madre a pesar de huir desesperadamente de ella, es por algo q hico o no hizo, o simplemente porque ese algo q las iguala, está en su interior .. oh! mi querido oráculo de Delfos! espero q me despejes las dudas jajaja Enhorabuena!!!.
    No hay duda q te mueves como pez en el agua en medio del drama literario, un besazo preciosa , que hoy disfrutes de un día a juego contigo : )

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    1. Ha sido sacar el corcho, María, ja, ja, ja. Me gustaría mucho que me dijeras al leer la última parte lo que visualizas entre líneas, es lo que le he comentado a Ethan, mi mayor temor es la incomprensión, y, bueno, se me da de lujo divagar, :) Hasta entonces, y porque no soy nada paciente: —El oráculo se pone al habla— al final del texto cuando escribo: Que, de un modo más silencioso, aquella mujer, sigue materializándose entre el desapego y la indefensión. Ahí es cuando la protagonista se da cuenta de que no hay tantas diferencias, entre una u otra, de distinta manera ambas han renunciado o validado su vida, pero sigue existiendo una barrera invisible en el que la sociedad todavía no permite depende qué altura. —Corto y cambio— ;)
      Muchas gracias, preciosa.
      Besos.

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    2. Probando , 1, 2, 3...
      Ok. Al habla pluma azul a pluma blanca ...Intentaré contarte lo q se lee entre líneas ( al menos yo) aunq te diré q tus líneas tienen curvas y recovecos profundos donde uno puede perderse ... frases como esta, por ejemplo ..."entre rescoldos de una sociedad que cohabita en el embuste de un cambio perpetuo"...tan densa y oscura , como estupenda...no lo pone nada fácil :) A ver, parece q habla de una madre q vivió entre la miseria y el sometimiento ( de todo tipo) su hija, la desprecia por ello y emprende el camino por el q además de alejarse físicamente de ella, tb , en su forma de vida , ( posiblemente porque estudia y luego trabaje) alcanza una buena posición social, a pesar de tofo lo cual , al final de ese camino, como su madre, siente q igual q ella, está sometida y por tanto limitada y atada ...por distintos motivos y caminos, su sentir es semejante al final ...lo q no se lee es si este sentimiento es por insatisfacción vital q no son capaces de gestionar ninguna o un estigma familiar q las marca a ambas e impide q se sientan libres y las incapacita para ser felices , yo me inclinó más por esto último... Además queda más dramático jajaja Espero q mi traducción no se haya alejado mucho de tu intención, si es así por favor perdoname y tampoco te fies mucho de mis entendederas, q mi mente es bastante calenturienta. La historia profunda quizá no quede del todo clara, lo q sí queda clarísimo es q escribes fantásticamente bien, quédate con eso...corto y cambio ; )
      Más besos y abrazos de miércoles carnavalero, aquí al menos ...mua! bonita.

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    3. Nunca, pero, nunca de los nunca negaré que divago entre letras, así que me parece bien que me lo digas, :)
      Así es, la hija reniega de la madre, no le da la mano, por el contrario, ella se esfuerza, empieza desde abajo, y cuando llega el punto de la escalada final, hay una barrera invisible que le imposibilita acceder, no sé ve, pero está ahí. Es entonces cuando comprende que no son tan distintas, que de algún modo incomprensible, ambas están indefensas ante la sociedad.
      Muchos besos, María.

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  12. Impactante punto de vista para este tema, tan amplio, íntimo y sensible que nos deja Nuria. Los hijos tendemos con facilidad a la tentación de medir a nuestros padres en función de sus logros y metas alcanzados. Nos creemos superiores, en cierta forma, capaces de superarlos, de evitar ciertos errores, y corremos hacia la ilusión de nuestras propias metas, creyéndolo mejores. No es así, lo que sembraron ellos en nosotros será parte del alimento conque creceremos internamente, aunque no lo querramos ver. Bienvenida a nuestros jueves. Un abrazo

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    1. Hola, Mónica.
      Gracias por la bienvenida, desde que Nuria me invitó a participar no he dejado de escribir, debe tener un poder oculto de desbloqueo, :) A parte, estoy leyendo y tengo que leer, letras de compañeros que no conocía, así que todo está siendo muy positivo.
      Respecto al relato, no se trata de un punto de vista, en esta historia he intentado mostrar incomprensión y rechazo, de una hija hacia su madre, y el tiempo, sobre todo éste, le enseña que no son tan dispares sus historias, existe un núcleo invisible que las une.
      A nivel personal, tienes razón, somos quienes somos por nuestras vivencias, la principal es la crianza, y nuestro entorno. Queramos o no heredamos y lo que no, lo aprendemos repitiendo patrones. Con el tiempo esas aristas quizás se difuminen, pero la base, esa es indudablemente de nuestros padres.
      Muchísimas gracias.
      Un beso.

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  13. Hola, querida Irene, llego algo tarde a este soberbio relato, lleno de emociones crudas y de insatisfacciones, negación de la identidad de origen, vergüenza e incomprensión, falta de aceptación a una madre que a su modo y manera vive la vida sin darle mucho crédito a sus hijos y menos a sus emociones, por lo cual se desvaloriza cada vez más...

    Esa voz de la protagonista se percibe algo ronca de tanto llorar su desdicha, dolor y rabia interior, cansada de su ardua lucha por llegar a ser todo lo opuesto a su madre, sentirse superior y muy diferente a esta.
    La frase inicial define muy bien a la madre, pero la imagen nos deja ver lo ciega que es la justicia, y que por el final del relato, se puede aplicar esa ceguera tanto a la sociedad como a la hija.
    La madre probablemente conocía ese tope invisible que la sociedad impone, y como la hija nunca le preguntó las razones que la llevaron a esas circunstancias, no imaginó que existían.
    Ya muerta la madre y viendo la imposibilidad de sobrepasar ese tope invisible, la ceguera desaparece, al darse cuenta de que ambas luchaban por lo mismo, el desapego y la indefensión, pero con diferentes armas.
    La madre alimentó alimañas menos voraces y ella alimañas insaciables e implacables que no valoraron ni sus horas, ni sus renuncias para darle el lugar que se merecía. Diría que casi lo mismo que ella hizo con su madre.

    ¡Ay, Irene! aunque el relato es duro me gusta mucho ese final lleno de sensibilidad, que compensa la falta de amor y perdón.
    "Ella ya no estaba en esta esfera, pero sí su esencia", que la hizo verse reflejada en ella.
    Genial y magnífica historia de vida que de seguro abunda por ahí, pero lo has escrito con mucha fuerza narrativa y con esa peculiar forma de conjugar arte y emociones con las letras. Bravo bella Irene, besos y muchos abrazos.

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    1. Mi preciosa, Idalia, tú nunca llegas tarde a ningún sitio, :)
      Qué lectura, no te has dejado nada, me dejas sin palabras, y ufff… saco el aire, mil gracias. No puedo añadir mucho más, más bien nada. Bueno, ya volvemos al bloqueo.
      No, de verdad. Soy muy pesada y repito, y repito, pero la incomprensión me genera tembleque, es uno de mis grandes temores a nivel de escritura, así que, al leer tu maravilloso comentario, no puedo más que alegrarme.
      Mil gracias por todo.
      Muchos besos, y abrazos.

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  14. Un texto muy duro que pone de manifiesto una relación complicada con la madre y es que a veces esta relación está llena de sentimientos encontrados. Saludos!

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    1. Muchas gracias, Lady_P, agradezco tus palabras.
      Un abrazo.

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  15. Me alegra que hayas salido del bache. A veces suele suceder, pero está vez el tema propuesto ha venido a darte el empujoncito que que te hacía falta.
    Estoy contenta por ti, no dejes de escribir, lo haces muy bien.

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    1. Muchas gracias por tus ánimos, Tracy. A veces uno debe salir de su círculo, entrar en otro para poder reiniciar. Te lo agradezco.
      Un abrazo.

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  16. Un texto muy duro, desde luego. Me ha gustado tu forma de narrarlo, directa, fría, sin ambages.
    Un saludo.

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    1. Muchísimas gracias, Necco. Me alegra que te haya gustado el relato.
      Un abrazo.

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  17. Está claro que venciste al bloqueo.

    La protagonista quiso no parecerse a su madre, distanciarse de ella. Tal vez su motiva pero siendo dura.
    Y descubriendo no ser tan distinta.
    Bien contado. Un abrazo.

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    1. Mil gracias por tus palabras, Demiurgo. Las agradezco muchísimo.
      Un fuerte abrazo.

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  18. El texto destila una honestidad brutal que me ha impactado favorablemente. El narrador no se guarda nada: expone su desprecio inicial hacia su madre, su rechazo visceral a su forma de vida y su determinación por escapar de ese destino. Frases como "Era pequeña, siempre la vi minúscula, anhelante, enlazándose a hombres con la promesa hueca del sustento" muestran una mirada implacable, casi cruel, pero profundamente auténtica. Me gusta también porque no buscas embellecer los sentimientos ni justificarlos de entrada; simplemente los presentas en su forma más pura, dejando que el lector los procese. Esta crudeza genera una conexión inmediata, porque no hay filtros ni adornos innecesarios.
    El texto evoluciona desde el repudio absoluto hacia la madre hasta un reconocimiento tardío de las similitudes entre ambas. Al principio, el narrador se posiciona en un pedestal de superioridad moral: "No me encarnaba, no seguiría ese camino destinado a la miseria". Sin embargo, hacia el final, emerge una introspección poderosa: "no éramos tan distintas como profesaba". Este giro no es forzado ni melodramático; se siente como si el tiempo y las experiencias hubiesen erosionado esa soberbia inicial. Me parece admirable cómo logras tejer esa transformación sin perder la coherencia del tono.
    Enhorabuena por esta gran aportación.
    Te invito a pasarte por mi log y comentar.
    Saludos.



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    1. Agradezco las palabras que le cedes al relato, Marcos, no sabes cuánto. La historia en sí, es dura, pero es cierto que quizás si le hubiese añadido florituras menos directas, o sentenciosas, se hubiese perdido el mensaje, y no reniego de éstas, a veces debo coartarme, porque te aseguro que se me va de las manos, :)
      Hay textos que me cuesta responder, y más con comentarios como el tuyo, que desmenuzan la esencia del mismo, y me dejan sin palabras.
      Todavía tengo que leer bastantes relatos, entre ellos el tuyo, de estos días no pasa, te lo prometo.
      Mil gracias de nuevo.
      Un fuerte abrazo.

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  19. Buen texto, fuerte, cruel en la medida necesaria, me hace pensar en las condiciones al reves: padres fuertes con hijos debiles...... creo aun asi una madre como la del texto estaria contenta de tener descendencia que llega lejos.... aunque la maltraten.....

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    1. Es cierto, Jose, pero siendo imparcial, al final somo seres individuales, y donde llegue uno no quiere decir que el otro no quiera, solo que no puede. Todos tenemos limitaciones.
      Muchas gracias.
      Un abrazo.

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  20. Olá, querida Irene!
    "A servidão com que implorava por cada migalha."
    Muitas mulheres do passado viviam na pele tal desperdício, hoje em dia também.
    Um tema bem partilhado para nos darmos conta que servidão é falta de amor. Servir é próprio do amar puro. Automaticamente somos servidos também.
    Muito bom post em sua mensagem.
    Tenha dias abençoados!
    Beijinhos fraternos

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    1. Muchísimas gracias por tu alentador comentario, Roselia.
      Encantada de tu visita.
      Besos.

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  21. Hola Irene, me gusto mucho tu relato, la forma en que lo narras, es duro, y lo transmites muy bien.
    Un abrazo!

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    1. Muchísimas gracias, Dakota; muy agradecida.
      Un abrazo.

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  22. Fantástico relato! No te conocía pero me ha impactado tu texto, tan real además... esa hija que reniega de su madre, que se quiere alejar siempre... hasta que finalmente llega la aceptación, la comprensión...
    Enhorabuena Irene, muy inspirado e inspirador!
    Un abrazo

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    1. No, Milena, yo tampoco, a Nuria le vamos a crear un altar, se lo merece con creces, :)
      Muchísimas gracias por tus palabras.
      Un abrazo.

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  23. Somos herederos de aquello que vivimos y sentimos; y un vínculo perpetuo, a veces invisible o que no queremos ver, que nos une a toda mujer más allá de las vicisitudes de cada una.

    En este caso, la no aceptación, casi con rabia e impotencia, de una madre a la que un día vería con esos ojos de mujer frente a mujer. Reflejo y ejemplo de ese lazo esencial que nos une a todas y cada una.

    Magnífica narrativa, y no menos el trasfondo.
    Un placer leerte, Irene.

    Un abrazo 💙

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    1. Ay, Ginebra, qué bonitas palabras le cedes a mi escrito.
      Muchísimas gracias, de verdad que me alientan a continuar escribiendo y escribiendo.
      Un beso enorme.

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  24. Loable esa determinación por alejarse diametralmente de los patrones de conducta de la madre, buscando su propio crecimiento personal. No tan de alabar, quizas, el no intentar siquiera comprender el origen de esa debilidad, las posibles circcunstancias adversas que han llevado a la madre a esa acomodación, a ese conformismo. Fiinalmente, cae en la cuenta de que ambas chocan con ese techo de cristal que les impide la realización plena. No son tan distintas, sólo varía el grado de limitación.
    Preciosa manera de narrar, cruda, pero no exenta de belleza.
    Un saludo.

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    1. Así es Pepe, solo varía el grado de limitación. El sufrimiento va ligado al rechazo, el tiempo es un encargado natural de difuminar esos filos y con ello siempre se da la mano a la comprensión.
      Mil gracias por tus palabras.
      Un abrazo.

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  25. Entiendo el rechazo de la protagonista por la situación en la que estaba su madre, pero no apruebo que la repudiase y me alegro de que al final se diera cuenta de que hay obstáculos que no puedes sortear porque va más allá del esfuerzo y de las decisiones que tomas. ¡El machismo es estructural!
    Ojalá entre todas y todos podamos derribarlo ;)
    Un relato genial.
    Un besazo

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    1. Hola, Dafne.
      Sobre el rechazo, mi opinión es que todos sabemos lo que está bien y lo que no, pero la emoción es un animal que se desgarra en la incoherencia, y solo con el tiempo se difumina y se puede comprender.
      Muchísimas gracias por tus palabras.
      Besos.

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  26. Excelente relato que muestra varias caras de la vida, siempre he pensado que a una madre o a un padre no se les juzgar porque tal como a nosotros, nadie les enseñó a cumplir sin defectos esos roles y además, cada cual arrastra vivencias que nos van llevando por un camino que muchas veces no se puede cambiar o el entorno no permite cambiar. Así la protagonista de tu relato (desconozco si es real) encuentra sus propias limitantes.

    Un beso dulce y dulce semana.

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    1. Hola, Dulce.
      Este relato, no es real. Por lo menos no a lo que refiere mi vida, tengo la suerte de tener una madre que idolatro e idolatraré. A parte, para que se me pase cualquier tontería, a la Luisa todavía la veo capaz de arrearme un chancletazo, :) No, en serio, es complicado no juzgar, sobre todo si la visión o circunstancias de nuestra vida son tan opuestas a otro. Por mucho que no queramos, lo hacemos.
      Muchísimas gracias.
      Besos, y feliz semana.

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  27. Nadie puede elegir la familia en la que nace pero si podemos salir del círculo en que nos pueden meter. Buen texto y me alegro de que hayas superado el bloqueo . Gracias por visitar mi blog . Un abrazo

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    1. Muchísimas gracias, Chelo. Muy agradecida por los ánimos y tus palabras.
      Un fuerte abrazo.

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